“Tenemos trabajadores por debajo de la línea de pobreza», afirman los representantes de distintos sindicatos aeronáuticos, que se encuentran en conflicto con el gobierno del presidente Javier Milei debido a la falta de acuerdos salariales, en un contexto de una inflación acumulada del 237% en el último año.
La disputa entre Aerolíneas Argentinas, la compañía de bandera del país suramericano, y el gobierno nacional parece no tener solución a la vista. Desde que comenzaron los paros de los trabajadores aeronáuticos en agosto pasado, en reclamo de mejoras salariales, cerca de 40.000 pasajeros han visto alterados sus planes de viaje debido a demoras y cancelaciones de vuelos. Las pérdidas por las huelgas se estiman en 2,5 millones de dólares.
Los sindicatos denuncian un atraso salarial del 80%, aunque aseguran estar dispuestos a aceptar un aumento del 25%. Sin embargo, el gobierno ha ofrecido incrementos del 11%, que solo han sido aceptados por dos de los cinco gremios aeronáuticos: la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA) y la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA).
Quienes aún no han llegado a un acuerdo sostienen que, actualmente, no existe diálogo ni con las autoridades de Aerolíneas Argentinas ni con la Casa Rosada.
“Esencialmente, apuntamos a la recuperación salarial, lo cual está siendo sumamente difícil porque las conversaciones están totalmente estancadas”, afirma a France 24 Cecilia Moccia, prosecretaria de prensa de la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), que representa a los trabajadores en tierra de Aerolíneas Argentinas e Intercargo, la empresa estatal que brinda servicios de rampa a las aerolíneas en los aeropuertos.
“No tenemos ninguna vergüenza en decir que algunos trabajadores ganan menos de 500.000 pesos (400 dólares al cambio paralelo). Y ni hablar si además les descuentan horas por asambleas o por medidas de fuerza como paros, que son descuentos ilegítimos e ilegales, pero que se aplican de todas maneras”, precisa.
Moccia lamenta la falta de comunicación con el presidente de Aerolíneas Argentinas, Fabián Lombardo, pese a sus más de 30 años de experiencia en la industria aeronáutica.
“Tanto Lombardo como el presidente de Intercargo, Fernando Montes, no tienen capacidad de decisión en esta situación. Son simplemente mandatarios de lo que dictan los funcionarios del gobierno”.
El gobierno quiere ceder las operaciones de Aerolíneas Argentinas
Luego de que el personal de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) del gremio Asociación Trabajadores del Estado (ATE) realizara un nuevo paro el jueves 19 de septiembre en 27 aeropuertos del país, que no afectó los vuelos, el gobierno comunicó que ha iniciado conversaciones con empresas privadas latinoamericanas para que se hagan cargo de la operación de Aerolíneas Argentinas “en caso de que las extorsiones que están recibiendo los argentinos, con este tipo de medidas, continúen”.
Así lo expresó el vocero presidencial, Manuel Adorni, en su habitual conferencia de prensa el pasado jueves, sin precisar cómo se llevaría a cabo la operación.
🚨 | Bombazo en la conferencia de Adorni: el gobierno inició conversaciones con aerolineas latinoamericanas para que de hagan cargo de la operación de Aerolíneas Argentinas, en caso de que la extorsión vía paros continúe. pic.twitter.com/qgbe3Hd1AB
— Los Herederos de Alberdi (@LHDA16) September 19, 2024
Aerolíneas Argentinas fue incluida en el listado de empresas a privatizar dentro del proyecto original de la polémica Ley de Bases, el proyecto bandera de Milei, pero luego fue retirada a pedido de los diputados de la oposición. La empresa solo puede ser privatizada mediante una ley aprobada por el Congreso.
El anuncio de Adorni tiene lugar días después de que el PRO, partido conservador aliado al gobierno, presentara un proyecto en la Cámara de Diputados para privatizar la compañía, con el principal argumento de que es deficitaria.
“La privatización permitirá que Aerolíneas Argentinas opere bajo criterios de eficiencia comercial, mejorando la calidad del servicio y generando un ambiente más competitivo que beneficiará a todos los ciudadanos”, sostiene el proyecto presentado por el diputado Hernán Lombardi y que lleva la firma de otros 19 legisladores.
