Goro Miyazaki recibió el lunes de manos de Juan Antonio Bayona una Palma de Oro de honor de Cannes para los estudios Ghibli, entre cuyos fundadores está su padre, el gran Hayao Miyazaki, que envió un divertido vídeo de agradecimiento.
Con el Grand Théâtre Lumière de Cannes lleno hasta la bandera de fans que no cesaron de jalear a Miyazaki, de aplaudir y de gritar, Bayona fue el encargado de entregar la Primera Palma de Oro de honor que es para una institución cinematográfica y no para un artista individual.
En sus casi cuarenta años de historia -fueron fundados en junio de 1985- los Estudios Ghibli han aportado «magia» al mundo del cine y han permitido a los espectadores entrar en una casa muy especial, que les ha dado buen gusto y ha hecho de sus vidas algo mejor, señaló Bayona.
Hayao Miyazaki y el presidente de los estudios, Toshio Suzuki, -quienes junto a Isao Takahata fueron los fundadores- grabaron en video un agradecimiento que provocó las carcajadas del auditorio.
Sentados a una mesa y con Miyazaki ataviado con un delantal, Suzuki trataba de explicar al realizador que habían recibido la Palma de Oro y que su hijo Goro va a ir a Cannes a recogerla.
«No he entendido nada, pero gracias», afirma divertido Miyazaki en el video.
Mientras que su hijo dedicaba a continuación el premio a todos los fans de los Estudios Ghibli que han amado y apoyado sus películas en todo el mundo.
De la mano de Hayao Miyazaki, los Ghibli lograron dos Oscar a mejor película de animación, por El viaje de Chihiro (2003) y este año por El chico y la garza.
La estatuilla por este último filme, que recogieron los productores, llegó a Japón envuelta en una toalla del hotel para que no se dañara en la maleta. «No tenía caja, pero veo con alivio que la Palma de Oro, sí», dijo divertido Goro.
Tras la entrega de la palma, se proyectaron cuatro cortos que nunca antes se habían exhibido fuera de Japón, puesto que fueron concebidos para el Museo Ghibli y solo se pueden ver en ese centro, que junto al Parque Ghibli completan este universo de animación.
Mei and the Baby Cat Bus, House Hunting, Mr. Dough and the Egg Princess y Boro the Caterpillar, todos ellos dirigidos por Hayao Miyazaki, fueron las cuatro joyas que este lunes pudieron ver los espectadores en Cannes.
Un ejemplo de los diferentes estilos de un estudio del que han salido títulos míticos de la animación como El castillo ambulante (2004), La princesa Mononoke (1992), Mi vecino Totoro (1988) o Ponyo en el acantilado (2008), todos ellos de Hayao Miyazaki.
Su estilo poético para tratar temas profundos ha marcado toda una estela que siguieron directores como Kunio Kato -Oscar al mejor cortometraje de animación en 2009 por La casa de los cubos pequeños, Tomomi Mochizuki (Puedo escuchar el mar, 1993), Hiromasi Yonebayashi (Karigurashi no Arrietty, 2010) o Goro Miyazaki (La colina de las amapolas, 2011).
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