Un documental musical del director estadounidense Spike Lee dedicado a las víctimas negras de la brutalidad policial en su país dio inicio la noche del jueves al Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF).
Pandemia obliga, el documental American Utopia fue presentado en estreno mundial por streaming en Internet, así como ante una audiencia limitada en unos pocos teatros de Toronto. También se llevó a cabo una proyección al aire libre en un autocine a orillas del lago Ontario.
American Utopia es la adaptación cinematográfica del concierto homónimo que el cantante David Byrne, de Talking Heads, dio en Broadway antes de que comenzara la pandemia.
En el documental de Lee, las atractivas y pegadizas canciones del artista muestran imágenes de Eric Garner, Breonna Taylor y George Floyd, negros estadounidenses asesinados durante violentas detenciones policiales y que han provocado cientos de manifestaciones en Estados Unidos desde mayo.
«Parece que lo que Lee ha estado diciendo durante décadas este año resuena entre mucha más gente», dijo a la AFP Cameron Bailey, codirector del festival refiriéndose a las temáticas antirracistas habituales en las películas de este director.
Como las estrellas de Hollywood habituales del festival, Spike Lee no pudo asistir a la presentación de su película en Toronto debido al cierre de la frontera entre Canadá y Estados Unidos a viajes no imprescindibles con el fin de frenar la propagación del covid-19.
El TIFF también presentó este jueves en estreno mundial Dieciséis primaveras, primer largometraje de la directora francesa Suzanne Lindon, una película sobre una adolescente que se enamora de un hombre mayor que ella, inicialmente prevista para estrenarse en Cannes en la primavera boreal, pero la famosa cita fue cancelada debido a la pandemia.
https://www.youtube.com/watch?v=TkyTRPTlB0k
El festival canadiense, que otorga solo un premio del público, a menudo marca el ritmo de la crítica en Hollywood.
Deadline Hollywood dijo que la película «no es sólo un documental sobre un concierto, sino también una película de protesta que reafirma la vida, produce euforia y energiza el alma y nos pide que nos levantemos contra nuestra propia complacencia».
Este año, solo los cinéfilos que ya están en la ciudad pueden asistir a las proyecciones físicas como parte de un festival muy reducido, con solo 50 largometrajes proyectados, en comparación con los alrededor de 300 que se se ofrecen normalmente.