En tiempos de corrección política y cultura de la cancelación, The Hives mantiene el viejo espíritu irreverente del rock. No solo con sus letras oscuras, el punk y el garage; en escena sus cinco miembros, liderados por el testarudo y divertido Pelle Almqvist, son un derroche de energía que pasa de una canción a otra con apenas descanso para el público.

Parte de la fama de The Hives viene de ahí. De su performance y sus vestimentas blancas y negras con dibujos de rayos y notas musicales que, cuando se apagan las luces, brillan en la oscuridad para anunciar que los cinco rebeldes están preparados para dejarlo todo en el escenario.

Almqvist parece no querer irse hasta dejar al público absolutamente saciado de sus saltos, gritos, bromas y muecas.

En la última canción que tocaron anoche en la Concha Acústica de Bello Monte, en su primer concierto en Venezuela en 30 años de carrera, el vocalista coqueteó varias veces con lanzarse encima de la gente, pero al final optó por caminar entre las gradas del anfiteatro para saludar a los asistentes de la zona general y pedir, sin miedo a lanzar un sarcástico shut up!, silencio con el fin de otorgarle al cierre un momento in crescendo.

El sueco demostró su manejo de escena cuando le pidió al público, primero, que se apartara, luego que hiciera silencio, sin dejar a un lado su humor negro, saludar a los fanáticos más alejados del escenario y, por último, pedirles continuar el último tema y concluirlo con la mayor agresividad punk posible. No por nada esa canción, «Tick Tick Boom», del álbum The Black and White Album, deja ver a Almqvist presumiendo el potencial de su voz cuando grita «It’s too late, it’s too soon, it’s too late, it’s too soon».

La irreverencia, el humor y la actuación implacable de sus miembros hacen creer que los 15 temas fueron tocados en unas dos horas. Pero no. El show de The Hives duró casi una hora y media. En ese tiempo Almqvist no dejó de interactuar con el público más cercano al escenario, a quienes tomaba de la mano, se fotografiaba y después gritaba hasta quedarse sin aliento. Entre el inglés y el español con el que trataba de hacerse entender, el líder del grupo le señalaba al público que The Hives ahora es la nueva banda favorita de los venezolanos, en clara alusión al título del disco recopilatorio Your New Favourite Band, del año 2001.

Pidió a la gente también que no dejaran de grabar y tomar fotos por ser la primera presentación de The Hives en Venezuela y, un dato que mencionó en tono sarcástico, la primera agrupación anglosajona que toca aquí en al menos 10 años. «Whatever that means!», dijo.

En escena, el segundo en nivel de energía es el guitarrista y corista Nicholaus Arson, que mira al público abriendo exageradamente los ojos o presume de su talento para tocar. Tanto Arson como Almqvist se muestran desinhibidos ante la gente al escupir en el escenario o jugar entre ellos durante el concierto, al igual que el baterista Chris Dangerous, el otro miembro que animaba más a los fanáticos a seguir cantando.

En las redes sociales hubo rumores de que la asistencia a The Hives no sería masiva, y sí, la Concha Acústica no se llenó, pero se superaron las expectativas no solo en cuanto a cantidad, sino a respuesta.

Porque quienes fueron a ver la banda sueca en Bello Monte se sabían canciones tanto de sus primeros álbumes, como «Hate to Say I Told You So», quizás la más conocida de su repertorio, como del lanzamiento más reciente, The Death of Randy Fitzsimmons, que hace alusión a un misterioso miembro del grupo que sería su descubridor, fundador y compositor.

Sin embargo, se cree que Fitzsimmons es, en realidad, el guitarrista Arson, información que la banda sigue negando y señala que el hombre existe y cumple su rol.

Es otra irreverencia más del grupo sueco. Durante el concierto Almqvist destacó varias veces la identidad de The Hives y subrayó que siempre serán The Hives, banda a la que el público venezolano demostró anoche su reconocimiento y que, quizás, como auguró el cantante, podría abrir el camino para que vengan otros artistas anglosajones. «Whatever that means!».


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