Una misteriosa película de Netflix titulada El Conde había sido calificada como «R» a principios de este año por su «fuerte violencia y sangre, desnudez gráfica, violaciones, palabrotas y contenido sexual». Ahora, se sabe que el proyecto es la nueva película del director Pablo Larraín (Spencer) que se estrenará en Netflix el 15 de septiembre de 2023 y ya tiene tráiler.
Pablo Larraín y Guillermo Calderón escribieron el guion. La cinta está protagonizada por Jaime Vadell, en el personaje principal, y Gloria Münchmeyer. También destacan Alfredo Castro, Paula Luchsinger, Catalina Guerra, Marcial Tagle, Amparo Noguera, Diego Muñoz y Antonia Zegers.
Los productores incluyen a Juan de Dios Larraín, Pablo Larraín y Rocío Jadue, con Juan de Dios Larraín, Pablo Larraín y Rocío Jadue como productores ejecutivos de la película.
Es descrita por Netflix de la siguiente manera: «Alimentando su apetito por el mal para sustentar su existencia, después de doscientos cincuenta años de vida, Pinochet ha decidido dejar de beber sangre y abandonar el privilegio de la vida eterna. Ya no puede soportar que el mundo lo recuerde como un ladrón. A pesar de la naturaleza decepcionante y oportunista de su familia, encuentra nueva inspiración para continuar viviendo una vida de pasión vital y contrarrevolucionaria a través de una relación inesperada», señala la plataforma de streaming.
El Conde de Pablo Larraín
En El Conde, Larraín presenta en escena un país en blanco y negro, cuyo futuro está en manos de un vampiro caprichoso al que le importan muy poco las vidas de las personas que dependen de él.
El hecho de plantear a Pinochet como tal, se utilizará para explorar la humanidad a través de una situación exagerada donde los elementos cómicos de la historia quedarán separados de los comentarios sociales más serios.
Medios especializados señalan que, en un comunicado de prensa, el cineasta dijo que «llevo años imaginando a Pinochet como un vampiro; como un ser que no para de circular por la historia, por nuestro imaginario y por nuestras pesadillas. Los vampiros no mueren ni desaparecen. Tampoco lo hacen los crímenes ni los robos de un dictador que no conoció la justicia».
«La impunidad brutal que representa Pinochet debía ser encarada directamente, mostrándolo por primera vez de frente. Para eso, hemos utilizado el lenguaje de la sátira y farsa política», concluyó.