ENTRETENIMIENTO

Radio Ambulante: una década de riguroso contenido artesanal

por Avatar Crysly Egaña

Un videojuego, un programa de televisión infantil y una crisis política. De esto habla la historia de José Rafael Marcano, un programador que, inspirado en las tensiones políticas durante la presidencia de Hugo Chávez y en Mazinger Z, creo un videojuego que no recibió el visto bueno de los partidarios del chavismo, pero sí de algunos internautas.

Esa es la síntesis del capítulo 20 de la décima temporada del podcast latinoamericano Radio Ambulante. Y el resumen no es exactamente en lo que los creadores del podcast están interesados. Llevan la crónica a la radio, sin escatimar en segundos para contar la complejidad de una historia. Pueden ser 15, 30 ó 50 minutos, lo que pida la crónica para ser contada con la mayor rigurosidad posible.

Hace ya casi una década surgió la idea. El escritor peruano Daniel Alarcón venía de hacer un proyecto con la BBC Radio. Hizo entrevistas en inglés y en español, pero mucho contenido en español quedó por fuera y allí se sembró una semilla que combinó con la admiración por los podcast estadounidenses de historias de largo aliento como This is American Life, un formato no muy común en la región. Con un grupo pequeño, entre los que estaban Carolina Guerrero y Martina Castro, impulsaron el proyecto que hoy es uno de los podcasts latinoamericanos más escuchados, reconocido en 2014 con el premio Gabo en la categoría Innovación, otorgado por la Fundación Gabriel García Márquez.

En 2012 publicaron una promo… más bien su promesa: “En Latinoamérica nuestras historias son sorprendentes, complejas y dramáticas. Con Radio Ambulante te vas a reír, emocionar, vas a conocer personajes inolvidables. Prepárate para algo totalmente diferente”. Y así fue.

Con 40.000 dólares, obtenidos en una campaña en Kickstarter, una plataforma de micromecenazgo para proyectos creativos, se financió el proyecto.

Sin saber mucho de producción, hicieron en la primera temporada tres episodios, que tuvieron un total de 7.000 escuchas. Esos primeros años estuvieron sostenidos por subvenciones, pero en 2016 NPR, la radio pública de Estados Unidos, se convirtió en el distribuidor exclusivo del podcast y su audiencia se disparó. Hasta ahora tienen más de 200 capítulos, que se tradujeron en 18 millones de descargas, según datos de 2020.

“Firmamos un acuerdo de distribución y eso ha sido ventajoso porque a través de la plataforma de NPR hemos creado una cantidad de audiencia, que nos ha permitido crecer. Ellos también colaboran económicamente con una parte sustancial, el resto de la plata viene de becas y fundaciones, sobre todo en Estados Unidos, que son las que apoyan más que todo este tipo de proyectos. La NPR, además, no tiene ningún tipo de injerencia editorial en lo que hacemos, son solo distribuidores”, explica la directora editorial, Camila Segura.

Pero ¿Qué lo hace único en medio de tanta oferta?

Una radio artesanal

Una buena historia con una gran edición y montaje de audio es la clave del contenido del Radio Ambulante.  “Tenemos reuniones cada dos semanas, donde revisamos las propuestas y si nos gusta lo que nos están enviando, hacemos todo un trabajo con el productor externo. Lo que hacemos es muy artesanal, se demora mucho porque nos tomamos tiempo en hacer las preguntas, entrevistas largas y muy detalladas, y después de eso hacemos la transcripción, una estructura de cómo va a hacer el guion y empezamos a hacer varios borradores hasta que consideramos que está lista la historia”, explica Segura.

“Tenemos un factchecker en el equipo, que es una persona dedicada solamente a verificar los datos de las historias y que todo lo que estemos diciendo esté correcto. En términos narrativos, tenemos varias versiones del borrador. Cada historia es particular y tiene una complejidad diferente. Hay historias en la que nos hemos demorado más, un año o año y medio, por distintas razones, pero en promedio diría que entre 3 y 6 meses la tenemos lista”, agrega.

Segura entró a Radio Ambulante en 2012. Venía de realizar traducciones de libros y actividades en el área editorial. Su campo natural es el de la Literatura, del que salió con un Doctorado en Literatura Hispánica de la Universidad de Columbia, pero pronto reconoció que el mundo académico no era el suyo, sino el de contribuir en la edición y la estructuración de las historias que publican semana tras semana.

