Daniel Radcliffe descubrió la magia del cine cuando se convirtió en Harry Potter, el protagonista de la saga homónima, un personaje del universo literario de la escritora británica J. K. Rowling.
Con sus gafas redondas, el joven mago luchó contra brujas, fantasmas, demonios para pasar a ser conocido como uno de los actores de mayor éxito del mundo.
Luego de probar en el cine independiente con producciones como Swiss Army Man; Horns, una cinta de terror con toques de fantasía y comedia romántica, y Equus, una versión de la pieza teatral en la que hizo un polémico desnudo, Radcliffe decidió sumar a su carrera una actuación en una miniserie televisiva.
El deseo se hizo realidad cuando llegó a sus manos el guion de la ficción A Young Doctor’s Notebook (Diario de un joven doctor), inspirada en el libro del escritor ruso Mijaíl Bulgákov, en el que se relatan las experiencias de un médico en una pequeña aldea durante la revolución rusa, después de la Primera Guerra Mundial. La producción se estrena hoy, a las 9:30 pm, por el canal Film&Arts.
Con esa presentación se pensaría que se trata de un drama clásico impactante, pero en realidad es un trabajo que ofrece un toque inquietante de humor que le da una marca diferencial a la producción.
A lo cual hay que sumar uno que otro viaje alucinante por culpa de la morfina y un extraño encuentro del protagonista con él mismo (ya en una edad avanzada), en la piel de otro grande de la actuación: John Hamm, el protagonista de Mad Men.
Esta última licencia narrativa coloca a Vladimir Bomgard (el personaje de Hamm en la ficción) en dos momentos de su vida: la del joven médico y la del profesional adulto un poco triste con la vida que lleva. “Tenemos que tomar decisiones muy controversiales en un tono que va de la comedia alocada al drama verdadero”, aseguró en una entrevista para la cadena de TV Sky Arts (que produjo la serie en el Reino Unido) el mismo Radcliffe, visiblemente emocionado.
Es una reacción que reafirma su alegría al protagonizar una serie extravagante, en la que tiene tiempo para burlarse de sí mismo y cambiar rápidamente el tono de su interpretación al mutar en una especie de carnicero que realiza cirugías en situaciones extremas.
También mediante este personaje el público vive la experiencia de conocer lo peor y lo mejor de la condición humana a través de los pacientes y asistir a las batallas personales del médico en un mundo frío, solitario y a veces violento.