En contraposición, Pablo Ceriani, expresidente de Aerolíneas Argentinas, cree que “desguazar» la estatal «es mucho más caro que seguir por este camino”, el cual describió como “virtuoso”.
Según declaró en el programa ‘De Acá en Más’ de la radio ‘Urbana Play’, la empresa no recibió subsidios el año pasado y fue entregada a las actuales autoridades con 200 millones de dólares de reserva.
«Este año, si bien va a tener déficit, es un déficit controlado», añadió.
El Gobierno busca votos en el Congreso para privatizar Aerolíneas Argentinas.
«Está la racionalidad y lo que puede legar a pasar. Lo más racional es seguir con el proceso en el que viene Aerolíneas Argentinas: es un proceso virtuoso, está mejorando sus números. El año pasado no… pic.twitter.com/rwYutTjCPW
— De Acá en Más (@DeAcaEnMasOk) September 20, 2024
Una cuestionada experiencia de privatización
La privatización de Aerolíneas ha sido, desde siempre, uno de los principales objetivos de Milei. Como parte de su enfoque anarcocapitalista, que aboga por una intervención mínima del Estado, el presidente apoya la idea de reducir el rol estatal en las empresas públicas.
La compañía aérea fue creada por decreto durante la Presidencia de Juan Domingo Perón en 1950, privatizada por Carlos Saúl Menem en 1989 y reestatizada por Cristina Fernández de Kirchner en 2008.
La privatización llevada a cabo durante la Administración de Menem, el expresidente que Milei más admira, enfrentó críticas tanto por los resultados financieros como por la calidad del servicio.
El gobierno de aquel entonces convirtió a la compañía en una sociedad anónima con el objetivo de cederla posteriormente a Iberia, la exaerolínea estatal de España, que adquirió el 85% de las acciones por 260 millones de dólares en efectivo y 1.610 millones en títulos de deuda.
Para financiar la adquisición, la empresa española contrajo deuda que posteriormente fue transferida a Aerolíneas Argentinas.
El pasivo disminuyó en un contexto de aumento de pasajeros; sin embargo, la situación económica condujo a la convocatoria de acreedores en 2000.
Tras fracasar en su intento por vender las acciones de la empresa a American Airlines, España cedió la aerolínea a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que en 2001 la transfirió a Air Comet, parte del grupo español Marsans.
A principios de la década del 2000, Aerolíneas Argentinas estuvo al borde de la quiebra. La Auditoría General de la Nación determinó que, tras 18 años de gestión española, la empresa presentaba un millonario patrimonio negativo y un pasivo estimado en 890 millones de dólares.
Por otro lado, durante la administración de Iberia, se cancelaron varias rutas, especialmente las que no eran rentables, lo que afectó la conectividad en el país, en particular en zonas remotas.
Sin embargo, el objetivo de Milei sigue siendo alcanzar el déficit cero y reducir la intervención del Estado. Aerolíneas Argentinas es deficitaria desde 2012, aunque las pérdidas se han ido reduciendo a partir de 2019.
“Aerolíneas es deficitaria para el mercado, pero para los argentinos es altamente rentable. Garantiza la conectividad regional nacional, que se lleven las cargas de una región a otra y que se pueda movilizar a todos los pasajeros del país. Es parte de nuestra identidad”, afirma Moccia.
Para la prosecretaria de prensa de APA, la aerolínea bandera, que opera en las 23 provincias y la ciudad autónoma de Buenos Aires, “no es parte del mercado, sino un servicio público”.
El debate sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas ya se encuentra presente en los medios y en la sociedad. Quienes apoyan la venta argumentan que podría reducir el gasto público y, por ende, el déficit. En contraste, los opositores advierten que la aerolínea dejaría de operar en rutas no rentables, lo que afectaría la conectividad en un país que se extiende por 3.694 km y enfrenta desafíos en este ámbito.
Milei apunta contra los beneficios de los pilotos
Además de las pérdidas económicas que genera la empresa, el gobierno de Milei cuestiona los privilegios de viaje que disfrutan los empleados de Aerolíneas Argentinas y sus familiares, una práctica común en muchas líneas aéreas a nivel mundial.
