Los aficionados presentes en París durante los Juegos Olímpicos (26 de julio – 11 de agosto) podrán visitar una retrospectiva sobre la estrecha relación del impresionismo con el deporte, en el museo Marmottan-Monet de la capital francesa.
La hípica, el ciclismo, el fútbol o la vela eran algunos de los deportes que los impresionistas, adeptos a la pintura al aire libre, plasmaron con asiduidad en sus telas, como demuestra la exposición En jeu! Les artistes et le sport 1870-1930 que se inaugura este jueves.
La exposición presenta hasta el 1° de septiembre más de 160 cuadros, esculturas, grabados, carteles y fotografías provenientes de colecciones privadas y públicas de Europa y Estados Unidos (el museo Peggy Guggenheim en Venecia, Yale University Art Gallery de New Haven, museo de Filadelfia…).
El deporte se democratiza durante esas décadas de finales del siglo XIX, mientras que el impresionismo, una corriente artística que quiere reflejar los cambios de la vida moderna, se impone rápidamente como la nueva tendencia pictórica.
Deportes como la esgrima o el boxeo «eran más bien aristocráticos y anglosajones», recordó a la AFP Erik Desmazières, comisario de la muestra junto a Bertrand Tillier y Aurélie Gavoille.
La exposición muestra «cómo el deporte forma parte de la modernidad y cómo los artistas, escultores, grabadores y de forma general los productores de imágenes (litografías, caricaturas, carteles, dibujos y fotografías de prensa) construyen ese movimiento», añadió Tillier.
Gustave Caillebotte y Thomas Eakins pintan deportes acuáticos, Honoré Daumier dibuja combates de lucha libre, Pierre Gatier y Frits Thaulow los patinadores y esquiadores.
Henri de Toulouse-Lautrec hace un cartel publicitario para una cadena de bicicleta, y años más tarde, en 1912, Antony Metzinger le da un toque cubista a un cartel dedicado a la nueva carrera ciclista París-Roubaix.
Robert Delaunay pinta el fútbol, que el brasileño Angel Zarraga también reproducirá en un cuadro que no ha sido colgado con frecuencia en una exposición.
Las mujeres también ocupan los terrenos deportivos, ya sea en las pistas de esquí o el tenis (Maurice Denis), pero no como artistas.
«Durante mucho tiempo fueron espectadoras de las proezas masculinas y luego, progresivamente, a finales del siglo XIX, empiezan a practicarlas y se vuelven actrices de ese movimiento de democratización del deporte», explica Tillier.