Un afiche, un mural, un flashmob. Tres formatos distintos para el mismo fin: artivismo. Son el resultado de tres convocatorias impulsadas por Trasnocho Cultural entre 2020 y 2021 que buscaba mostrar el arte como medio de expresión de crítica y transformación social. Ahora se exhiben en una exposición en la sala común del centro cultural de Paseo Las Mercedes que durará un mes.
“El Trasnocho siempre ha buscado el diálogo con la comunidad, con los ciudadanos. Nuestra función de difundir arte y cultura es tener un diálogo con el ciudadano. Estamos convencidos de que la cultura, igual que la educación, es fundamental para el progreso de un país”, dijo la exdirectora del centro cultural Solveig Hoogeisteijn y coordinadora de las convocatorias de Artivismo.
“Decidimos ampliarnos hacia la calle; vamos a ir a plazas, hacia el espacio público con un tema que es el cambio social, porque todos deseamos una mejora en nuestro país. No importa de cuál color político seamos, todos la deseamos”, agregó.
“Libertad y justicia para todos” dice el afiche, que tiene un diseño que también hace alusión a La libertad iluminando el mundo, conocida como la Estatua de la Libertad, ubicada en Nueva York. Su creador es el ilustrador y diseñador Yonel Hernández, de 40 años de edad, que antes ha expuesto en la Sala Mendoza y formó parte de la última edición del Salón Jóvenes con FIA en 2019.
“El artivismo, la manera como lo interpreto, es una acción social desde las artes y desde el trabajo plástico, pictórico o ilustrativo. Ser participe socialmente, pero desde el trabajo plástico”, explica Hernández. “Uno de los elementos claves era la participación de la sociedad para alcanzar movilidad o cambios sociales. Me parecía importante hablar sobre justicia y libertad y como nosotros mismos podemos empoderarnos y buscarlos, como el trabajo colectivo puede permitir hacer cambios sociales”.
“La idea de libertad de justicia y para todos, no como algo que nos otorgan, sino como algo que buscamos y conseguimos”, enfatiza sobre el afiche que, gracias a la colaboración de la Alcaldía de Baruta, será expuesto en los postes de luz de la zona.
El concurso de afiches le dio paso al concurso de murales, una manifestación que en los últimos años ha tomado las calles tanto del municipio Chacao y el municipio Baruta, de la mano de los vecinos como una forma de rescatar el espacio público. El ganador fue el arquitecto Ángel Ravelo, de 38 años de edad, con la obra Hermanos: manos entrelazadas de distintos colores que se tejen entre sí.
En la exposición hay un pendón que reproduce el diseño original, que se muestra en una pared de 30×10 metros, ubicada en la carretera vieja de Baruta, que comunica Terrazas del Club Hípico, El Peñón y La Trinidad. Fue un espacio que se recuperó como parte del proyecto.
“El mensaje lo pensé como una manera de apoyarnos entre nosotros mismos sin importar la raza, religión, la posición política. Todos tenemos que apoyarnos para seguir adelante. Si un pueblo está dividido, no puede avanzar. Eso es lo que busqué reflejar”, explica Ravelo sobre su primer trabajo artístico.
Quizás el formato más innovador de las convocatorias fue el flashmob, cuya traducción del inglés es “multitud relámpago”.
“El reto era un flahmob. ¿Y qué es un flashmob? Es una representación teatral, musical, dancística, un happening, un hecho que se desarrolla sorpresivamente en un corto tiempo en un sitio público muy concurrido, y en el cual los que nos presentan esa sorpresa tienen que desaparecer rapidito porque casi siempre el mensaje es underground”, dio luces Hoogeistijn sobre esta acción, cuyas referencias siempre vienen de Hollywood o mensajes comerciales.
En 2013, El Sistema Zulia realizó el suyo en los espacios públicos del centro de la ciudad de Maracaibo con 20 actores y 200 niños como parte del aniversario del Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez. En 2018 también se llevó a cabo un flashmob en las adyacencias de la Plaza Los Museos, como parte de las actividades del Festival de Teatro que impulsaba la Alcaldía de Caracas (Libertador).
