El renombrado compositor y director de orquesta polaco Krzysztof Penderecki, conocido por su Treno a las víctimas de Hiroshima, el Stabat Mater y la banda sonora de El Resplandor, falleció este domingo a los 86 años de edad en Cracovia tras una larga enfermedad.
Considerado el compositor polaco moderno más importante, fue ìcono del sonorismo de la vanguardia musical polaca en sus primeros años y posteriormente un prolijo y galardonado autor de una amplísima variedad de obras, de sinfonías a piezas de cámara, enmarcadas muchas de ellas en el neoromanticismo.
En su página web se daba cuenta de su muerte, tras una larga y grave enfermedad. «Un gran polaco, sobresaliente artista, humanista y uno de los más conocidos y respetados compositores polacos», agrega el comunicado.
Krzysztof Penderecki, José Antonio Abreu y Venezuela
El compositor polaco fue gran amigo del maestro José Antonio Abreu. Por su invitación, viajó periódicamente a Venezuela, además de ser un gran admirador de El Sistema.
En 2015, el compositor y director polaco hizo un alto en sus compromisos artísticos en Europa para estar presente en uno de los ensayos de la Sinfónica Simón Bolívar a su paso por Londres.
«Desde mi corazón quiero felicitar al maestro José Antonio Abreu por la gran idea que tuvo hace 40 años de crear El Sistema y todas sus orquestas juveniles e infantiles. No necesito reafirmar lo que todo el mundo ya sabe: este programa es tan maravilloso que se ha expandido por todo el mundo, y hasta en Polonia estamos tratando de copiarlo. De manera que estoy muy feliz de escuchar de nuevo aquí en Londres a la Sinfónica Simón Bolívar, con Gustavo Dudamel al frente», dijo Penderecki, citado por Venezuela Sinfónica.
Su obra: Autoridad mundial de la música clásica
La revista cultural polaca Culture aseguraba que en la historia de la música del siglo XX su carrera destaca por su rápido ascenso hasta lo más alto, inigualable, con la posible excepción de Stravinsky.
El Ministerio de Asuntos Exteriores polaco lo encuadró como uno de los más famosos compositores polacos y autor del más impresionante legado, mientras que el ministerio de Cultura lo llamó autoridad mundial en el campo de la música clásica.
Su sucesor al frente de la Academia de Música de Cracovia, Stanislaw Krawczynski, lamentó la pérdida irreparable que su muerte supone para la cultura polaca.
Entre sus obra clásicas destacan el Treno a las víctimas de Hiroshima (1960), una composición para 52 instrumentos de cuerda frotada que catapultó a la fama al entonces joven Penderecki y por la que recibió un premio de la Unesco, así como la ecléctica Pasión según San Lucas (1963-1966).
«Lo único que me interesa es liberar al sonido de toda tradición», aseguró por aquel entonces el compositor.
Otras piezas sobresalientes son su Concierto para violín nº 1, su Sinfonía nº 2 y su Réquiem polaco (1980-1984), obra enmarcada en el romanticismo, cuyo embrión fue una pieza encargada por el sindicato Solidaridad para acompañar la inauguración de una estatua que conmemoraba la represión violenta de protestas contra el gobierno de la Polonia comunista.
Además, Penderecki participó en varias bandas sonoras para películas de Hollywood, entre ellas las clásicas del género de miedo El Resplandor, del director Stanley Kubrick; El Exorcista, de William Friedkin, y más recientemente, La Isla Siniestra, de Martin Scorsese.
También compuso la banda sonora de la película Rekopis znaleziony w Saragossie (El manuscrito encontrado en Zaragoza), del regidor polaco Wojciech Jerzy Has, considerada una de las partituras para cine más innovadoras del siglo XX.
Entre sus obras destaca su primera ópera, Los demonios de Loudun, que se estrenó en la Ópera de Hamburgo en 1969, y la obra Las siete puertas de Jerusalén.
Dirigió grandes orquestas por todo el mundo, de Katowice en su Polonia natal, a la Sinfónica de Londres y las filarmónicas de Múnich, Nueva York, Osaka y Hamburgo, entre otras.
En 2013 se publicaron, a modo de regalo de su sello discográfico por el 80 cumpleaños de Krzysztof Penderecki, una caja con todas sus sinfonías, dirigidas por él mismo.
«El artista es un testigo de la era en la que vive y reacciona con su obra a lo que sucede a su alrededor», señaló el compositor polaco en una ocasión.
Penderecki nació el 23 de noviembre de 1933 en Debica, en el sureste polaco, en el seno de una familia con raíces armenias, alemanas y polacas.
Se graduó en la Escuela Superior de Música del Estado -actual Academia de Música- de Cracovia en el 58, centro del que años después llegaría a ser profesor y director.
Su debut internacional fue un año mas tarde, con tan sólo 26 años de ead, cuando las tres composiciones que presentó de forma anónima en el Festival de Otoño de Varsovia resultaron premiadas.
Además de cinco grammys, el galardón Unesco y dos Prix Italia, el compositor polaco obtuvo el premio Príncipe de Asturias de las Artes en 2001 y logró la Orden del Mérito de Mónaco, la distinción francesa de Comandante de la Orden de las Artes y las Letras, el Praemium Imperiale japonés y la Orden del Águila Blanca polaca.
Doctor Honoris Causa por 22 universidades -entre ellas una madrileña y una bonaerense-, Penderecki era miembro de la Real Academia de la Música de Londres, la Academia Nacional de Santa Cecilia de Roma, la Academia de las Artes de Berlín, la Academia Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, la Academia Americana de las Artes y las Letras, y la Academia Argentina de Música, entre otras.
Krzysztof Penderecki celebró su 85 cumpleaños activo, lleno de ideas para seguir componiendo, según reveló a medios polacos, y con en su propio festival de música, acompañado de colegas y amigos de todo el mundo.
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