Luego de 50 años de trayectoria como destacado diseñador gráfico, el trabajo de Santiago Pol fue reconocido con el Premio Nacional de Cultura 2016-2018, categoría Diseño. Pero el artista lo rechazó.
«Como diseñador, como artista, como docente y como ser humano estoy totalmente en contra de este régimen de terror que se ha dado a la tarea de destruir sistemáticamente a Venezuela. Por esta razón y muchas otras rechazo el Premio Nacional de Cultura 2016 -2018 en Diseño», dijo el artista residenciado en Barcelona.
Se enteró tarde. El premio se otorgó el 29 de septiembre. Pol sería el primero en recibir el reconocimiento en la categoría Diseño, que se incorporó en esta edición al galardón que se realiza de forma bienal desde 2001.
Ese mismo año, comenzando el nuevo milenio, Hugo Chávez anunció en el que era su programa dominical Alo, presidente el inicio de una «revolución cultural». Nombró nuevos directores de museos, galerías, teatros, editoriales así como del sector cine, danza y música. Todo debía estar en sintonía con el «proceso revolucionario» del que fue líder.
Todo el sistema cultural de Venezuela se politizó, lo que incluye al Premio Nacional de Cultura en todas sus categorías: Artes Plásticas, Literatura, Arquitectura, Teatro, Música, Saberes Tradicionales, Humanidades, Cine, Fotografía y Danza. Artesanía se creó en 2015.
Pol es cartelista. Antes de llegar allí pasó por la pintura. Pero cuando dominó la técnica se dio cuenta de que no era suficiente. Estaba entrando a la Escuela de Bellas Artes de Caracas. Estuvo en París tres años gracias a una beca que le ofreció Alejandro Otero. Al regresar ya tenía la idea de hacer carteles en la cabeza.
Durante 50 años ha diseñado más de quinientos carteles en Venezuela y el mundo. A pesar de su talento, no se considera el mejor en el área y señala que «metió mucho la pata». No tiene pactos con ningún estilo, tendencia o concepto. Durante el auge de nuevas tecnologías, consideró que le facilitarían el trabajo.
Sus carteles se exhibieron en 12 estaciones del Metro de Caracas, como parte del proyecto cultural de la institución en el siglo pasado, que llevó Antonio Padrón. También han estado en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) y representó a Venezuela en la Bienal de Arte de Venecia de 2005.
Ha sido ganador de premios como la Paloma de Oro al Mejor Afiche en el Festival de Cine en Leipzig, Alemania; Premio al Mérito en la sexta exposición Club de Directores de Arte de Nueva York; mención honorífica en la VI Bienal de Afiches Varsovia; Medalla de Bronce en la Trienal de Afiches de Toyama, Japón, entre otros.