Terminator: Dark Fate, el último intento de revivir la saga que empezó en 1984, aunque trae de nuevo a Linda Hamilton, terminó siendo una propuesta entretenida, que no convenció del todo.
Esta sexta película del temido robot del futuro interpretado por Arnold Schwarzenegger se plantea como una continuación de la segunda entrega, Terminator 2: el juicio final. Borrón y cuenta nueva que deja por fuera la trama de La rebelión de las máquinas, Salvation y Génesis.
La nueva historia dirigida por Tim Miller (Deadpool, 2016) y producida por James Cameron comienza en Ciudad de México cuando cae del cielo Grace (Mackenzie Davis), un soldado humano-mejorado del futuro, enviada a este tiempo con la misión de proteger a Dani (Natalia Reyes). Esta chica, que trabaja como operadora en una fábrica, es el objetivo del villano de la trama el Terminator Rev-9 (Gabriel Luna). Será una pieza clave para el desarrollo de la resistencia humana en un futuro dominado por una inteligencia artificial llamada Legion.
Mientras el rodaje avanza aparece en escena, de una forma épica, Sarah Connor, interpretada nuevamente por recordada Linda Hamilton. El clásico personaje de la saga, en esta ocasión con una apariencia más madura y sobria, es una cazadora de Terminators los que encuentra gracias a localizaciones enviadas por un desconocido.
La incorporación de Hamilton a la trama ha sido uno de los elementos del filme que más ha valorado la audiencia de la saga. La actriz, que no interpretaba a su icónico personaje desde 1991, se muestra segura y mantiene el espíritu aguerrido de Sarah.
Además otro elemento obvio y que diferencia a la cinta de sus antecesoras es el claro protagonismo femenino, adecuado para la época. Así se ven dinámicas y logradas secuencias de acción de Sarah, Dani y Grace durante gran parte del filme.
El personaje de Davis da un toque fresco a este universo, al ser un humano modificado con mejoras sintéticas, y no un robot. Se presenta como una máquina de pelea (como los Terminators), pero mantiene la sensibilidad y el sacrificio de las personas comunes.
Otro elemento que no podía faltar en Dark Fate era Schwarzenegger encarnado al fornido T-800. Ahora se tratará de un envejecido (físicamente) Terminator, llamado Carl, que luego de sus acciones se humaniza y además encuentra familia. También es destacable que la presencia, tardía, de Carl en la historia solo resalta por ser el toque de humor de la trama. Aun cuando Schwarzenegger lucha y tiene un par de momentos épicos, no destaca como en las cintas anteriores.
En el caso del antagonista, las cosas son diferentes. Rev-9 es un diseño nuevo de Terminator, una mezcla entre el primer T-800 y la habilidad de autorregenerarse del T-1000. De esa forma Luna, su intérprete, no solo podrá cambiar de forma como el robot asesino de T2, sino que puede separar su cuerpo de su piel y combatir por separado.
Sin embargo, todos los intentos por cautivar al público con esta continuación que desea convertirse en un reinicio, al parecer, no fueron suficientes. Si bien la cinta tiene un buen presupuesto, efectos interesantes y un reparto adecuado, la trama no convenció por completo a la crítica. El sitio Metacritic la ponderó con un puntaje de 54 de 100, basado en 51 críticas. La revista Entertainment Weekly describió a Dark Fate como una «extensión de franquicia tonta e inútil».
Variety, por su parte, expresó su agrado por la propuesta de Miller. «Es una película diseñada para impresionar con su escala y efectos visuales. Pero también es una película que regresa, de una manera gratificante, al clasicismo de género-thriller de bajo perfil que le dio una patada al original Terminator».
Aún así, la película fue considerada como un fracaso de taquilla. Desde su estreno en Estados Unidos, a finales de octubre del año pasado, solo logró recaudar un poco más de 250 millones de dólares hasta la fecha (de 185 millones invertidos).
Terminator: Dark Fate se estrena en las salas de cine del país este viernes 10 de enero.
https://www.youtube.com/watch?v=ggb5Pn-i25I
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