Los más de 30 años de carrera de Mauricio Donelli dedicados a la fotografía, cobraron vida este 2021 cuando se le presentó la oportunidad de ser el fotógrafo oficial durante el proceso de beatificación de José Gregorio Hernández.
Para el artista, de 57 años, trabajar con grandes modelos, retratar desnudos o ser testigo mudo de importantes bodas en todo el mundo, fue un ejercicio de aprendizaje y de expresión que, en sus palabras, no cambiaría por nada ni nadie.
Sin embargo, este libre pensador logró entender el significado de la palabra magia a través de los planos visuales que realizó en Hilos de Fe, fotolibro que reúne representaciones humanizadas del médico de los pobres.
“Soy fotógrafo, artista, creador. Soy libre. Cualquier ejercicio o vía de expresión, me permite evolucionar y entender más la realidad de la magia en el plano visual. Eso, precisamente, fue lo que conseguí y construí junto a Sócrates Serrano y Miguel Issa, avivar la fe y esperanza de los venezolanos mediante imágenes de su santo”, dijo en entrevista a El Nacional.
Un acto de fe
Para Donelli, creer es un acto de fe. “Soy creyente. Todos creemos en algo: en nosotros mismos, en un Ser Superior, en energías. En la verdad, en la bondad… Hasta en el mal. Pero tener fe es un acto de valientes”, señaló.
Jamás se ha cuestionado ser creyente. Para él, resulta orgánico pues “desde mi infancia, nadie me ha obligado a hacer algo que no quiera”.
Esta es una de las principales razones por las que hacer el fotolibro le resultó no solo liberador, sino que sirvió como recordatorio constante de que la fe jamás se extingue. “Puedo decir, hoy con más certeza que nunca que el Dr. José Gregorio estuvo conmigo en todo este proceso creativo; fue mi compañero y se lo agradezco porque el resultado está a la vista y alcance de todos”, resaltó.
A través de varias anécdotas, el retratista aseguró que la figura de Hernández siempre lo ha llamado a representarlo y eso, precisamente, fue lo que llevó a concretar el proyecto.
En ojos del lector
El fotolibro es una experiencia visual en toda la extensión de la palabra.
“Es casi como una obra literaria en imágenes que se hace genio para descubrir una serie de eventos que cuentan una historia. Es un viaje de esperanza y fe”, indicó.
Una tribu de creadores, cada quien dando lo mejor de sí, fueron los responsables de este fotolibro que, para Venezuela, ya es un hito.
“Lograr una conexión a través del ambiente que rodea la imagen fue mi trabajo, que engranó a la perfección con Sócrates y su actuación. Poner el alma en físico y que todo el mundo pueda verla no es tarea fácil, pero se logró maravillosamente. Además, Miguel logró describir ese danzar de almas encontradas en su conversación artística y eso es lo que termina de hacer click con el público; los eleva”, destacó.
El trabajo de Mauricio Donelli
Para Mauricio Donelli no existe otra palabra que describa su trabajo más que evolución. “Significa una transformación importante en mi carrera fotográfica. El hacer de este proyecto una realidad, es un progreso artístico considerable, sustancial para mí y los involucrados”.
Sin embargo, destaca que el público es quien obtendrá el verdadero resultado. “La fe y la esperanza crecen con cada imagen”. Y es que a pesar de que la figura del venerable tiene un significado distinto para cada persona, “verlo humanizado hace que se remuevan los sentimientos; hace que vivas el momento junto a él”.
La representación de JGH puede invadir el espacio imaginario de cada persona y eso, precisamente, convierte al fotolibro en un homenaje constante. “José Gregorio Hernández representa un arquetipo de un espacio de luminosidad del que somos identidad”, enfatizó. “La fe es el conocimiento del significado de la vida humana. La fe es la fuerza de la vida. Si el hombre vive es porque cree en algo”.
¿Y si JGH estuviese vivo?
Si los venezolanos tuviesen oportunidad de decirle algo al beato, seguramente habría muchos matices en las preguntas o solicitudes. Sin embargo, Donelli está seguro de las palabras que saldrían de su boca si tuviese la oportunidad de conversar con el Dr. José Gregorio Hernández.
“Le preguntaría si todo lo que hacemos por él está bien. Si es lo correcto y si vale la pena. También, si deberíamos cambiar algo en nuestras vidas o hacer más por los demás como él lo hizo; siempre al servicio de los que no tienen, sea económica o espiritualmente”, apuntó.
Finalmente, enfatizó que su deseo con este trabajo es que “el venezolano se dé cuenta de la fuerza de fe y del poder que llevan por dentro, que nadie tiene el derecho de ponernos límites para creer en algo pues ayudar jamás tendrá una variante, que no sea la de verdad”.
Sobre Mauricio Donelli
Nació en Falcón en el año 19564. Se graduó como licenciado en Ciencias Administrativas en la Universidad Metropolitana en Caracas y tiempo después estudió fotografía, conocimientos que posteriormente profundizó en Nueva York y en París.
Su lente ha capturado a figuras como la camaleónica Naomi Campbell, la diseñadora de modas Carolina Herrera, el diseñador venezolano Ángel Sánchez, la recordada Celia Cruz, el panameño Rubén Blades, el francés Bernard Arnault (esposo de Salma Hayek y director ejecutivo del grupo Möet Hennessy Louis Vuitton) y la actriz británica Catherine Zeta-Jones. Entre sus retratos más preciados destaca el del Dalai Lama, líder espiritual del budismo tibetano.
Su trabajo lo hizo merecedor en 1994 del premio Luis Felipe Toro con la serie de retratos de músicos latinoamericanos.
“Si me van a recordar, que sea viendo imágenes que yo haya hecho. Porque si eres recordado, es porque dejaste una marca positiva o negativa. Yo trato de hacer de mi visión una extensión de lo que hay más allá de un simple ángulo, la magia que se esconde detrás de algo visible”.
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