Muchos asistentes a los conciertos de El Dorado World Tour de Shakira lloraron en alguna canción. Más de uno soltó un grito de emoción al reconocer la melodía de un tema que cobró un significado personal para su vida.
De parte de Shakira, en algunos momentos, las lágrimas fueron mutuas. La gira pudo no realizarse, se había aplazado por meses debido a los problemas de salud de la cantante en las cuerdas vocales. Shakira lloró en Bogotá, eso no se olvida, porque terminó allí la gira que fue -quizás- la más especial de su vida.
Esas emociones quedaron consignadas en la película Shakira en concierto: El Dorado World Tour, la cual tendrá dos fechas de exhibición, 13 y 15 de noviembre, en salas de cine de todo el mundo. Hubo ya funciones especiales. El Club de Fans de Shakira en Bogotá pudo verla una semana antes.
En el teatro las lágrimas de emoción volvieron. Shakira en cine parecía tan real como si estuviera presente, o así lo vieron sus seguidores, que la aplaudían y le gritaban «te amo» como si pudiera oírlos.
Esa carga emotiva, sobre todo para el público del país que vio nacer a esta superestrella que abrió puertas para los talentos latinos, es lo especial de esta proyección.
La película
Pudo ser también un video largo de un show en vivo. Sin embargo, Shakira quiso mostrar la tras escena de la gira. «Estoy aquí» y «¿Dónde estás, corazón?» abren la cinta, con las imágenes de su infancia y adolescencia. Así fue en la gira de 54 conciertos en diferentes ciudades del mundo, con públicos a los que saludó en sus idiomas locales. Siguen, a lo largo de más de dos horas, sus éxitos: «Loba», «La tortura», «Underneath Your Clothes», «Hips Don’t Lie» y «La bicicleta».
Cada cierto tiempo las canciones se alternan con espacios tipo documental. Se ve a Shakira planear dónde va cada luz en su show y cómo debe enfocarla la cámara que la sigue a lo largo del espectáculo.
En la parte documental de la cinta, Shakira dice -a manera de anécdota- la frase que le ha dado la vuelta al mundo sobre su crisis con Gerard Piqué, a partir de sus problemas de salud: «Me decía que no quería un futuro con una mujer amargada, que todos estaban haciendo música por ahí mientras yo estaba encerrada en casa con los niños. ¡Sal ahí y ponte a trabajar!».
Relató también la angustia de los meses en los que tuvo que guardar silencio, cuando necesitaba «o una intervención médica o una intervención divina». Por eso fue tan especial volver a escena en una gira en la que, además, afrontaba en simultáneo la maternidad.
«Mis hijos pensaban que yo era tenista profesional», relata Shakira, porque Milán y Sasha Piqué la veían jugar todos los días. Solo cuando la vieron en escena ante un público que le manifestaba adoración entendieron realmente quién era «mamá» para el resto del mundo.
Shakira, en el documental, también alterna familia y trabajo. A través de pequeños momentos privados se ve la preparación de cada canción. La idea es que tengan un nuevo rodaje sonoro cuando llega la hora del show en vivo, para que el público que las ha oído en el álbum tenga un factor de sorpresa. Shakira alcanzó, incluso, a grabar 47 versiones de una misma canción. Se ve cómo grabó estas versiones en compañía de Nicky Jam y Maluma, con quienes interpreta «Perro fiel» y «Chantaje».
Si el show fue impecable y tuvo estándares internacionales, el documental no se queda atrás en materia de calidad (además, tiene un adicional, una entrevista con la estrella a cargo de la periodista Leila Cobo). Por todo esto vale la pena verlo en salas de cine.
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