«Nuestra música es para viajar y salir un poquito de los problemas para analizarlos desde otra perspectiva». Ese ha sido el discurso de Rawayana desde hace diez años, cuando la banda comenzó su carrera musical. Ahora, la agrupación integrada por Beto Montenegro, Tony Casas, Alejandro Abeijón y Andrés Story, presenta un álbum distinto tanto en el sonido como en el concepto. Eso sí, sin alejarse de su esencia: mucho Caribe y despreocupación.
Cuando los acéfalos predominan es el cuarto disco de Rawayana. Nació del trabajo cultural que, desde hace un par de años, ha realizado la banda en Venezuela y que comenzó con el festival Nuestro Amanecer que se canceló en 2019, año en el que el país presentó una severa crisis de servicios básicos, especialmente de electricidad, y con un documental que no han podido culminar. Por eso, para la banda este álbum es una forma de cerrar un ciclo y entregarle a sus fanáticos una muestra de lo que querían hacer. «No quiero hablar por la banda, creo que es algo muy personal. Para mí representa culturalmente algo más allá de si volvemos a tocar o no, en el país; es como un regalo, como una tesis, de lo que significa ser un músico o artista en Venezuela», dice Beto Montenegro, vocalista del grupo.
Cuando los acéfalos predominan hace referencia a la situación que viven muchos países de la región, sobre todo Venezuela. «Sentimos que era súper acertado, porque pareciera que las personas que predominan en muchas áreas, no en todas, que influyen en los cambios sociales, han perdido un poquito la cabeza y carecemos de liderazgos a nivel mundial. Creo que era la mejor forma de darle título a un disco que nosotros intentamos que fuese como una fotografía de esta última década», afirma el cantante.
Aunque la música de Rawayana se ha caracterizado por ser un escape a través de un viaje por el Caribe, en este álbum hurgaron en la situación venezolana para tratar de reflejarla, de una forma muy sutil, a través de sus canciones. «Cuando estábamos haciendo el disco pensamos en cómo podíamos transmitir nuestra voz como venezolanos desde nuestra perspectiva. Queríamos tomar una fotografía musical de lo que hemos vivido y que, a su vez, funcionara para que otras personas lo escucharan y se les quede algo en el chip», cuenta Montenegro.
Hablar del contexto venezolano es complicado, pero la banda logró colarlo en sus canciones. «Nos han dividido, estamos en una situación económica de mierda. Entonces, cuando uno habla desde ahí, y los hay, es pesado. En nuestro caso queríamos ser consecuentes con lo que hemos venido diciendo desde hace mucho tiempo: queríamos decir las cosas intentando no insultar a nadie y en el caso de que ocurriera, que fuera justificado. Nosotros y nuestra música no somos de los que vamos a estar guiándonos por esa sensación de agravio y odio, antes de que ocurra preferimos quedarnos callados. El venezolano tampoco es así, es muy caribeño».
Los viajes constantes a Venezuela para grabar el documental tuvieron un peso importante en la letra de las canciones y en la conceptualización del disco. «Desde 2017 ya había algunas ideas de canciones que pensábamos para el disco. Uno va escribiendo canciones, ideas y cosas pero luego las revisitas un año después y no te gustan», dice el cantante.
15 canciones le dan forma a Cuando los acéfalos predominan, las cuales fueron un reto de escribir para Beto, pues en ellas toca temas de los que no había hablado nunca. «Yo quería aventurarme y escribir canciones en las que no sintiera que estaba haciendo lo mismo de siempre y en las que tocara temas que me parecían interesantes, ya sea a través de una historia o un personaje. Lo que sí sabíamos desde el principio era que queríamos transmitir todo esto», indica.
Y añade: «Nunca había escrito canciones de este tipo, nunca había hecho la tarea de estudiar tanto una situación y me dejó seco. Estoy así como ‘aquí está este regalo’. También sentía que nuestra generación necesitaba un disco que reflejara un poquito el soundtrack que hemos estado viviendo».
El disco incluye colaboraciones con Akapellah, la mexicana Fer Casillas, Los Amigos Invisibles y Cheo Pardo, quien además fue el productor del álbum. «Cheo es como un color más del proyecto. Cuando le mostramos las ideas que teníamos, su reacción nos hizo entender que él también estaba en esa búsqueda de no hacer lo mismo, de aprovechar el conocimiento que ha adquirido produciendo a otros artistas y reflejarlo con lo que nosotros hemos aprendido», dice Beto.
