Cuando el director venezolano Gustavo Dudamel estuvo en España en agosto de 2019 no solo participaría con su esposa, la actriz María Valverde, en el Festival Internacional de Música Castell de Peralada. Esa semana también fue el momento propicio para concretar los esfuerzos que se venían gestando desde 2016: el proyecto Symphony.
60 músicos de la Mahler Chamber Orchestra, agrupación musical creada por el fallecido director Claudio Abbado en 1997, y 41 jóvenes intérpretes de todas partes del mundo -entre ellos 9 venezolanos integrantes del sistema de orquestas- también coincidieron en España. Toda la producción levantada por la Fundación La Caixa, en su insistencia por la promoción de la cultura, se encontró en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, el más antiguo y prestigioso de la ciudad condal, para rodar, bajo la dirección de Igor Cortadellas, una película de realidad virtual con piezas de Beethoven, Gustav Mahler y Leonard Bernstein.
El objetivo estuvo claro desde el principio: acercar la música clásica a audiencias no habituales, despertar el interés por piezas que en algún momento se percibieron como elitistas al fomentar una escucha activa de los sonidos usando tecnología inmersiva.
Ya el director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles había tenido un contacto con la tecnología de realidad virtual al servicio de la música clásica. En 2015, como parte del Immortal Beethoven Festival, una van recorrió las calles de Los Ángeles ofreciendo una experiencia inmersiva. Era la VAN Beethoven. Con los lentes de realidad virtual se podría ver cuatro minutos de la Quinta Sinfonía de Beethoven en 360°, interpretada por la Filarmónica de Los Ángeles, bajo la batuta de Dudamel. Symphony es eso, pero a otro nivel.
El 15 de septiembre se materializó en Barcelona al inaugurar las dos unidades móviles de 100m2, con capacidad de 36 personas, pero que por ahora permite la mitad por la pandemia de covid-19, que en España reporta más de un millón y medio de casos, la mayoría de la primera oleada en marzo.
En estas unidades, que pasaron por Barcelona y Santander y actualmente está en Valladolid, las personas pueden apreciar dos películas guiadas por los sonidos, de 12 minutos cada una. En la primera parte destacan tres jóvenes de la Fundación Gustavo Dudamel: uno de Salento, en el eje cafetero colombiano, otro de Nueva York y uno de la Costa Brava española. Contrastan los paisajes sonoros de estos lugares y se coordinan hasta llegar a sonidos locales: el merengue, el jazz y la habanera.
Esta pieza audiovisual que se presenta en una gran pantalla panorámica ligeramente curva, de 10×3 metros, recibe a las personas y da comienzo al viaje. Luego viene la experiencia inmersiva con lentes de realidad virtual, que permite al usuario mirar desde diferentes ángulos a los músicos dirigidos por Gustavo Dudamel y explorar cómo desde instrumentos de metal o de madera surge un lenguaje universal.
Una orquesta intergeneracional
Gustavo Dudamel ya lleva 10 años al frente de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, con la que ha impulsado diferentes formatos para acercar la música clásica a las nuevas generaciones. Desde su génesis estuvo involucrado en el proyecto Symphony.
Como director musical sugirió trabajar con la Mahler Chamber Orchestra, agrupación que ha dirigido en varias giras. “Es una agrupación con la que él trabaja muy, muy bien. Es una orquesta muy dúctil y a la que le puedes pedir lo que se necesitaba para este proyecto”, explicó Núria Oller, directora del Departamento de Música de la Fundación La Caixa.
Pero no bastaba solo con ellos. Querían complementarla con jóvenes músicos. Para ello, contaron con la Fundación Gustavo Dudamel y eligieron talentos de Argentina, Colombia, Corea, España, Estados Unidos, Francia, Hong Kong, Japón, Noruega, Suecia y Venezuela.
En el caso de Venezuela la selección de los jóvenes estuvo coordinada por Ronnie Morales, director de Gestión Orquestal y Coral, quien se encarga de la planificación, producción y programación de las orquestas profesionales de El Sistema, junto con Andrés David Ascanio, director académico de la institución creada hace 45 años por José Antonio Abreu.
“Son jóvenes entre 18 y 20 años con un gran reconocimiento musical y es una representación del sistema de orquestas, todos vienen de diferentes partes del país. Muchos de ellos fueron principales y jefes de fila de la Orquesta Nacional Juvenil de Venezuela en 2017 y posteriormente, en 2018, pasaron a formar parte de las distintas orquestas profesionales del Sistema gracias a un proceso de audiciones, entre ellas la Simón Bolívar. Ya venían de un proceso de seguimiento y de evaluación”, indicó Morales.
Una de ellas fue la violista Paola Escobar, de 20 años de edad. Ingresó al sistema de orquestas a los 8 años en el núcleo Acarigua-Araure, del estado Portuguesa. Desde 2018 forma parte de la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela y recibe clases en el Conservatorio Simón Bolívar. Desde entonces está residenciada en Caracas. “Yo no lo podía creer hasta que llegamos a Barcelona. Tocamos extractos de sinfonías que nosotros ya dominábamos”, cuenta Escobar.
