Ricardo (José Ramón Barreto) tiene todo un futuro por delante. Es joven, atractivo, apasionado y lleno de tanta vitalidad que parece que es capaz de lograr cualquier cosa que se proponga.

Luego de vivir unos años en el extranjero, Ricardo regresa a Venezuela para reencontrarse con su familia y sus amigos, y en una pequeña cartelera en su cuarto coloca el folleto de una universidad en la que quiere estudiar.

La suerte parece echada para una vida exitosa. Pero un diagnóstico inesperado le cambia los planes. Ricardo sufre de cáncer en la sangre y el tratamiento cuesta cientos de miles de dólares.

Al principio Vuelvealavida, dirigida por los hermanos Luis Carlos y Alfredo Hueck, parece solo una comedia en la que el protagonista se escapa de sus padres para irse de viaje con unos amigos. Sin embargo, a medida que avanza la narración el filme termina siendo una reflexión sobre las vulnerabilidades humanas, la importancia de la familia y el amor entre hermanos.

El filme, que se proyectó en la vigésima edición del Festival del Cine Venezolano, que se realiza en Margarita por primera vez, también es un viaje a una época, los 90, en la que tener una cámara de video era como tener hoy la última versión del iPhone.

Es un momento en que el fax representaba la evolución de las conexiones y la música en la radio solía ser merengue o rock, aunque la película se enfoca principalmente en este último género, con varios temas clásicos de Zapato 3, una de las bandas venezolanas más importantes de los 80 y 90.

El otro punto es que Vuelvealavida es una historia real: lo que ocurre en la película fue una situación muy dura que vivieron Luis Carlos y Alfredo Hueck. Es tan importante para ambos que Luis Carlos escribió el guion antes que el de Papita, maní, toston, la película venezolana más taquillera de la historia.

«Este fue mi primer proyecto, pero me dijeron que era muy ambicioso, que empezara con otro, así que hicimos Papita y ahora Vuelvealavida«, explicó Luis Carlos después de la proyección de su largometraje en Cinex del centro comercial Parque Costazul, en Pampatar, donde recibió una gran ovación por parte de un público, como él, conmovido.

«Me siento muy bien porque la gente se conecta con la película. Al principio piensan que es una comedia y después ven que es una película más profunda y salen llorando», añadió.

El filme también da cuenta de que Luis Carlos y su familia solían grabar momentos con la cámara, pero el ahora director todavía no pensaba que seguiría el camino del séptimo arte. «Creo que tenía un cineasta en mi cuerpo desde chiquito. Siempre se me dio contar historias a través de la cámara, pero era diversión, hasta que al final decidí asumirlo como profesión», afirmó el cineasta, que ya tiene entre sus planes la tercera parte de Papita, maní, tostón.

En cuanto a la caracterización del personaje principal, José Ramón Barreto explicó que empatizó mucho con los hermanos Hueck para lograrlo, por lo que sostuvo varias conversaciones con ellos y vio muchos videos y fotos referenciales.

«Cada personaje para mí es el más difícil de caracterizar. Pero sin duda tener a los directores al lado siendo las víctimas de la historia fue un elemento que le sumó dificultad, porque había que convencerlos a ellos. A la vez fue una herramienta para sacar de ahí lo que necesitaba para el personaje», dijo el actor, que también estrena en el festival el filme Visceral, en el que actúa y es productor ejecutivo.


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