Durante la puesta en escena pueden verse algunos detalles que se relacionan con el contexto social que vive la Venezuela de hoy, al recordar las protestas estudiantiles que se suscitaron el año pasado. El mejor ejemplo son los uniformes que llevan los Malucos (Abraham Suárez, Anthony Castillo, Pedro Borgo y Alexander Malinowski), los cuales son similares a los que utiliza la Guardia Nacional Bolivariana. Algunas personas del público se mostraron encantadas con el montaje, no obstante hubo muchos que se retiraron de la sala con gesto reprobador.
Orlando Arocha indicó que a través de este montaje busca hablar de la Venezuela de hace casi un siglo. “Yo quería saber qué lección habíamos aprendido de la Generación del 28, de aquel país dominado por un dictador”, indicó. También se refirió a la importancia que tiene la obra dramatúrgica de Andrés Eloy Blanco, la cual es poco conocida.
El director explicó que este tipo de obra es importante como reflexión de la identidad venezolana. “Pero no solo debemos centrarnos en el folclor, sino también en la mitología, la leyenda y la historia política que debemos revisar constantemente”, añadió. Expresó que la obra puede ser un llamado de atención a cómo se distribuye el problema político en Venezuela.
“En la obra hablamos de los estudiantes y hoy tenemos estudiantes presos y una lucha llevada a cabo por ellos. Entonces recordamos esa época de gomecismo en la que los jóvenes pelearon por una mejor sociedad”, manifestó. Arocha sostuvo que busca comparar lo que sucedió en esa época con la actualidad, y confrontar cómo serían los estudiantes de hoy si tuviesen un Gómez.
Cara de colmena, Cunín, Granito de oro y Pelotica escapan a la selva de la persecución de Topón y sus Malucos, también están en búsqueda de Cabeza azul y Doñana. Este último personaje, interpretado por Eulalia Siso, es el centro de la obra al mostrarse como la alegría, la libertad y la esperanza, incluso podría ser una representación de una Venezuela de luto, porque al comienzo de la obra está vestida de negro y al culminar, luego de que muere Topón, es vestida con los colores de la Bandera Nacional.
“Nosotros montamos esta obra hace 20 años, Orlando era productor en ese momento y la dirección la llevaba a cabo Vicente Albarracín. En esta ocasión se le dio un giro totalmente radical, lo que hizo que se mostrara mucho más contemporánea”, indicó Eulalia Siso.
Por otra parte, Cabeza azul, interpretado por Aitor Aguirre, es el líder de los estudiantes y es capturado por Topón por querer salvar a Doñana. Durante su estadía en la cárcel, le demuestra a los Malucos que en realidad no son malos, sino que todo lo que hacen es por mandato y no por decisión propia.
Cara de colmena (María Antonieta Hidalgo) es la novia de Cabeza azul y el personaje que se encarga de rescatarlo, también es la elegida por la virgen para serrucharle el pie y colocárselo con el objetivo de cumplir la profecía de Doñana. Hidalgo la define como “una niña dulce, muy pila y astuta”. La actriz y directora también se refirió a la importancia que tiene el montaje. “Pienso que es una obra necesaria, una manera de expresarnos a través del arte. Sin ponernos con tintes políticos”, expresó.
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