Carlos Giménez, reconocido director del grupo de teatro Rajatabla -con el apoyo de María Teresa Castillo-, creó en 1973 el Festival Internacional de Teatro de Caracas que recibió a las más significativas compañías de cincuenta y seis países en catorce ediciones, logrando reunir a miles de personas en salas de teatro, espacios cerrados no convencionales, parques, calles, avenidas y espacios públicos de Caracas, ubicándose entre los cinco mejores festivales del mundo y el más importante de Latinoamérica.
Muchos extrañan esa época en que importantes compañías de Inglaterra, Francia y Alemania, entre otras, presentaban sus trabajos en el Festival Internacional de Teatro de Caracas a la par de Londres, París, Berlín o Roma, y las nuevas generaciones descubrían en este festival a importantes compañías y grandes dramaturgos. Pero hoy, aunque Venezuela está en su peor crisis económica de la historia, vemos cómo con gran creatividad y criterio hay una nueva generación de directores de teatro. Es el caso de Isaac De Castro, cuya primera obra de teatro, Blanca Nieves -dice su madre- la dirigió a los 3 años de edad, dejándole una cicatriz en su frente como sello por su pasión y destino.
Este joven director presenta Espectros (1881), una pieza dramática del noruego Henrik Ibsen (1828-1906) que refleja los claroscuros de la moralidad del siglo XIX, y que Ibsen escribió dos años después de la polémica obra Casa de muñecas. Ibsen siempre se caracterizó por hacer polémicos los temas sociales de la época.
Helena Alving (interpretada por Marialejandra Martín) se hace cargo del orfanato construido en memoria de su esposo, el capitán Alving. Conversando con su consejero espiritual, el pastor Manders (Francisco Salazar), le comenta que ese matrimonio estuvo lejos de la perfección. De hecho, el orfanato es una forma de evitar que su hijo Osvaldo (Teo Gutiérrez) reciba la corrupta herencia de su padre.
Ibsen maneja en Espectros los elementos de denuncia y de su furiosa sublevación moral con una habilidad y portento único. Superando los códigos del teatro romántico, conduce al espectador, progresivamente y con una fría racionalidad, hasta el drama. Aquí el director Isaac De Castro es fiel a Ibsen, revelando el nudo de falsedades e hipocresías de esta familia, pero también, la rebelión de la mujer contemporánea. Y si bien en Espectros esta búsqueda es palpable, también es hilada por otras cuestiones como la herencia, la orfandad, la búsqueda de la identidad y, sobre todo, por aquellas cosas no visibles que determinan el destino de cada uno de nosotros. Como diría el propio Henrik Ibsen: “Un verdadero espíritu de rebeldía es aquel que busca la felicidad en esta vida”.
En Espectros también destaca la actuación de Humberto Ortiz, quien interpreta a Jacob, y el trabajo de la joven actriz América Zerpa en el papel de Regina.
La obra es producida por Canteros del Sol, un laboratorio de creación e investigación de artes visuales y escénicas que dirige Isaac De Castro. Un grupo cuyo objetivo es mostrar que más allá de la crisis en Venezuela, la creatividad y el teatro clásico pueden ser posibles. Una manera también de reconstruir un país sin pensar solo en lo que hemos tenido, sino creando para demostrar quiénes somos y cuantas cosas podemos seguir logrando.
La obra también cuenta con el apoyo de la Fundación Planchart, quien cede la quinta El Cerrito como escenario para este montaje, y cuya presentación será solo el sábado 14 y domingo 15, a las 4:00 pm. Los interesados pueden adquirir sus entradas a través del correo espectrosenelcerrito@gmail.com. Podrán disfrutar no solo de esta obra, sino de uno de los lugares más emblemáticos de Caracas, diseñado por Gio Ponti.