“La calidad de lo que hacemos es bastante alta. Somos rigurosos y muy artesanales en lo que hacemos y yo creo que eso se nota. Somos respetuosos y empáticos a la hora de narrar las historias en voz de los protagonistas. Tener la voz de la persona que lo vivió hace que el relato sea más íntimo y que conmueva más, que la gente empatice. También la variedad de temas, que sea un proyecto que conecte toda la región, independientemente de donde estés y darte cuenta de que en la región hay tantos temas en común y que una historia buena es universal. No importa de dónde sea, pero si la historia es buena le va a hablar a cualquier persona en cualquier parte del mundo”, dice.

Ahora también se encarga, como directora editorial, de trabajar las historias con antelación, de manera que permita les permita tener, al menos, tres de ellas ya listas. Y entre los meses que separan una temporada de otra preparan la mayor cantidad de historias posibles. “El hecho de que el equipo haya crecido ha permitido tener un rendimiento más alto y que la velocidad sea un poquito más alta también”, indica.

El equipo está compuesto por 22 personas, entre productores, editores, diseñadores distribuidos en varias partes del mundo: México, Argentina, Estados Unidos, Ecuador, Colombia, Alemania, Guatemala, Chile, Francia y Londres. Y tiene su ventaja. “Siempre hemos sido un equipo remoto y eso en la pandemia no ha cambiado mucho la forma de trabajar. Lo único es que no hemos hecho tantas entrevistas en persona. Antes hacíamos más reportería de campo, de ir y entrevistar a la persona en su lugar de trabajo o en su casa, pero ahora nos toca la mayoría por Zoom o por Whatsapp”.

Para escuchar juntos

Así como su equipo, los oyentes de Radio Ambulante están por todo el mundo. Se concentran en Estados Unidos y Latinoamérica -una región en la que la penetración del podcast va en aumento debido a la distribución en Spotify, que se alcanzó en 2020– y se conectan en clubes de escuchas, que son como clubes de lectura, pero en vez de un libro tienen un episodio del podcast, organizados por los mismos seguidores.

El evento comenzó en 2019 como un programa piloto en 10 ciudades de la región. Gracias a una encuesta concluyeron que 88% de los participantes indicó que los Clubes de Escucha les permite ampliar su comprensión de las historias, 91% señaló que la calidad de la comunicación en los clubes es mayor que en redes sociales y 84% afirmó que los clubes les permiten tener conversaciones que no suelen tener en otros espacios. Actualmente cuentan con una página web en la que se puede explorar un calendario de las reuniones programadas.

Además, el año pasado Radio Ambulante organizó fiestas en Zoom, la plataforma de videoconferencia muy utilizada durante el confinamiento por el covid-19. Pero desde el principio dejaron claro “que no fuese una videollamada más de Zoom”.

“Este aislamiento parece interminable, pero aquí estamos y queremos seguir uniendo a la comunidad y recordar que estamos juntos en esto”, decía la invitación que convocó a más de 2000 personas en tres oportunidades y que compartieron sus experiencias con la etiqueta #FiestaRadioAmbulante

“Tenemos una comunidad increíble. Teníamos un DJ y la gente se pone a bailar en su casa, hablan en el chat. Fue super exitosa y multitudinaria. Había familias, parejas, y es súper”, expresa Camila Segura.

Es de esta gran comunidad de “deambulantes” de la que sale parte del financiamiento del proyecto. En 2019 lanzaron un programa de membresías con distintos beneficios dependiendo de la cantidad que aportara el donante.

Incluso identificar a los fans del podcast también les ha ayudado a realizar otros proyectos, como la aplicación Lupa, que combina las historias de Radio Ambulante y la tecnología para aprender español. Surgió luego de se dieran cuenta de que en Estados Unidos algunos escuchan el podcast para aprender español. El resto son latinos migrantes o latinos de segunda y tercera generación que quieren mantener el lazo con sus raíces.

El futuro

Un podcast, clubes de escuchas, fiestas en Zoom, una aplicación y una gran comunidad alrededor de un contenido riguroso y artesanal. Estos dos últimos elementos se levantan como principios para explorar otros géneros más allá de la crónica. Y ese es el caso del podcast El hilo, que el equipo lanzó en 2020 y que lleva la firma de Radio Ambulante Estudios.

“Justamente la necesidad que vimos de que faltaba algo como El hilo, un programa con las noticias más importantes de América Latina y que fuera semanal. Había un hueco y nadie lo estaba llenando y parecía vital”, señala Segura.

Este proyecto, que se publica todos los viernes, se enfoca en las principales noticias de la región y del mundo, pero con profundidad -análisis, contexto e historia- como un hilo de Twitter.

Pero no solo es El hilo. “Queremos hacer mucho más contenido, pero para eso necesitamos más dinero. Estamos haciendo una encuesta anual donde evaluamos las necesidades del público. Ya somos Radio Ambulante Estudios, y la idea es seguir creando más podcast de diferentes tipos”.