Pero la propuesta ganadora del concurso de Trasnocho, “La tripa que canta”, se diferencia de sus predecesoras. El director de teatro Edward Parúh lo dejó claro: “No buscamos aceptación del público, no buscamos agradarles. Si hubiésemos querido eso, llevamos un joropo, una danza tradicional. Queríamos pegar un grito, lanzar una preocupación y eso fue lo que el público tuvo”.
Con máscaras que solo tienen boca y dientes, hacen referencias a la falta de poder adquisitivo suficiente para poder comprar alimentos. “Yo tengo un mes esperando la maldita bolsa [el CLAP, un programa gubernamental] que viene con la harina amarilla que nadie se quiere comer. Pero yo sí me la como, porque tengo hambre”, dice uno de 14 actores que participaron en el flashmob.
Se grabó en ocho lugares de Caracas, que incluyó las estaciones de metro de Propatria y La Hoyada, así como mercados populares concurridos como el de Carapita, Quinta Crespo y Coche. También tuvieron dos apariciones en Maracay, una en Valencia y otra en Los Teques.
La idea surgió de un sueño de Parúh, en el que una persona se sacrificaba a sí misma para alimentar a unas entidades, que tenían formas de bocas y ojos. “Hay distintos tipos de hambre y como son tan distintos y diversos es difícil atacarlos a la vez. Qué pasa cuando ya puedes comer, así sea un pedazo de pan, y lograr calmar eso es ese nivel de hambre en el que estás, o también hay hambre intelectual, hambre de empatía, hambre de entender un poco al otro”, añade el creador de la propuesta.
Añadió: “Espero que este trabajo no se quede en lo que ocurrió en estos espacios, en lo que pueda ocurrir en la sala. Me gustaría que fuese un trabajo que llegará más lejos y que la gente se quedara con ese reconocimiento de que algo nos duele y ahora somos capaces de gritarlo”.
No solo fue el flashmob como experiencia. El equipo también realizó un documental desde la conceptualización hasta las reacciones del público y de los integrantes del equipo. La idea es que también se publique en la página de Trasnocho Cultural, dijo Parúh.
Si se tienen los fondos, Trasnocho Cultural le dará continuidad a los tres proyectos, afirmó Hoogesteijn. “Las pinturas, los andamios… eso cuesta plata. Necesitas ayudantes, seguridad. Para el afiche, quizás menos, pero qué es un afiche si no lo puedes reproducir. En el caso del flashmob se presentaron en cuatro ciudades. Es el transporte, los ensayos, las comidas, las franelas, las máscaras, todo tiene un precio. Es muy importante tener fondos para poder hacer este tipo de concursos”, argumentó.
Puertas abiertas
La exposición que da cierre a las convocatorias de artivismo también es una de las actividades con las que Trasnocho Cultural reinicia sus actividades. Luego de una subida de tensión en el servicio eléctrico del Centro Comercial Paseo Las Mercedes, el aire acondicionado se dañó y suspendieron sus actividades a inicios de diciembre.
“Fueron tres meses duros, difíciles, porque teníamos que enfrentar una serie de compromisos particularmente con nuestros empleados, temas a nivel de servicio y mantenimiento, e incertidumbre también porque al no depender de nosotros el tema de la reparación del aire estábamos un poco con la inquietud de qué iba a ocurrir”, explicó el director de Trasnocho, José Pisano.
Retomaron actividades el 25 de febrero, que coincidió con las festividades de Carnaval. La receptividad fue tal que, según su director, fue el mejor fin de semana que han tenido desde marzo de 2020 cuando cerraron sus puertas por el confinamiento debido a la pandemia. “Creo que la gente, nuestros visitantes, tienen cierta confianza en poder asistir al tipo de eventos que generamos”, añadió.
Actualmente Trasnocho ofrece las funciones de la 7° edición del Festival de Jóvenes Directores, previstas para enero de este año, pero el cronograma cambió por los problemas con el aire acondicionado. Esta semana se estará presentando en la Sala Plural la quinta obra en competencia, El amante, de Jesús Colina. En Teatro Trasnocho volverán Los influencers, con Javier Vidal y Julie Restifo, y en las salas de cine tienen un ciclo dedicado a las películas ganadoras del Oscar. En la sala TAC inaugurarán una nueva exposición el 9 de abril.