La guionista venezolana Amaris Páez ha participado en Señora Acero como dialoguista desde su segunda entrega. Este es su primer proyecto fuera del país y asegura que ha representado un gran reto, especialmente por el formato de la narración, que consta de capítulos largos con escenas cortas y un ritmo vertiginoso.
La serie de Telemundo Internacional estrenó su segunda temporada en Latinoamérica en la madrugada de hoy, pero en los Estados Unidos ya alcanza a la cuarta edición. Cuenta la historia de Sara Aguilar, una madre que decide comenzar en el negocio del lavado de dinero para conseguir los recursos que le permitan darle un tratamiento a su hijo que padece de diabetes.
Páez asegura que el tema es realista y difícil de abordar. “Tengo que tratar de hacer una especie de terapia cada vez que me siento a escribir una escena sobre un personaje para intentar no dejar el alma allí”.
—¿La creación de este guion ha requerido mucha preparación?
—Sí, totalmente. Hemos leído y visto mucho material, muchos documentales. Incluso, Roberto Estopelo, que es el autor de la serie, viajó hasta la frontera entre Estados Unidos y México. A pesar de que es una serie de ficción, tratamos de mantener el realismo y la objetividad.
—¿Qué lección le ha dejado Señora Acero?
—Siempre hay un aprendizaje de los personajes. Aunque uno es el que les da voz como dialoguista, ellos te van diciendo a qué orilla quieren llegar. Eso es riquísimo porque cuando están bien creados y sólidos, la historia casi se cuenta sola. Ha sido un gran aprendizaje como escritora, porque muchas veces se hace al revés, primero se crea la historia, luego los personajes y, por último, define la forma de contarla. En Señora Acero los personajes tienen una historia muy fuerte, aunque no se ve en pantalla. Esa es una manera de escribir que es muy valiosa e interesante.
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