El cuartico
Foto: Ignacio Enrique Tovar Rodríguez

Al bajar del escenario, Estefanía León, Daniel Enrique y Chucho Roldan, aún agitados, corren a su camerino para buscar sus teléfonos. Van de un lado al otro. Saludan y abrazan a quienes se encuentran en el camino, conocido o no. Para ellos, todos los que estaban allí, alguna habían contribuido a que todo quedara como lo habían imaginado. Estaban contentos, pero sobre todo agradecidos. Impacientes, preguntan por sus amigos y familiares. Quieren celebrar con ellos el cierre de la segunda gira de El cuartico, pero sobre todo el show más grande que han hecho hasta el momento: el que ofrecieron el sábado en la Concha Acústica de Bello Monte.

Poco a poco, comienzan a llegar sus familias: mamás, abuelas y tías, en su mayoría, quienes orgullosas abrazan y felicitan a los comediantes por ofrecer un gran show. También aparecen algunos amigos, pero no todos. El espacio no da para tanto. Hay muchas personas y el equipo de producción quiere tratar de mantener el orden. “Oye, me están escribiendo los muchachos. Déjenlos pasar, porfa”, pide Daniel preocupado. No quiere que sus amigos, aquellos que fueron sus compañeros en Plop y con los que comenzó a hacer stand up, queden fuera de la celebración. De pronto, el lobby de la Concha Acústica de Bello Monte se convirtió en el escenario de una gran fiesta, en la que amigos y familiares celebraron un show histórico para los comediantes.

El del sábado no era el primer show de El cuartico en Caracas, ya se habían presentado hace dos años en el Anfiteatro de El Hatillo. Pero sí era el primero que hacían ante tantas personas, alrededor de 3.000. Fue abrumador y a la vez reconfortante. Era la muestra de que el trabajo de los últimos cuatro años había dado frutos.

El cuartico
Foto: Ignacio Enrique Tovar Rodríguez

“(Estar aquí) es raro, porque es un lugar que uno ha visto desde hace mucho tiempo. De hecho, yo grabé un sketch de Santo Robot aquí, clandestinamente. Entonces, para mí es una locura que, años después, volviéramos con un show. Es muy simbólico”, dice Jesús “Chucho” Roldán sobre la experiencia en el espacio del municipio Baruta que se inauguró en 1954, obra del arquitecto argentino Julio Volante.

El show de El cuartico, producido por Snow Entertainment, no era un episodio del podcast, pero tampoco un stand up. Era una mezcla de ambos. Un híbrido raro. Adaptar la dinámica del podcast a un show en vivo. No había un tema definido como en los episodios, era más un ejercicio de dibujo libre en el que cada uno iba trazando con anécdotas de su vida en Ciudad de México, donde viven desde hace siete años, y de su regreso a Venezuela. Una pieza que incluía los puntos fuertes del podcast: sketches, improvisación y chistes.

Cada show fue diferente. Incluso, hicieron sketches distintos para cada ciudad, con los que comenzaban cada presentación como en los episodios del podcast. El show de Caracas inició con la proyección de varios videos musicales –porque sí, El Cuartico no solo hace sketches, también tiene canciones–, como “Rézamelo en cruz” y “Tiradera Santa vs Niño Jesús”, antes de que pasaran el sketch especial de Caracas: un viaje en encava desde Ciudad de México hasta la capital venezolana.

Estefanía, Daniel y Chucho
Foto: Ignacio Enrique Tovar Rodríguez

Al finalizar, sobre el escenario aparecieron Daniel y Chucho, solo faltaba Estefanía, quien recreó uno de los sketches más populares del podcast: el de los tambores. Así, los comediantes comenzaron una noche en la que en poco más de dos horas entretuvieron y sacaron risas a un público que siguió atento cada historia y en la que también tuvo espacio para compartir las propias.

