Las experiencias vividas durante el bachillerato son las que mayor impacto pueden tener en la formación de los jóvenes. Voy por ti, primer estreno nacional del año, refleja cómo los vicios alimentados por las nuevas tecnologías se incuban en las casas de estudio del país.
El segundo largometraje de la venezolana Carmen La Roche explora una temática poco tocada en el cine nacional: el bullying y el sexting escolar. Con un elenco liderado por actores noveles y rodada en una época turbia para Caracas, Voy por ti busca la reflexión sobre conflictos contemporáneos. «Al iniciar la creación de esta película me pregunté cómo es posible que estas cosas ocurran en los liceos y que no se sepan. Cuando entendí lo complejo de este asunto mi objetivo fue hacer conocidas estas problemáticas», explicó la directora.
La película, protagonizada por Gregory Maldonado, Santiago Ozuna, Génesis Vernaza y Andrea Levada, sigue la vida de Marcos, un joven caraqueño con la particular afición de coleccionar insectos. Él se siente atraído por Maryuri, una libertina chica de su liceo. Pero ella está enamorada de Yorman. Este personaje, por su parte, colecciona grabaciones eróticas realizadas en la escuela y vende celulares robados. Cuando Marcos se entromete en el camino de Yorman comienza una espiral de venganza y acoso que transformará al protagonista y lo pondrá cerca de un abismo.
El acoso escolar no es un tema habitual en el cine nacional. La Roche dice al respecto: «La referencia más cercana a la vida de los estudiantes en los liceos es una película de hace 41 años, El rebaño de los ángeles, de Román Chalbaud. Para nosotros era importante dejar para esta generación un filme que refleje el grave conflicto que ocurre en los centros de estudios que está acentuado por las nuevas tecnologías».
En la trama se explica cómo el mal uso de las redes sociales y los smartphone en estas instituciones se puede volver un peligro potencial. Los videos pornográficos y de violencia se convierten en un arma para la difamación, la extorsión y la humillación. Para la realizadora esto es un fenómeno social que se ve fuera y dentro de las escuelas y que debe ser difundido.
La propuesta de La Roche es reservada, pero crea un mundo en el que los personajes se mueven libremente en su entorno. Es un liceo donde la autoridad es imperceptible, los docentes no participan activamente en la solución de los conflictos. Asimismo, los padres promueven de manera inconsciente las actitudes de sus hijos. Un mundo dominado por el vicio.
El liceo simula la vida en la cárcel. La visión del director de fotografía, Camilo Paparoni, crea espacios cerrados, desolados y deteriorados. Movimientos dinámicos con cámara en mano y planos exteriores que visualizan numerosos barrotes recrean una situación de confinamiento. Es como si los estudiantes estuvieran atrapados en una prisión de donde no pueden escarpar hasta que se gradúen. Eso genera una dualidad entre lo real y el sentimiento de ahogo de los protagonistas.
La migración del país, la depresión y la violencia en la ciudad se utilizan como telón de fondo que contextualiza lo vivido en el liceo. Es así como ninguno sale ileso de esas circunstancias y la violencia se forma como una cadena en la que todos pueden pasar de verdugo a víctima.
El sexo también es un asunto importante en la trama. En la cinta constituye una herramienta de manipulación y se emplea para crear situaciones dolorosas y crudas.
El elenco
Las actuaciones estuvieron bien concedidas, aun cuando muchos de los integrantes del reparto no han trabajado en cine.
«Para mí era importante encontrar la energía de los personajes en los actores. Era fundamental porque sabía que iba a trabajar con muchachos que quizás iban a interpretar su primer papel. Los intérpretes decían que no se parecen a los personajes, pero sus transformaciones fueron drásticas. Buscaron referencias, se hicieron muchos ensayos, improvisación y trabajo de grupo. También fue importante crear relaciones emocionales reales, el elenco creó un vínculo afectivo», comentó la directora.
Quizás la interpretación que mayor fuerza tuvo fue la de Santiago Ozuna como Yorman. Es un personaje que aun siendo la representación del acosador es el más logrado y no se hunde en estereotipos. Con 18 años de edad, debe mantener el equilibrio entre ser padre adolescente y seguir manteniendo su estatus en un liceo del que se siente líder. El intérprete mereció el premio a Mejor Actor Secundario del Festival de Cine Venezolano 2019. Por su parte, Elisa (Andrea Levada) se resiste a esa realidad y es caracterizada como una chica rebelde, que aun enamorada de Marcos intenta salirse de los moldes y mantener sus objetivos.
Detrás de la cinta
Las circunstancias en las que se rodó el filme no fueron las mejores. En 2017 resultó un reto grabar la cinta en medio de las protestas antigubernamentales. «Hacer Voy por ti fue muy duro. Llegamos a pensar en suspender el rodaje y los mismos jóvenes de la película atravesaron la ciudad de punta a punta para seguir con el rodaje. Decían que nuestra manera de resistencia era esta, terminar la cinta», contó La Roche.
La cinta no solo se logró rodar sino que también tuvo su estreno en el Miami Film Fest 2020 y, tras varias proyecciones, planea continuar su recorrido internacional por otros festivales. El centro cultural de Suiza, Pole Sud Lausanne, la presentará en junio. Voy por ti llegará a las salas de cine del país este viernes 21 de febrero y seguirá su difusión en comunidades y liceos del país con cineforos. La Roche indicó que al tocar un problema tan universal puede servir como material con fines pedagógicos y para el debate.
Este no es el primer trabajo de la cineasta. Su primer largometraje es Perros corazones (2008), acerca del duelo por la pérdida de un familiar. Sus cortometrajes Tres monos (2000) y El último Frankenstein (2004) hablan del abuso y el abandono infantil. La Roche, además, trabaja en otras historias sobre ese tipo de problemas contemporáneos.
La directora opina que los docentes y representantes deben buscar soluciones en el ámbito emocional para afrontar esas situaciones. También que deben entenderse mejor las redes sociales para utilizarlas como herramientas beneficiosas y no perjudiciales. «Pienso que lo más importante es hacer entender a los jóvenes que estos casos ocurren, que no están aislados. No son los únicos que los padecen. Es importante porque significa que existen otras salidas para resolver estas problemáticas sin que sean trágicas», dijo.
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