Valeska Soares es una artista conceptual brasileña, nacida en Belo Horizonte en 1957, que actualmente vive y trabaja en Brooklyn, Nueva York desde 1992. Su madre fue una artista de la performance, activa durante los años 1960 en Brasil, lo cual constituyó una influencia significativa en el acercamiento de Valeska al arte desde muy joven, así como a la exploración de su temperamento artístico. Sin embargo, la búsqueda de su propia identidad como artista tendría un camino muy diferente al de su madre. Estudió Arquitectura en la Universidade Santa Úrsula de Río de Janeiro, y posteriormente Historia del Arte y Arquitectura en la Pontificia Universidade Católica de Río de Janeiro.
La arquitectura como rama artística tiene una fuerza palpable en su carrera, desde sus orígenes. Pero no es en el sentido físico de la conformación estructural de sus obras donde se aprecia, sino en el plano de las teorías y conceptos detrás de la arquitectura como campo de estudios. Especialmente la contraposición entre lo efímero y lo permanente; lo estable, duradero y robusto en contraste con aquello que pasa y cambia continuamente. La arquitectura entraña esta dualidad, pues si bien un edificio está construido de manera sólida, a partir de materiales y estructuras industriales, con la idea de perdurar en el tiempo; el uso que de él hacemos es fluctuante y perecedero, así como la propia vida humana. Esto no es contradictorio, sino complementario, y la reflexión sobre estos asuntos que complejizan las nociones de tiempo, espacio y existencia marca una línea temática esencial en la obra de Valeska.
Finale, 2013. Mesa antigua, copas antiguas, espejo ondulado y licor
A ello se suman otros aspectos que también convierten a sus obras en entes que evolucionan y cambian en el tiempo, por ejemplo a través del uso de los aromas o del cambio de colores en sus instalaciones de copas y vasos vintage cuidadosamente dispuestos sobre muebles antiguos para crear un efecto de impermanencia a través de los licores que se evaporan poco a poco, pero inexorablemente. Otros elementos u objetos antiguos también le sirven como punto de partida para sus obras, tales como retratos académicos que modifica y manipula a través de distintos procedimientos creativos, así como alfombras, relojes, carátulas de libros coleccionables…
Tomemos como ejemplo la bellísima pieza aquí ilustrada, del año 2011 Scarlett Letter que forma parte de su serie Bindings (Encuadernados). El nombre de la pieza alude a la célebre novela de Nathaniel Hawthorne de 1850, una de las primeras publicadas en los Estados Unidos. Esta célebre pieza literaria, citada por Valeska a través del propio título de su obra, aborda magistralmente temas relacionados con los prejuicios sociales, el puritanismo y la condenación del prójimo en función de la moral colectiva. El diálogo con una novela de época (la historia tiene lugar en el siglo XVII), que Valeska trae a colación en la actualidad, habla sobre lo mucho que ha cambiado la sociedad mundial desde aquel momento, y paradójicamente cuán poco ha cambiado la naturaleza humana, aún superficial y prejuiciosa. Una vez más el cambio y la permanencia van a la par, tomando a la literatura como fuente de inspiración y recurso expresivo. Junto a la cubierta de una edición antigua de Scarlett Letter, Valeska ha situado otras de importantes referentes literarios internacionales, como Fortune is a Woman de Winston Graham, This Side of Innocence de Taylor Caldwell o The Unforsaken de Christian Murciaux, entre otros… El conjunto es una suerte de popurrí literario, citado a través de las tapas duras de sus encuadernaciones, objetos antiguos convertidos así en elementos con valores estéticos independientes al concepto detrás de cada libro, y sin embargo íntimamente ligados.
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