Serguéi Polunin, el controvertido bailarín que se convirtió en un ícono del apoyo a Vladimir Putin, dio un vuelco inesperado a su vida.
Tras años de lealtad al Kremlin y de celebrar la anexión de Crimea, el «chico malo del ballet» anunció su intención de abandonar Rusia, según reseñó la agencia AFP.
En un mensaje lleno de ambigüedades publicado en sus redes sociales, Polunin expresó su deseo de dejar atrás un país al que había elogiado fervientemente.
«Agradezco a Rusia todo lo que hizo por mí. Llegó el momento en que el alma no se siente donde debería estar», escribió en su cuenta de Instagram. «Mi tiempo en Rusia terminó, ya cumplí mi misión aquí«, dijo en un largo mensaje ambiguo y lleno de errores dirigidos a sus aproximadamente 219.000 seguidores.
Si bien no ha revelado los motivos concretos de su decisión, los rumores sobre posibles amenazas y su reciente destitución como director del teatro de ópera de Sebastopol alimentaron las especulaciones.
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En agosto pasado Polunin aseguró que Rusia estaba combatiendo a los «nazis» en Ucrania, repitiendo uno de los argumentos utilizados por el Kremlin para justificar su invasión. Además, en octubre de 2023 rindió homenaje a Putin en su cumpleaños, calificándolo como el hombre «más amable y talentoso».
Este giro en la vida de Serguéi Polunin plantea interrogantes sobre las motivaciones detrás de su lealtad a Putin. También sobre las posibles consecuencias de su decisión.
El bailarín de 35 años nació en el sur de Ucrania y tiene la nacionalidad rusa desde 2018.
¿Será este el final de su apoyo incondicional al presidente ruso? ¿O se trata simplemente de un nuevo capítulo en una historia marcada por la controversia?
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