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Tania Sarabia: «La crisis está robándonos el sentido del humor»

La actriz tiene tres montajes en cartelera en el Centro Cultural BOD. Desde 1976 no se ha apartado del mundo del entretenimiento y esas cuatro décadas de trayectoria la han legitimado como una de las principales cómicas del país

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Tania Sarabia es la musa del humor y no al revés. En cada palabra, cada gesto y pensamiento, la actriz –que cuenta con más de 40 años de trayectoria– evoca la risa sincera, esa que no apela al chiste fácil ni a la burla. Con una docena de telenovelas, varias obras de teatro y programas de radio en su haber, ha sabido comprender al público, que la ha legitimado como una de las principales cómicas del país. “Nunca he pensado en irme porque esta es mi tribu. Aquí están las cosas que me pertenecen y es donde captan mi expresión en la misma medida que yo quiero ser escuchada. Yo sí soy profeta en mi tierra”, asegura Sarabia.

En este momento tiene tres obras en cartelera: Las locutoras, donde actúa con Hilda Abrahamz; Tania en pelotas, un monólogo escrito por la periodista de deportes Mari Montes; y Ese humor que es el amor junto con Rafael Romero y Claudio Nazoa. Aunque parece que pasara más tiempo sobre un escenario que en la calle, la actriz asegura que vive los mismos problemas que su público. “Uno también anda a pie o no tiene para comprar los repuestos del carro. Voy al mercado y hago cola, igualito que cualquier hijo de vecino. El único privilegio que tengo es que la gente me abraza en la calle, cosa que agradezco muchísimo”, agrega.

—¿Es más difícil hacer reír al venezolano en este momento?

—Al venezolano siempre le ha gustado el humor. Frente a una tragedia o a un problema siempre encontramos espacio para reírnos, pero últimamente eso ha cambiado. La crisis está robándonos el sentido del humor y eso hace que trabajar en este ámbito se haga más complicado. Sin embargo, cuando yo me dirijo al público todavía hay conexión, la gente todavía se ríe conmigo. A mí me parece muy importante reírse, la risa –está científicamente comprobado, no son inventos míos– te sube el sistema inmunológico. Además el humor te da fuerza para seguir luchando y resistiendo esta situación tan terrible que estamos viviendo.

—¿Qué complicaciones tiene en su día a día?

—Ando como todos. Eso de comprarse ropa o de mandar a hacer vestuario para una obra se acabó hace mucho tiempo. Hago mis compras en los clósets de mis amigas. Voy al mall de Carolina Perpetuo, Martha Rodríguez y otras que me dan ropa, y que también me prestan sus salas o los salones de fiesta de sus edificios para ensayar porque las salas de ensayo están muy caras. Yo solo compro comida y pago servicios. Ya bajé la santamaría de los restaurantes y llego a las panaderías empujada. Uno va estirando como un chicle el dinero. Tengo 70 años y nunca había visto a mi país así: en los hospitales no hay medicinas, los niños se mueren de desnutrición y yo, que trabajo con Senos Ayuda, veo que hay mucha gente que no tiene para ponerse la quimioterapia.

—¿De dónde saca fuerza para motivar a reír?

—La tristeza y la alegría son estados mentales y las energías positivas te las procuras tú mismo. No nos podemos quejar todo el día. Como yo soy de los Tiburones de La Guaira, soy bien optimista y siempre digo: “¡Este año sí va!” y, bueno, a veces no pasa, pero la gente que anda con la empalizada en el suelo se enferma y le cuesta más relacionarse con su entorno.

—Ahora que se conoce su equipo de beisbol, ¿fue difícil abordar una obra con lenguaje deportivo?

—¡Dificilísimo! Porque yo de beisbol no sé nada, a mí el deporte que me gusta es la natación. Eso es más fácil que lavar hielo. Tú los ves nadando y llegan. Sin mucho preguntar tú sabes quién ganó. En el fútbol, pasa la pelota por el arco y es gol porque sí, pero en el beisbol hay que andar con un diccionario. ¡Strike tiene como 20 acepciones! Tania en pelotas nació porque yo escuché un día a César Miguel Rondón y a Mari Montes hablando de un juego. Estuve ahí un rato calladita, pero ¡porque no entendía nada! Yo pensaba que estaba perdiendo facultades y les dije: “Ay, disculpen la interrupción, pero es yo no les entiendo nada”. Se echaron a reír y se les ocurrió que sería buena idea escribirlo.

—Aparte del beisbol, un contenido recurrente en los titulares es la política. ¿Aborda ese tema en los escenarios?

—Muy sutilmente porque sabemos que el entretenimiento tiene otra función. Pero siempre hay temas que en los que podemos. En Las locutoras, por ejemplo, Hilda Abrahamz y yo damos unos consejos de belleza desde Calabozo, en Guárico. Primero recomendamos colocarse un poco de crema en la cara, pero no hay. Entonces sugerimos un aceitico, pero tampoco hay. Terminamos por decirle a la gente que se eche manteca de cochino y que le ponga un poquito de azúcar para exfoliarse, pero como tampoco hay, entonces los mandamos a que estrujen hasta el cerebro con una tusa en el río para limpiarse. Desde los escenarios, uno lo que puede hacer es tratar de que la gente se distraiga un poco, porque nosotros no tenemos varitas mágicas. Tratamos de hacer que la gente tome conciencia y ayude a los demás, porque en este país todavía hay mucho que dar.


Vivir para la escena

Sarabia se inició en las tablas cuando interpretó a Purificación Chocano en la primera versión de 1976 de Acto Cultural, bajo la dirección del mismo autor, José Ignacio Cabrujas. Desde ese momento, asegura que no ha conocido otra profesión que le haya obsequiado tan gratos momentos. “El teatro es mi pasión”, repite con vehemencia a lo largo de una entrevista en la que no paran las interrupciones por parte de transeúntes que al notar quién es, se detienen a saludar, abrazarla y expresarle su cariño. “Yo me dejo agarrar por todo el mundo porque ellos son lo más importante”, agrega la actriz. Estudió tres años de Comunicación Social en la UCV, pero se retiró para impulsar su talento actoral que la llevó a participar en novelas de RCTV y Venevisión desde el mismo año que la dirigió el maestro Cabrujas. En 2002 fue diagnosticada con cáncer de mama y, desde ese momento, se ha dedicado fervientemente a servir como difusora a favor de la prevención de la enfermedad a través de la organización Senos Ayuda.

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