Cuando los acéfalos predominan es el disco «dark» de Rawayana, considera Montenegro, pues las canciones tienen elementos muy distintos. «Yo estoy súper consciente de que este es un disco que no sé si la gente está esperando. Aunque se siente la identidad del proyecto y los colores que hemos venido manejando, hay canciones largas, puentes de solos de instrumentos super largos, intros e interludios larguísimos», cuenta el cantante.
Aunque para Montenegro todas las canciones son esenciales, hay una de la que está muy orgulloso. Se trata de «Discúlpeme usted», que cierra el álbum. El tema nació de un sueño que tuvo el cantante sobre la polémica que vivió en 2018 por un video que publicó el Saime. «Estuve mucho tiempo tratando de transmitir lo que sentí con todo este peo que me pasó y no lo lograba, porque hablaba desde la rabia. Con este track me pasó que gracias a ese coro que soñé conceptualizamos la manera en la que íbamos a grabar», recuerda.
De esa época, recuerda que se sintió muy mal por las críticas que recibió en redes sociales. «Siempre hemos dicho que estamos como en una especie de secuestro o dictadura ¿Cómo es que todo el mundo pretende que todos se comporten como rambo? De alguna manera, estás condicionado, lamentablemente, a esa situación. Cuando te encuentras con el odio de Twitter, que nunca percibí en la calle, fue como una locura digital orquestada por gente que quería hacernos daño y tú dices ‘pana, que jodido es hablar de dignidad cuando todos la hemos perdido de alguna u otra manera’, basados en ese principio de que no estás libre». Reflexiona y agrega: «Siempre hemos sido súper claros con nuestro discurso político y hemos dicho nuestra posición. Pero, ¿quién con dos dedos de frente querría estar en la posición que estuvimos nosotros? Yo quisiera no volver a ese lugar, si pudiera hacerlo no lo haría. Hoy en día es tan complejo ser un artista venezolano porque la gente quiere que la representes, pero a la vez son los primeros en destruirte».
Para Rawayana el éxito que tuvieron con trabajos anteriores, como Trippy Caribbean, no les genera presión en cuanto a los nuevos proyectos. «Cuando ya tienes un precedente, entiendes que hay cosas que pueden ser predecibles. Por ejemplo, cuando hicimos ‘Véngase’ o ‘High’, teníamos cierta noción y nos gustaban las canciones que estábamos haciendo, pero no era algo premeditado, cuando haces cosas así no estás pensando en cuál será el próximo hit. Piensas en hacer la mejor canción posible con las herramientas que tienes. Entonces, bajo ese principio, siento que las canciones van a llegar, lo que hay que hacer es trabajar y hacer las cosas con pasión», dice.
Cuando los acéfalos predominan no se limita a un álbum, la banda lo quiso convertir en una experiencia. La primera semana de junio, en Ciudad de México, comenzará una exposición a cargo de los artistas Adolfo Bueno y Alfredo Correia, en la que se exhibirá el arte gráfico relacionado con el disco, que realizó Joaquín Salim. «Empezamos a crear un espacio en CDMX donde pudiéramos grabar videos, entrevistas y en el que, además, las personas pudieran hacer un recorrido. Todo se terminó convirtiendo en una exposición que sirve no solo para hacer contenido digital, sino para que la gente pueda sentir el disco de alguna manera», explica Montenegro.
Un proyecto que le gustaría a la banda retomar en el festival Nuestro Amanecer en Mérida. «Es un proyecto madre de la banda que representa algo muy importante para nuestra obra. No sé cuándo lo vamos a hacer porque hemos tenido que aprender a entender que hay momentos en los que no puedes hacer ciertas cosas, pero ya tenemos un documental que empezó con esto y hay que terminar».
Sobre la evolución de Rawayana como proyecto, Montenegro considera que, aunque hay cosas que mejorar, se siente orgulloso de lo que han logrado en los últimos años. «Estoy feliz de la libertad que hemos alcanzado como creadores, de poder colaborar con otros para hacer discos y canciones. Nuestro proyecto ha madurado muy bien creativamente. Tener esa madurez nos ha permitido no estancarnos y la amistad se ha mantenido, que es algo complicado en proyectos así», dice.
Para Rawayana 2020 fue un año muy ocupado. Aprovecharon el confinamiento para centrarse en su disquera Brócoli Records. «La pandemia nos permitió meternos en el proyecto de lleno, organizarnos y pensar bien cómo vamos a plantear los próximos cinco años con Rawayana y los artistas que queremos firmar», indica el cantante.
Por ahora, los planes incluyen conciertos cuando se pueda y empezar a trabajar, lo más pronto posible, en nuevos singles y en su quinto disco. «Estamos planificando una gira para 2022. Mientras tanto, lo que va a pasar es que saldrán sencillos del disco y otros que no lo son y colaboraciones con otros artistas», finaliza.