Aquella mañana de 2013, durante un acto de fin de curso en el auditorio del Colegio Emil Friedman, en Caracas, Germán García y María Eugenia Villegas reconocieron que Valentina, su única hija, tenía talento para la música, sobre todo para el canto. Ese día, una niña de 9 años de edad, estudiante de tercer grado que desde los 4 había estado en el coro del colegio, interpretó «El novio pollero» y asumió allí, en medio de aplausos y en su primera actuación como solista, que dedicaría su vida al canto. Haría todo por hacer su sueño realidad.
Valentina creció en un hogar donde la música era compañía diaria. Sus padres, que formaron parte de la Schola Cantorum de Venezuela, la agrupación coral fundada por Alberto Grau y dirigida por María Guinand, se encargaron de estimularla desde muy pequeña con lo más importante del repertorio venezolano y latino. «En mi casa sonaba todo el tiempo Rubén Blades, también Guaco, música llanera y Stevie Wonder. Los gustos de mi papá determinaron los míos. Y se lo agradezco mucho», dice la caraqueña de 19 años de edad, ganadora de la beca que otorga la Fundación Cultural Latin Grammy que le permitirá realizar estudios en el prestigioso Berklee College of Music, en Boston.
La universidad privada estadounidense siempre había estado en su radar por la relación que mantiene con el Colegio Emil Friedman, reconocido por la formación musical de sus estudiantes. En las instalaciones de la institución, en Los Campitos, Caracas, se realizan las audiciones para ingresar a Berklee.
Tuvo que prepararse mucho Valentina para llegar a Boston. Y en esa formación fueron determinantes su maestra de canto Zaira Castro y María Eugenia Atilano, profesora de la escuela de música Ars Nova. «Conocí a Valentina cuando tenía 9 años de edad, cuando creé, hace 13 años, la cátedra de Canto Solista del Friedman. Una niña muy afinada, solvente, graciosa y muy sencilla que disfrutaba el arte de cantar», recuerda Castro.
Una de esas alumnas que luego pasaron a su academia de canto. «Fue el comienzo de una etapa en la que sabía que le podía exigir mucho porque podía dar más», dice la soprano que durante 10 años apoyó la formación de la joven que ganó el segundo lugar del concurso La Voz de Baruta.
Castro, a quien Valentina le agradeció la compañía y el apoyo en la ceremonia organizada por la Academia Latina de la Grabación para celebrar la Beca Prodigio, fue determinante en la preparación de la joven para las audiciones en las que participó. Porque sí, tenía el sueño de ir a Berklee, pero no los recursos económicos: «Yo vengo de una familia clase media. Mi papá es comerciante y mi mamá tiene una empresa de servicios tecnológicos. No teníamos el dinero para que yo estudiara en el exterior. Pero no me desanimé nunca. Para mí fue una gran motivación Diana Valero, una de mis mejores amigas, pianista, que ganó tres becas, una de ellas en New York University. Yo sabía que había muchas oportunidades si era constante, si me esforzaba. Yo la ayudé a aplicar. Y decidí intentarlo. Sabía que lo podía lograr».
Se tomó una pausa de sus clases de canto y, en medio de la pandemia y cuando estaba por graduarse de bachiller, se inscribió en Ars Nova, una escuela de música online para estudiar piano y teoría y solfeo. «Fue una época de mucho aprendizaje, de preparación. ‘Esto es como estudiar Medicina’, me dijo la profe María Eugenia. Confieso que hubo días en los que las cosas se me hicieron difíciles, días de cansancio. Pero yo estaba enfocada en hacer las cosas bien para crecer musicalmente».
Terminaba el año 2020 y volvió a coincidir con Castro luego de la pausa. «Allí la vi tan decidida. ‘Quiero dedicarme al canto, quiero ir a Berklee’, me dijo», cuenta la profesora. «Y lo primero que hice fue reunirme con sus padres comenzando 2021. Siempre la han apoyado, pero estaban un poco asustados en ese momento». Y a partir de entonces, durante año y medio, Valentina García se sometió a un duro e intensivo entrenamiento para preparar un sólido portafolio para las audiciones. Fue un trabajo en equipo: mientras ella estudiaba, su mamá se dedicó a buscar día y noche universidades y planes de financiamiento para su hija en Estados Unidos y Europa.
Valentina audicionó en la Universidad de Los Ángeles, donde obtuvo una beca que cubría 40% de la matrícula. Y preparó con mucha dedicación y esmero la audición para Berklee. «Fue por Zoom y conté con el apoyo incondicional de mi colegio que me acondicionó la sala de conciertos para la prueba. Fue el 4 de marzo, pero desde agosto estaba grabando videos y armando mi portafolio. Ese día canté un arreglo de ‘La vie en rose’ y ‘Llanera altiva’, de Alberto Arvelo Torrealba y Rafael Salazar. Fue un proceso que me generó mucha tensión pero que disfruté mucho. La persona que me entrevistó era muy divertida. Hizo que la hora pasara rápido». Como rápido le llegó el correo en el que le hacían saber que la universidad le daba 50% de la beca. Le tocaba, entonces, buscar la otra mitad.