La grabación se realizó en dos partes. La primera, informal, y con micrófonos de alta calidad para captar muy bien los sonidos. Y en la segunda, ya vestidos de gala, de memoria y sin partituras, se grabó el video. “Nosotros nos relacionábamos con la cámara, porque la cámara era el espectador. Hay como un estereotipo que dice que la música clásica es aburrida y no, es energía, pasión y la gente nos observa normalmente desde un puesto alejado, pero en Symphony se dan cuenta de elementos que no pueden percibir desde una butaca. Los va a arropar toda esa energía que se produce al tocar y cambiará la perspectiva que se tiene de este tipo de música”.
También participó Carlos Chacón, de 19 años de edad. Oriundo de San Cristóbal, forma parte de la primera fila de violines de la Orquesta Simón Bolívar de Venezuela. “Trabajar con Gustavo y todos los maestros miembros de la Mahler Chamber Orchestra fue una tremenda experiencia. Compartimos con grandes músicos de varias partes del mundo, invitados por la misma fundación. El objetivo es que la gente se pueda sumergir dentro de la orquesta y vea cómo funciona, y tenga el mismo sentimiento que tenemos los músicos al estar tocando”, dice Chacón.
Para Erick Álvarez, trompetista de 22 años iniciado en el sistema de orquestas a los 9 años, en el núcleo de San Agustín, en Caracas, el proyecto Symphony parte del mismo principio que el sistema de orquestas: “El Sistema lo que quiere es hacer más accesible la música clásica o académica a las personas. El maestro Dudamel hace lo mismo con esto”.
Tecnología al servicio de la música
La realidad virtual y las imágenes generadas por computadora son solo el medio. El mensaje es una invitación a escuchar de forma activa los sonidos del entorno y las de las piezas que se escuchan en la cinta: la famosísima Quinta Sinfonía de Beethoven, así como su Séptima Sinfonía, la Primera sinfonía de Mahler, llamada Titán y Mambo de West Side Story, de Leonard Bernstein, pieza nunca olvidada en el repertorio de la orquesta Simón Bolívar en sus exitosas giras internacionales.
Porque cuando señalan “un viaje al centro de la orquesta”, no es un eslogan, ni algo simbólico. En la pieza se guía al espectador hacia el interior de los instrumentos y sus componentes para mostrar la generación de los sonidos. “El proyecto no tiene la pretensión de sustituir ningún concierto, porque es algo efímero y único, sino generar un despertar en las personas y que digan: ‘A lo mejor esto de la música clásica no era una de mis prioridades estéticas o de gustos musicales que estaba en mi paladar, quizás ahora tengo ganas de probarlo”, explicó el director y guionista Igor Cortadellas, también oboísta del Conservatorio Superior de Zúrich.
Su productora, Igor Studio, es un estudio creativo que nació hace 15 años en la que crean conceptos visuales desde los cuales cuentan historias, a partir de la emoción, para conectar con las personas. Entre su portafolio se incluyen la campaña de la temporada 2019-2020 de la Ópera de Tenerife y un video portrait de la Academia de la Mahler Chamber Orchestra.
Crear el concepto Symphony fue adentrarse a un mundo desconocido. “Al trabajar con tecnologías tan emergentes hemos tenido que crecer en paralelo con la propia tecnología e incluso surfear fronteras y limitaciones que el mundo tecnológico nos decía que no eran posibles. Por ejemplo, cuando comenzamos el proyecto hace tres años y revisamos lo que se estaba haciendo en el mundo de experiencias de realidad virtual, la gran mayoría eran proyectos de 3 o 4 minutos y nosotros hicimos un guion de 12 minutos. La gente nos veía como que íbamos directo al fracaso”, indicó.
Luego de realizar el guion, crearon un modelado 3D de la orquesta y del teatro para poder definir los movimientos de la cámara el día de la grabación. “En las experiencias de realidad virtual, los tiros y los ejes y la forma de grabar son esenciales para que puedas tener una gran experiencia y no acabes mareado y teniendo una vivencia desagradable”.
En el proyecto trabajaron más de 250 personas, entre músicos y alianzas con diferentes compañías tecnológicas.
100 ciudades en 10 años
Symphony se mantendrá de forma itinerante durante 10 años, una modalidad que no es nueva para la Fundación La Caixa. “Nosotros desde hace tiempo estamos explotando ese modelo por toda España, en el que creamos una exposición en el interior de estas unidades y viaja de ciudad en ciudad para dar cobertura de temas culturales a gente que tiene menor accesibilidad. En este proyecto se usa este modelo para descubrir todo el mundo de la música clásica”, explicó Núria Oller.
En principio viajará por España y Portugal, pero estudian también, si la situación lo permite, llevarlo a otros países. A medida que avance el tiempo incluirán mejoras tecnológicas. “Nosotros hemos grabado con una calidad altísima que en estos momentos los reproductores de lentes no pueden ofrecer y creemos que podremos ir ajustando esa tecnología y llevar una experiencia más potente. No está previsto cambiar nada del argumento, porque justamente trabajamos pensando que tenía que durar 10 años. Esta construido de una forma en la que el mensaje y lo que vas a descubrir y disfrutar dentro de esta aventura no caduque. Veremos si lo conseguimos”, finalizó Oller.