“Lo que comenzó como lo indeseado, como lo imposible, hoy se ha convertido en realidad”. La frase del periodista de Fox la noche del inesperado triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos es el eje que atraviesa la nueva entrega de American Horror Story: Cult.
La antología de terror ideada por Ryan Murphy y Brad Falchuk convirtió lo siniestro en parte de su identidad, y en esta nueva temporada de muertes y pesadillas es la realidad política la que ha devenido en el peor de los mundos imaginados. La lectura del presente desde un género como el terror les permite a Murphy & Falchuk combinar el horror más espeluznante, de payasos asesinos y psicópatas esquizoides, con la sátira más negra que se haya visto sobre un presidente, sus detractores, además de los miedos más irracionales que cimentan la vida del país más poderoso del mundo.
Todo comienza esa noche fatídica para algunos, orgásmica para otros. Kai (Evan Peters), con su pelo azul y sus ojos desorbitados, se erige como uno de los grandes villanos de la serie, retrato del white trash humillado por unos Estados Unidos que le ha dado la espalda y que ahora le regala el tiempo de su postergada venganza. La furia nace de sus ojos y se adhiere a su piel como la máscara naranja que evoca el bizarro bronceado de su líder. Las consignas de Trump adquieren en su voz un eco extraño, entre la broma y la locura, como las confesiones finales de Anthony Perkins en su encierro de Psicosis.
Si Kai representa el éxtasis del triunfo, del lado de los perdedores encontramos a Ally (Sarah Paulson), prototipo de la América de Obama: casada con una mujer, madre moderna de un hijo pequeño, bienpensante y luchadora a favor de la diversidad. Para ella, el triunfo de Trump representa la explosión de lo atávico y lo brutal, la reaparición de las peores fobias, el miedo a los agujeros, a la oscuridad, a todo aquello que creía superado. Ya no hay, como para la Dorothy de El mago de Oz, ningún feliz regreso a casa.
Es el hogar -el país- el que se ha poblado de payasos diabólicos sedientos de sangre. Murphy y Falchuck dan una vuelta más al tono habitual de la serie, transformando la conducta ciudadana en el disparador de una interminable pesadilla.
Con guiños cinéfilos (la objetivación de la fobia como en Repulsión de Roman Polanski) y notables ideas de puesta en escena, nunca pierden de vista la gestación de una atmósfera de inquietud y extrañeza que resulta ser el retrato más oscuro de un presente caótico.
La séptima temporada de esta saga fue estrenada la semana pasada.
American Horror Story: Cult
FX
Miércoles: 11:00 pm
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