Entre esos beneficios se incluyen pasajes vacacionales en clase ejecutiva para los pilotos de la empresa. Según la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), liderada por Pablo Biró, este privilegio, otorgado tiempo atrás, le permitió a la firma evitar aumentos salariales.
En medio del conflicto gremial, Aerolíneas resolvió eliminar dichos beneficios.
En diálogo con France 24, el secretario de prensa de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), Alejandro Kogan, sostiene que tanto el gobierno como las autoridades de Aerolíneas Argentinas pretenden desviar el foco del reclamo, que, según él, es estrictamente salarial.
«Esos pasajes en clase ejecutiva son parte del convenio colectivo de trabajo que la propia empresa negoció, en este caso, con el sindicato de pilotos», señaló.
El gobierno también cuestiona los sueldos de los pilotos, que afirma oscilan entre 3 y 10 millones de pesos (2.400 a 8.000 dólares), en función de la antigüedad y la cantidad de vuelos realizados.
El gremialista Biró asegura que los salarios de los pilotos de Aerolíneas están congelados desde noviembre de 2023 y que se encuentran «73% por debajo de la inflación».
«¿Por qué no preguntan cuánto cobra un piloto en el mundo? Los salarios son cuatro, cinco, seis o siete veces más, en algunos casos 15 veces más”, dijo en declaraciones a ‘El Destape 1070’ el pasado 6 de septiembre.
¿Qué puede pasar ahora?
Tras el paro del pasado jueves y el anuncio del gobierno sobre la posible cesión de las operaciones de Aerolíneas a empresas extranjeras, representantes de las principales organizaciones sindicales del transporte impulsaron la creación de una Mesa Nacional del Transporte, en rechazo a las políticas implementadas por la Administración libertaria en el sector.
La mesa está compuesta por los sindicatos de Aeronavegantes, La Fraternidad, Unión Tranviarios Automotor (UTA), Camioneros, Fempinra, APLA y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU).
✈️ Tras el paro de 24 horas de los pilotos y trabajadores de #AerolíneasArgentinas que dejó a más de 37 mil pasajeros varados, Pablo Biró, secretario general de la Asociación de #Pilotos, advirtió que «el conflicto se va a poner peor».
✋Los gremios rechazan la declaración del… pic.twitter.com/K6y39MyxG4
— LMNeuquén (@LMNeuquen) September 16, 2024
“Hoy establecimos la unidad del transporte en acción. Nuestro eje es la defensa de la soberanía del país que está representada en las Rutas Nacionales, en los trenes, mares, ríos y cielos, frente al atropello cotidiano que vemos implementa el Gobierno de Javier Milei», dijeron los sindicalistas en un comunicado conjunto.
Mientras tanto, el gobierno ya ha iniciado conversaciones con aerolíneas extranjeras para ceder el control de Aerolíneas Argentinas. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Economía, Luis Caputo, se reunieron el viernes 20 de septiembre en la Casa Rosada con representantes de la brasileña GOL y confirmaron además contactos con las aerolíneas low cost JetSmart y Flybondi.
“El gobierno le pone límites al señor Biró y a su gremio de pilotos, que desde sus lugares de privilegio no se cansan de perjudicar a los argentinos”, publicó la Jefatura de Gabinete en la red social X.
Por otro lado, Aerolíneas Argentinas ha convocado a una asamblea de accionistas para el 16 de octubre con el fin de destituir a Pablo Biró, quien ya había sido denunciado por el gobierno por presunto «delito de amenazas extorsivas».
En declaraciones a France 24, el secretario de Prensa de APA, Julio Vega, denunció que el Ejecutivo busca desacreditar los derechos de los trabajadores y señalar a los sindicatos como “criminales”.
“Somos el enemigo público del gobierno, que intenta poner a la opinión pública y a la sociedad en nuestra contra. Por eso es clave destacar todo lo que se ha hecho en los aeropuertos, incluidas las medidas de fuerza y las asambleas. Nunca buscamos perjudicar a los pasajeros. Todo lo contrario: nuestra intención es poner en contexto lo que está ocurriendo con la empresa, que es nuestra línea de bandera, la línea aérea de los argentinos».
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