Por Janina Pérez Arias
Sebastián Lelio aún recuerda todas las sensaciones que le dejó la lectura de El prodigio, de Emma Donoghue (2016). Una de ellas fue que representaba un terreno engorroso para un cineasta. ¿Embarcarse en una adaptación para la pantalla grande de esta historia desarrollada en 1862 sobre el mito de las chicas ayunadoras, donde se confrontan la ciencia y la fe que raya en el fanatismo? Ni hablar.
Sin embargo Lelio, después de sus exitosas Gloria y Una mujer fantástica, cedería ante los encantos del riesgo, quizás eclipsado por la posibilidad de abrazar la inconsciencia, impulsado además por los productores Tessa Ross y Ed Guiney, que instaron al chileno a asumir tanto la co-escritura del guión (junto a Alice Birch y la misma Donoghue) como la dirección.
Cinco años más tarde de aquella lectura, The Wonder, protagonizada por Florence Pugh y Kila Lord Cassidy, es una realidad y compite por la Concha de Oro en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián.
En clave de thriller psicológico y desarrollada en un pequeño pueblo irlandés del siglo 19, The Wonder cuenta de Anna (Lord Cassidy), una niña de 11 años que ha sobrevivido durante cuatro meses sin comer. Ante la duda de si se trata de un milagro o de una mentira, los lugareños contratan a una enfermera inglesa, Lib (Pugh), para vigilar de cerca a Anna y así descifrar el misterio.
Tal como narra Sebastián Lelio en este encuentro en un hotel donostiarra, en primera instancia quedó flechado con «la conexión emocional entre esas dos mujeres, con el viaje de Lib y Anna, el cual está en el centro de la historia, y que se trata de una relación única, original, interesante de explorar, inusual como centro de una película».
Con Florence Pugh embarcada en el proyecto dice que sintió que el filme estaría bien encaminado, «una gloria», sonríe Lelio enumerando todas las cualidades de la actriz, resaltando su presencia y magnetismo, pero también la capacidad que tiene de meterse en el bolsillo a los espectadores.
Encarnando a Lib «la acompañamos en la parte lógica de su proceso mental y luego cuando ya tiene que tomar las decisiones ante el dilema moral de su proceso de cómo proceder, cuando está cometiendo los actos más extremos, por ella y por la niña, uno se pone de su lado», toma aire y concluye sin ocultar su orgullo,»eso no lo sostiene cualquier actriz, es muy difícil y Florence consu entereza lo trasnmite».
Si bien Florence Pugh no pudo acompañar a Sebastián en el estreno de The Wonder, sí estuvo presente en el festival»la otra bendición de esta película», Kila Lord Cassidy.
«Me quedé mudo cuando vi la prueba en video que envió», recuerda Lelio, «fue genial encontrar a esa niña con un gran nivel de intuición y compromiso, y que junto a Florence lleva a cabo un duelo artístico que suma electricidad a la película».
A pesar de la época, del paisaje y del idioma, The Wonder posee ciertos hilos que conectan tanto en lo artístico como en lo personal con Sebastián Lelio.
«Ese mundo cerrado, casi oscurantista, de control donde las narrativas están súper vigiladas, donde cualquier forma distinta de operar es asfixiada de inmediato, donde el imperio del fervor religioso está en todas partes», describe, «me dije que quizás el haber crecido en una dictadura en los 80 en Chile, un país además ultra-católico, puede que conecte con esas dinámicas, por lo que me pareció que por ahí era mi puerta de entrada».
Pero también a Lelio le ató a esta historia que pintaba como un imposible la búsqueda de la verdad frente a la reticencia de cuestionarla, el fanatismo como lastre y verdugo que permea una sociedad.
El director sentado en un sofá que llama al arrullo, recuerda que The Wonder nos habla de nuestro aquí y ahora, sin importar en qué lugar del mundo estés. Insta a que pensemos en el bombardeo de discursos extremos, y lanza la interrogante de en qué historia estamos creyendo para acto seguido recordar la responsabilidad que tendríamos que asumir al abrazar este o aquel discurso.
Por supuesto Chile con su candente actualidad y su pasado sangriento no podía faltar en esta entrevista. Ante la pregunta ¿en qué está creyendo Chile ahora mismo?, se sonríe.
«Estamos en un proceso de construir una nueva constitución, de co-crear colectivamente un relato que nos convoque, que nos convenza y nos una», afirma, «el primer intento fracasó pero vamos de nuevo, hasta que encontremos la nueva historia que sea el vehículo que nos permita cruzar los próximos 50 años, ojalá de manera cohesionada, con un país justo, más moderno, más ecológico, feminista y socialdemócrata».