Fue cuando decidió audicionar por las becas que concede la Fundación Latin Grammy. No una, sino tres. Prodigy Scholarship (patrocinada por la actriz y cantante Sofia Carson ) que otorga 200.000 dólares, Gifted Tuition Scholarship (100.000 dólares) y Tuition Assistance Scholarship (10.000 dólares). Los requerimientos para optar por financiamiento eran más que los que solicitaban las universidades a las que había aplicado: varios videos, cartas de recomendación y una exposición de motivos. «Terminé de aplicar el 10 de abril. No perdía nada optando por las tres becas, creía que me iban a dar la Tuition Assistance Scholarship. Pero nunca imaginé que me ganaría la Prodigio. Todavía no me lo creo, estoy tratando de asimilar todo esto», dice Valentina. El 20 de abril la Academia Latina de la Grabación la convocó para una reunión por Zoom. Y allí, de pronto, apareció Sofía Daccarett Char, la cantante, actriz, bailarina y compositora estadounidense de ascendencia colombiana, conocida como Sofía Carson, para anunciarle a la joven nacida el 16 de julio de 2003 que había ganado la Beca Prodigio. «Mi mamá siempre creyó que podría lograrlo; yo no quería entusiasmarme tanto porque sé que el golpe iba a ser duro si no lo lograba. Ese día celebramos en familia, lloramos y agradecimos. Esto fue un trabajo en equipo. Aún no entiendo cómo el universo conspiró para que lograra esto».
Carson, protagonista, productora, compositora e intérprete de la banda sonora de Corazones heridos, la exitosa película de Netflix, afirma que está deseosa de ver triunfar a Valentina. «No veo la hora de verla despuntar. Apenas oí su voz me emocionó en lo más profundo. Su voz es su corazón, bella y potente. Deslumbra. Cambiar su vida con el poder transformador de la educación musical es el mejor regalo».
El 11 de agosto Valentina García tuvo la oportunidad de compartir con su admirada Sofía Carson en el escenario de la Fundación Cultural Latin Grammy en Miami. «Fue un momento muy especial. Tenía tantas ganas de conocerla. Ha sido la mejor madrina musical que pude tener». Ese día, de los más emocionantes, confiesa, interpretó «Ojos color de los pozos», de Alberto Arvelo Torrealba y «11 de agosto», un tema de su autoría. «Yo siempre he intentado poner mis pensamientos en música, dar buenos mensajes. Desde los 10 años escribo, pero me daba mucha pena mostrarlo».
El 25 de agosto aterrizó en Boston para comenzar su semana de inducción en Berklee College of Music. «No niego que tengo miedo. Nunca he vivido sola. Me da susto dejar mi casa, mi ciudad, mi país. Pero estoy muy emocionada. Será un reto para mí. No será fácil. Extraño a mis papás, a mi perrita, a mis tías, a mis amigos. Pero siento que esto será una oportunidad que me permitirá crecer. El esfuerzo y el sacrificio no serán en vano».
Durante los próximos 4 años se dedicará a estudiar Songwriting, Vocal Performance y Professional Music. Luego le gustaría hacer un máster en teatro musical, su norte. Y, sobre todo, quiere hacer música con gente buena. «No me interesa trabajar con el más talentoso sino con el que hace música con amor, desde el corazón». Y menciona Valentina a sus amigos de la agrupación Cayiao. «Son increíbles. He tocado con ellos en fiestas y es gente a la que le va muy bien porque son grandes músicos pero mejores personas».
En un futuro quiere regresar a su país, conocerlo más. «Tengo un amigo, un gran cuatrista llamado Ángel Colorado, con el que me gustaría recorrer Venezuela buscando sonidos de nuestra música que no conocemos. Ese es un objetivo que me he planteado».
La profesora Zaira Castro dice que el estilo de Valentina es único. Que con ella no tiene punto de comparación. Y la joven becada dice que quisiera desarrollar una carrera como la de Lizzy McAlpine, una cantautora estadounidense de 22 años de edad que se hizo famosa en TikTok. «Ha sido una gran inspiración para mí. Es muy sencilla, su puesta en escena es tan limpia. No es que quiera ser como ella, porque tengo que ser yo, pero es un modelo a seguir».
Se declara fanática de Harry Styles desde la época de One Direction. «Me encanta lo que está haciendo». Admira a Ariana Grande. «Debe ser la cantante con la mejor agilidad vocal de mi generación. Una de mis aspiraciones es crecer vocalmente». Y quisiera llegar a escribir como Rubén Blades. «Es el mejor cantautor que conozco. Es mi casa. Son mis raíces latinas. Es impresionante todo lo que cuenta en una canción».
¿Un consejo de Sofía Carson para Valentina García? «Cree en lo imposible. Lucha por tus sueños sin temor. Haz lo que te dicta el corazón, infinitamente. Usa tu voz muy fuerte. Y, más que nada, mantente cerca de tu familia, mano a mano, en cada paso del camino».