América Latina y el Caribe reporta la segunda tasa más alta de embarazo de adolescentes del mundo, según la ONU. Cada año, alrededor de 1,6 millones de adolescentes de entre 15 y 19 años dan a luz y, de estos nacimientos, 36.000 son de menores de 15 años, lo que equivale a que cuatro niñas son madres cada minuto en la región.
La tasa de fecundidad en adolescentes en Latinoamérica es la segunda más alta del mundo, solo superada por África Subsahariana. Y, según datos de la ONU, la cifra estimada de embarazos no planeados de adolescentes latinoamericanas de entre 15 y 19 años en el 2021 fue de 1,6 millones.
Aunque se ha registrado una disminución en todo el mundo, África Subsahariana y América Latina y el Caribe continúan con las cifras más altas a nivel mundial, con 97,9 y 51,4 nacimientos por cada 1.000 mujeres, respectivamente, en 2023, frente a una media mundial de 41,3.
Con motivo de la Semana Mundial de la Prevención del Embarazo Adolescente y el Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes, el 26 de septiembre, la ONU recordó que «cuando una adolescente queda embarazada o tiene un hijo, su salud, educación, potencial de obtener ingresos y todo su futuro pueden estar en peligro y puede quedar atrapada en una vida sumida en la pobreza, la exclusión y la impotencia«.
«Más de 40.000 niñas y adolescentes se convertirán en madres esta semana en Latinoamérica. La falta de un proyecto de vida, limitado acceso a servicios de salud y ausencia de educación integral de la sexualidad están entre sus causas. Urgen acciones efectivas para revertir esta situación», afirmó en redes sociales la argentina Susana Sottoli, directora regional para América Latina y el Caribe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Embarazo de adolescentes, un «circulo vicioso» de pobreza
En sus informes, UNFPA ha alertado que el embarazo de adolescentes ha desencadenado en Latinoamérica un «círculo vicioso» de desigualdad que impide a las mujeres y a sus hijos salir de la pobreza.
En su reporte global de 2017, que analizó, justamente, cómo las disparidades en ingresos, educación y empleo impactan en los derechos sexuales y reproductivos, UNFPA comprobó que en Latinoamérica hay una estrecha relación entre la pobreza y las crecientes tasas de fecundidad entre las mujeres más jóvenes y definió el embarazo adolescente como «el mayor desafío para la región en términos de derechos sexuales y reproductivos».
En esto concuerda Johanna Cordovez Amador, directiva del emprendimiento social Tirando X Colombia, una organización que diseña proyectos enfocados en la prevención del embarazo precoz.
«En América Latina y el Caribe, el embarazo adolescente es uno de los desafíos más importantes y el principal generador de pobreza. Factores culturales, barreras de acceso a los servicios, al igual que a información y asesoría, en muchos casos por tabúes, sumado a la falta programas de educación sexual integral han generado una transmisión generacional de la pobreza» afirma Cordovez Amador a France 24, al señalar que en muchas familias se ha «normalizado» el tener hijos en la adolescencia.
Acceso a información y a métodos de anticoncepción es una urgencia
La estrategia de la ONU para prevenir el embarazo de adolescentes, a través de UNFPA, Unicef y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se basa en asegurar el acceso a servicios e información en salud sexual y reproductiva, incluyendo el uso de los anticonceptivos modernos y frenar el matrimonio antes de los 18 años de edad.
«En América Latina y el Caribe, 44% de las mujeres entre 15-49 años no tiene acceso a anticonceptivos modernos. No podemos permitir que las mujeres vean truncadas sus opciones por falta de acceso a la anticoncepción. Debemos dar prioridad a proporcionar a las mujeres y adolescentes lo que necesitan para mantenerse a salvo y cuidar su salud sexual y reproductiva», opina la directora regional de UNFPA.
Es que, según la ONU, la profunda desigualdad en la región también se refleja en el acceso a anticonceptivos, ya que las tasas de uso de estos métodos por parte de mujeres del área rural es menor, con 67%, frente a 73% de las zonas urbanas; y para las adolescentes los obstáculos son mayores.
UNFPA considera que, al carecer de acceso a métodos anticonceptivos, en especial las mujeres más pobres, de menor escolaridad y de áreas rurales, están más expuestas a embarazos no planeados y no deseados, lo que frena su educación, retrasa su incorporación al mercado laboral y reduce aún más sus ingresos el resto de su vida.
«Es como un ciclo de transmisión intergeneracional de la pobreza», lamenta la representante de Tirando X Colombia.
Los organismos internaciones y el sector privado y social han prestado especial atención al Caribe y Centroamérica, con el foco en República Dominicana, Honduras, El Salvador y Guatemala, donde se han registrado las más altas tasas de embarazo precoz. Pero, también la problemática destaca en Colombia y México, dentro de los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), por diversos factores.
«En Latinoamérica, una de las principales problemáticas relacionadas con el embarazo no planeado es, por una parte, que hay una población que todavía no tiene adecuados conocimientos en anticoncepción, pero, por otra, que muchas parejas a pesar de tener información en anticoncepción deciden tener relaciones sexuales no protegidas y en una proporción importante tienen olvidos en el uso o uso inadecuado de los métodos anticonceptivos», afirma la epidemióloga colombiana Caroll Delgado, magister en Salud Pública.
La experta agrega que se ha detectado que, para evitar olvidos e incentivar su uso, los métodos de media y larga duración son los que benefician a esta población porque «no requieren rutinas» que los jóvenes obvien.
«Los métodos ideales en la población joven y adolescente son los métodos anticonceptivos de larga duración. Aquellas opciones que con tan solo un procedimiento médico brindan anticoncepción hasta por 357 días o incluso 10 años, como el dispositivo intrauterino T de cobre, el implante subdérmico y el sistema intrauterino o dispositivo intrauterino hormonal», añade Delgado, también jefe médica en innovación para el cuidado de la salud de la mujer de la alemana Bayer.
Proyectos de vida desde la infancia
La ampliación del acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva es solo la mitad de la solución, aseguran la ONU y los expertos consultados por France 24, que instan a abordar otras dimensiones, como tener un proyecto de vida.
Esas áreas contemplan también ofrecer a las mujeres servicios esenciales de atención de salud materna y prenatal y dar prioridad en programas de planificación a las que viven en 40% de los hogares más pobres.
También adoptar políticas progresivas encaminadas a acelerar el aumento de los ingresos entre 40% más pobre de la población y eliminar los obstáculos que impiden el acceso de las niñas a la educación secundaria.
Servicios amigables para los adolescentes
Tirando X Colombia ha advertido de los grandes obstáculos que tienen los adolescentes, hombres y mujeres, iniciada su vida sexual, para acceder efectivamente a asesoría y métodos de anticoncepción
Para esta organización, aún hay muchas dificultades en el acceso a información sobre salud reproductiva, en especial porque padres y escuelas consideran que al tratar el tema con los jóvenes están «incentivando un inicio precoz de su vida sexual».
A ello se suman los obstáculos administrativos para acceder a métodos anticonceptivos seguros y asequibles. Es el caso de Colombia, donde está garantizada su entrega, pero, en gran parte por cuestiones culturales, los mismos prestadores de servicios de salud frenan, desde la entrada a los centros de atención. que los adolescentes puedan acceder a ellos, afirma Cordovez Amador.