Cuando Alejandra Oraa recogió el Daytime Emmy Award para Destinos, el programa de CNN en Español que conduce desde hace tres años, se lo dedicó a los inmigrantes de Estados Unidos y a Venezuela. En 1999, después de la tragedia de Vargas, su familia tomó la decisión de emigrar para rehacer sus vidas. Y siendo una niña llegó a Estados Unidos, nación que le brindó todas las oportunidades para sentirse satisfecha de lo alcanzado, personal y profesionalmente, hasta hoy.
“Yo le agradezco tanto a Venezuela, mi ADN es tricolor. A uno siempre se le sale el gentilicio, el país, y a mucha honra. Pero gracias a Estados Unidos pude darme a conocer en mi tierra. Porque esta es una nación de oportunidades, en la que se valora el trabajo; en la que mientras más trabajes, más éxito puedes tener. Claro, quiero destacar que el éxito se alcanza con perseverancia y cuando las cosas se hacen bien se aprecia al ciudadano, sea inmigrante o no”, enfatiza al recordar el emocionante momento que vivió en el Pasadena Civic Center el domingo en la noche, al recoger la estatuilla al Mejor Programa de Entretenimiento en Español.
Llegó a Destinos cuando Claudia Palacios, la primera conductora del programa, se retiró de CNN en Español. Una oportunidad que la también presentadora de Café CNN consideró interesante. “Al principio utilizábamos material de los corresponsales en América Latina. Pero al año quisimos darle identidad propia al espacio y, con un mayor presupuesto, decidimos darle el concepto vivencial, con contenido original por país, por ciudad, por destino. No queríamos hacer un programa más de viajes, sino uno en el que yo pudiera transmitir mis vivencias”, dice Oraa, quien suma dos Premios Emmy consecutivos, el anterior por Café CNN, y cinco nominaciones a los galardones más importantes de la televisión estadounidense.
—¿Personal y profesionalmente, qué le ha enseñado Destinos?
—Al final un destino no es un lugar, sino una manera de ver las cosas. Intento sacar una moraleja de cada sitio al que voy. En Cuba, por ejemplo, entendí la importancia de vivir con esperanza; un pueblo que después de tantos años y fricciones todavía quiere conocer algo mejor. De Venezuela me vine con el inmenso amor que sentimos por nuestra tierra, pude entender más nuestra idiosincrasia. Y de Brasil me conmovió la alegría con la que viven.
Pero de todos esos lugares recorridos hasta ahora, Canaima ha sido el que más le ha impresionado. Como venezolana, reconoce, siempre había sido un sueño conocer el Salto Ángel. “Llegué con esa ilusión de la primera vez y fue muy bonito, especial, sobre todo cuando el salto se te va apareciendo mientras lo sobrevuelas. Es cuando entiendes su poesía, los comentarios tan maravillosos de la gente que lo conoce. Me sentí muy orgullosa de mi país”.
Semana y media toma la grabación de un capítulo de Destinos. Un mes antes, en reunión de producción, se elige si será un país o una ciudad lo que se visitará. Se realizan seis reportajes que involucren deporte, gastronomía, cultura y estilo de vida. Alejandra Oraa graba durante cinco días y también se encarga del guion.
Son cinco días en los que trata de desconectarse de Café CNN, el programa que la hace levantarse todos los días a las 3:30 am y que se transmite de 6:00 a 10:00 am, desde los estudios de la cadena de noticias en Atlanta. “Destinos soy yo, es un programa que tiene mi punto de vista, que me devuelve la fe. Regresar aCafé siempre me cuesta un poco más porque tienes que reportar cosas que no quisieras”, destaca.
—El reconocimiento siempre es bienvenido, los premios de alguna manera impulsan, revitalizan. ¿Dos Emmy consecutivos implican, también, un mayor compromiso?
—Me da miedo pensar cuál puede ser el próximo paso, pero tengo muchas ganas de seguir trabajando y haciendo cosas maravillosas. He trabajado durante largas horas para lograr todo lo que he alcanzado. Y le doy gracias al equipo que me acompaña día a día, que es fenomenal. Cada persona no sabe todo, todos sabemos algo, pero en conjunto somos sabios. Yo sigo perseverando, no tomo un no por respuesta. El éxito se basa en insistir y en encontrar a las personas que te ayudan a llegar a algún lugar. A ellas les estoy agradecida.
Como venezolana, con familia en el país, le afecta lo que sucede aquí y más aun tener que reportarlo a diario. “Me duele ver la falta de tolerancia y de esperanza, aunque sé que esta última es muy difícil mantenerla en estos tiempos. Lamento no poder informar sobre lo bueno que también ocurre en Venezuela, esos héroes anónimos que están y a los que me gustaría ver más en titulares”.
Espera el día en el que CNN en Español vuelva a las cableoperadoras en el país. Y agradece cómo los venezolanos han buscado la manera de burlar la censura para mantenerse informados. “Nosotros seguimos informando a través de las maravillosas herramientas que nos brinda la tecnología. Volveremos para beneficio de la audiencia y de la libertad de prensa, esa que hay en una democracia sana. Por ahora estamos lejos, pero no ausentes. Seguimos muy pendientes de lo que ocurre en Venezuela”.