La actividad económica que provee la pieza fundamental para el funcionamiento de algo tan cotidiano como la compra y venta de víveres y medicinas en la frontera con Venezuela podría verse paralizada si este martes el gremio de profesionales de divisas de Norte de Santander, representados en Asocambios, declara el ceses de sus operaciones de manera indefinida, como protesta ante la crisis económica y social que sufre la ciudad de Cúcuta.
Aunque la decisión de frenar el comercio en torno a este intercambio monetario, mayoritariamente del bolívar, se anunciará al mediodía, tras una reunión sostenida entre los socios de esta agremiación, algunos cambistas empezaron a evacuar la moneda del vecino país y recuperar el capital invertido en pesos colombianos desde la semana pasada, para evitar en un eventual cierre la captación de material monetario sin valor económico en la caja menor.
“Estamos a un paso de entrar a un cese de actividades, sería la primera vez en casi un siglo de historia que ocurriría en este gremio. Acudimos a este cese porque es la única forma de que el gobierno nacional nos preste atención a los empresarios que adelantamos esta actividad cambiaria en la línea divisoria”, explicó Yolanda Olarte, presidente de Asocambio.
Entre el compendio de razones que esgrimen los cambistas para encabezar un paro, se encuentra las gruesas sumas de dinero en rojo que significa negociar con una moneda tan volátil y depreciada, como la del vecino país, y el complicado sistema de regulación implantado por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (DIAN) para ejercer control sobre sus transacciones.
Los principales afectados de esta parálisis en el flujo de divisas serían los miles de ciudadanos, tanto colombianos como venezolanos, provenientes de Venezuela, que acuden a estos profesionales para acceder al cono monetario necesario y así adquirir los productos que escasean del otro lado de la frontera.
Entretanto, el mal momento que vive este gremio se refleja en el cierre de 41 casas de cambio durante el primer semestre de 2017, según los reportes del Observatorio de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cúcuta. Esta decisión de liquidar sus negocios ha generado la condición de desempleo en cerca de 100 personas.
De la desaparición de este tejido empresarial en el primer semestre de este año, no se tiene precedente alguno, ni en el cierre de frontera de 2015, cuando los profesionales del cambio reportaban al mes pérdidas superiores a los mil millones de pesos.
Con este cese de actividades, se espera que el aparato productivo representado en las 300 empresas de este reglón económico se ‘apague’ temporalmente mientras que sus 1.500 empleados entren en un período de vacancia, cuyo futuro se vislumbra incierto.