Apóyanos

Valores al rescate

María Gabriela Isler

Por
    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

Puede que haya entregado la corona de reina universal, pero no la vocación de promover buenas causas. María Gabriela Isler, criada en una familia de médicos, no sabe lo que es hacerse la vista gorda ante las necesidades ajenas. Iniciativa Isler es el proyecto latinoamericano que lleva adelante con actividades que promueven el empoderamiento de los jóvenes, la educación y la disminución del embarazo en adolescentes, la mortalidad materna, el tráfico de personas y la esclavitud moderna, a través del refuerzo de valores positivos entre las nuevas generaciones y de la reivindicación de la educación como instrumento de superación.

En Venezuela, ese esfuerzo se manifiesta a través de un programa de educación sexual y reproductiva llamado “Aprendiendo a querer”. Viene aplicándose en 9 instituciones educativas de Miranda, Táchira y Aragua –con un alcance de más de 3.900 estudiantes y más de 200 docentes–, en alianza con Provive y a través de un fondo propio que ella denominó Universo de bendiciones, con el que ha procurado canalizar ayudas para Venezuela. Isler también lidera las campañas “Si te apuras, ¿qué ganas?”, dirigida a prevenir el embarazo precoz, “Sin ti no hay país”, centrada en el rescate de los valores ciudadanos, la convivencia y la conciliación, y “Elígete a ti”, en pro del empoderamiento.

“Creo que lo primero que sueño para mi país es la inclusión. El mayor de mis anhelos es ver tolerancia, respeto, apoyo, capacidad de crecimiento en conjunto, como comunidad. Eso es lo que me inspira a seguir sumando. Desde mi ámbito no puedo influir en lo económico o lo político, pero sí desde lo social”, señala la Miss Universo 2013 y licenciada en Gerencia. “La única forma de que una nación salga adelante es a través de la unión y siento que eso es lo que yo puedo aportar: valores, espacios de conciliación y empoderamiento”.

Se intuye que ha podido arrellanarse en la comodidad de quien aparentemente ya cumplió con el país, sin embargo, ella piensa que su labor apenas comienza. “Siento la necesidad de apostar por la Venezuela en la que sueño establecerme para formar una familia. Doy un paso más, porque ese país no va a ser posible si yo no me comprometo como venezolana para sumar, para ser un factor de cambio. Si estoy afuera, doy también el paso de prepararme lo suficiente para poder regresar en el momento que haya que reconstruir una nación con los conocimientos, las conexiones y lo que haya podido lograr estando acá en Estados Unidos. Sueño con una Venezuela de oportunidades que nos permita crecer y forjarla con trabajo en conjunto, y quiero mantener esa matica de esperanza siempre viva con agua  y amor”.

Considera que uno de los  cambios más urgentes empieza por un nuevo liderazgo, honesto y comprometido. “También creo que para mejorar contamos con un gran talento humano, y si bien es verdad que mucho se ha ido, en Venezuela queda un numeroso grupo de personas capaces de dar su vida por ella. Lo que nos falta quizás es organizar voluntades”, señala. “Por eso la actitud que promuevo es de fe, de esperanza continua, de superación, porque no podemos decaer. Yo prefiero multiplicar una sonrisa que llegar triste a mi casa porque me quieran quitar la mía”.

Isler confía en que Venezuela está aprendiendo a ser una comunidad guerrera, resiliente, que busca superarse. “Los venezolanos que estamos afuera lo decimos siempre: póngannos cualquier cosa enfrente. Nos hemos acostumbrado tanto a reinventarnos y a remontar tanto, que somos capaces de lograr lo que queramos porque hemos tenido que encontrar oportunidades en las crisis para sobrevivir. Ese aprendizaje es muy valioso”. Confiesa que al concebir todos estos proyectos ha conseguido salir de la negatividad en la que ella también se había envuelto. “He entendido que no puedo dejarme abrumar, porque todos los días hablo con mi familia y me di cuenta de que no puedo seguir siendo parte del problema o de la incertidumbre que ellos puedan sentir. Me tengo que convertir en un acelerador de fe y esperanza. Todo eso me ha enseñado a ser más humilde y entender que si estoy aquí tengo que aprovechar al máximo la oportunidad”.

¿Por dónde comienza la solución? “Por ser conscientes de que el cambio proviene de uno mismo y por entender que si no podemos empezar desde el ejemplo, no podemos esperar resultados diferentes en la calle hacia nosotros. Hay que hacer una retrospectiva y evaluar qué estamos haciendo mal. Pero un cambio muy importante sería olvidar que existen los subsidios, los regalos, lo gratuito, el facilismo: entender que solo con el esfuerzo continuo vamos a salir adelante y que nos merecemos la oportunidad de progresar con un trabajo digno y honesto para mantener a nuestras familias sin que nos regalen nada”, propone. “La única forma es que nosotros demos el primer paso”.

En Instagram: @gabrielaisler


“Hay que llenarnos de buena energía con cosas que nos llenen el alma y no dejarnos robar esa fuerza por quienes no tengan fe en un futuro mejor”

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional