La soprano rusa Anna Netrebko fue ovacionada el miércoles en la Filarmónica de París en su regreso a los escenarios de una capital occidental tras ser objeto de controversia por su posición respecto a la guerra de Ucrania.
El público parisino le reservó una acogida triunfal al entrar al escenario, con un largo aplauso de varios minutos.
Sonriente y distendida, con un largo vestido blanco y negro, interpretó piezas de Rajmáninov, Debussy o Chaikovski antes de recibir una ovación con el público en pie al final del espectáculo.
Netrebko, una de las principales voces de la lírica a nivel internacional, fue de los primeros artistas rusos en ser señalados al comienzo de la invasión de Ucrania por no denunciar claramente la guerra.
La prestigiosa Ópera Metropolitana de Nueva York, de la que era la estrella, la desprogramó durante un tiempo indeterminado y ella anunció su retirada temporal de los escenarios.
Después, el 30 de marzo, condenó «expresamente la guerra contra Ucrania», lo que le valió la cancelación de un espectáculo en una ópera rusa.
Aunque nunca ha expresado abiertamente su respaldo al presidente ruso Vladimir Putin, Netrebko posó con una bandera de los separatistas prorrusos en 2015 y le entregó un cheque de un millón de rublos (unos 16.500 dólares al cambio actual) al dirigente ucraniano prorruso Oleg Tsarev.
La soprano aseguró que quería respaldar las artes y, en especial, la Ópera de Donetsk, a la que Kiev había cortado la financiación al situarse en zona controlada por los separatistas prorrusos a los que combatía desde 2014.
En una entrevista al diario Le Monde el domingo, Netrebko repitió que no se sentía «culpable de nada» y defendió que su único error era no haberse «informado antes de la situación en el Donbás».
«También me pidieron declararme contra Vladimir Putin. Yo respondí que tengo un pasaporte ruso, que es todavía el presidente y que no puedo pronunciar públicamente estas palabras», dijo la soprano.
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