Esta gira, con la que además de Caracas visitaron Maracaibo, Barquisimeto, Valencia y Lechería, les permitió saber cuánto ha crecido el podcast, que comenzó en junio de 2020 como una forma de explicar temas de interés general rigurosamente investigados con mucho humor. “Todo siempre es a través de una pantalla, desde el estudio, es una dinámica completamente diferente, por eso poder verlos (al público) en persona es una sensación muy abrumadora”, asegura Estefanía sobre este regreso al país, que considera ha sido una oportunidad de reconectar con sus propios códigos.

“Los tres vivimos afuera y a veces uno se siente muy distante, pero cuando llegas a tu país, a tu casa, donde entiendes todo y todos te entienden, se siente muy bien”, agrega.

El cuartico
Foto: Ignacio Enrique Tovar Rodríguez

Aunque el show de Caracas fue especial, eso no hizo que los demás fueran menos importantes. “Fue un buen final para la gira porque es nuestra ciudad y es la cereza del pastel, pero no diría que es más o menos importante que los shows de Maracaibo, Barquisimeto, Valencia o Lechería, donde la pasamos muy bien y también fueron increíbles”, afirma Daniel.

Los comediantes llegaron a cada ciudad uno o dos días antes de los shows, por lo que tuvieron tiempo de disfrutar de cada lugar y conocer personas nuevas. “En cada lugar estuvimos un rato, vimos cómo era la dinámica, la gente, algo además incluimos en el show, sobre todo en los primeros minutos en los que siempre hablamos de la ciudad o país en el que estamos”, detalla Chucho, quien dice que se llevan una buena impresión de las ciudades que visitaron. “Ha sido un encuentro interesante porque no habíamos visitado algunas de las ciudades antes, entonces no teníamos referencias y, honestamente, nos llevamos buenas impresiones de los lugares a los que fuimos y, sobre todo, de la gente”.

Tras el cierre de la gira, los comediantes pasarán un mes en Caracas. Quieren aprovechar el viaje para pasar tiempo con sus familias y, cómo no, trabajar. “Este es un viaje de trabajo y de placer. Queremos grabar un par de episodios en la ciudad para aprovechar invitados que no podemos tener porque estamos lejos, este es el momento perfecto. También vinimos a disfrutar, ver amigos, familia, ir a la playa…Queremos hacer todos los planes que podamos hacer”, asegura Estefanía.

Concha acústica de Bello Monte
Foto: Ignacio Enrique Tovar Rodríguez

Los comediantes no se imaginan sin El cuartico y consideran que de no haber comenzado el podcast, de alguna forma u otra, hubiesen hecho algo similar. “Creo que si no estuviera el podcast igual nos seguiríamos dedicando a la comedia porque es lo que nos gusta y lo que hemos hecho durante años en distintos formatos, escrito, stand up, audiovisual. Afortunadamente, se dio El cuartico y hemos aprendido muchas cosas y también hemos madurado. No somos los mismos, no solo en contenido, también en el aspecto personal”, considera Daniel.

De la gira por Venezuela, los comediantes se llevan a casa el cariño, apoyo y agradeciendo del público, nuevo y viejo, que los acompaña cada semana en un cada episodio del podcast. “Muchos nos dicen que nos escuchan mientras trabajan, hacen sus tesis de la universidad o en momentos difíciles. Saber que eres compañía para alguien es muy bonito”, dice Estefanía, quien asegura que el podcast también los ha cambiado tanto en lo profesional como en lo personal. “Cada episodio es un aprendizaje constante. No somos los mismos del primer episodio, para nada, incluso a nivel de identidad. Al principio, teníamos la visión errónea de que el podcast tenía que ser latinoamericano y con el tiempo nos dimos cuenta de que había que rescatar lo que éramos nosotros y ya, nuestra propia identidad. Eso fue muy bonito porque vimos cómo la gente se unía, no sólo venezolanos sino personas de otros país, argentinos, españoles, que nos dicen ‘los veo y me encanta’”.

Tras una breve espera, Daniel, Chucho y Estefanía pudieron brindar junto con sus amigos y familia por un show especial, en el que más allá de las risas pudieron reconectar con su público en su ciudad. Un gran regreso a casa para El cuartico.

El cuartico
Foto: Ignacio Enrique Tovar Rodríguez

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