Blindado de precauciones frente al virus, el Festival de Cine de San Sebastián arrancó este viernes con el estreno mundial de Rifkin’s Festival, una comedia romántica en la que Woody Allen homenajea a sus maestros y regresa a sus obsesiones.
En su nueva entrega, el cineasta neoyorquino, de 84 años de edad, recuerda con fantasiosas secuencias a sus maestros europeos: Godard, Truffaut, Fellini, Bergman, Buñuel…
Y como ya hiciera con Barcelona y Oviedo en Vicky Cristina Barcelona (2008), esta vez decidió trabajar de nuevo con la productora española Mediapro para extasiarse con la belleza de las calles, los montes y el mar de San Sebastián, donde rodó el verano de 2019.
«La gente que financió mi película quería hacer una película en España (…) recordé lo hermoso y encantador que es San Sebastián», y «monté el plan de la película en torno al festival», explicó el director por videoconferencia desde su casa de Nueva York.
Allen reflexionó sobre sus referentes del cine clásico europeo, afirmando que «tuvieron una gran influencia en el cine norteamericano».
Y al recordar que en la época de sus directores favoritos también dominaba el cine comercial de Hollywood, aseveró que «la situación sigue siendo la misma» hoy día, con «algunos buenos realizadores haciendo películas de gran calidad» en medio de títulos supertaquilleros mucho menos ambiciosos desde el punto de vista artístico.
La comedia gira en torno a la pareja formada por Mort Rifkin (Wallace Shawn) y su mujer Sue (Gina Gershon), publicista de películas. Ambos viajan al festival de la ciudad vasca, y ella se enreda en un ‘affaire’ con un atractivo director francés (Louis Garrel).
Irónico y mordaz, Rifkin da voz a las preguntas de Woody Allen sobre el sentido de la vida y de la muerte, y se replantea también su matrimonio tras conocer a una doctora española, Jo Rojas (Elena Anaya), a su vez atormentada por su matrimonio con un desquiciado pintor (Sergi López).
Trabajar con Woody Allen «ha sido un regalo de la vida, y lo he disfrutado» aunque «llegaba todos los días un poco neurótica» al rodaje y «salía atormentada» del mismo, dijo en la rueda de prensa Elena Anaya, que fue ‘chica Almodóvar’ en La piel que habito (2011).
«La comida aquí es buenísima; estaba rodando y quería comer todo el tiempo, eso fue lo más difícil», añadió divertida Gina Gershon, refiriéndose a la renombrada cocina vasca.
Allen volvió a lucir su obra en el festival que en 2004 le concedió el premio honorífico Donostia en reconocimiento a su carrera, y le dedicó una retrospectiva.
Y sobre todo, se quita un poco la espina después de unos años ensombrecidos por las acusaciones de Dylan Farrow, su hija adoptiva, de que habría abusado sexualmente de ella cuando era niña. El cineasta siempre negó tajante esas acusaciones y no fue inculpado ni juzgado en ningún momento.
Con todo, su imagen se vio tan degradada, en la estela del movimiento antiacoso #MeToo, que no pudo estrenar en Estados Unidos su anterior película, A Rainy Day in New York.
Seguridad contra el virus y menos pases
Con este estreno mundial arranca la 68ª edición del Festival de San Sebastián, que culminará el 26 de septiembre con una gala en donde se entregará la Concha de Oro a la mejor película, el máximo galardón por el que compiten 13 producciones de Europa, Estados Unidos, Latinoamérica y Asia, seis de ellas repescadas del cancelado Festival de Cannes.
En la sección latinoamericana Horizontes Latinos concurren nueve cintas. La primera en entrar en liza, este viernes, es El prófugo, un thriller dirigido por la argentina Natalia Meta que ya compitió a inicios de año en la Berlinale.
El festival se celebra en medio de fuertes medidas para prevenir el coronavirus, en una España actualmente sumida en la segunda oleada.
Los aforos autorizados en las salas son de entre un 40 y un 60%, las proyecciones se redujeron en un 23% respecto al año pasado, e igualmente no habrá alfombra roja para que el público aclame a sus estrellas a su llegada al hotel María Cristina.
Debido a las restricciones de viajes, muchas estrellas no podrán venir a defender sus citas, aunque sí lo harán al menos Johnny Depp como productor de Crock of Gold -un documental sobre Shane MacGowan, líder del grupo irlandés The Pogues-, o Matt Dillon como director de El gran Fellove, otro documental sobre el músico cubano Francisco Fellove.