No nombró el otro concurso (el Miss Venezuela), tampoco el otro canal (Venevisión), mucho menos al ejecutivo (todo apunta a Jonathan Blum, presidente de Cisneros Media, a cargo de la Organización Miss Venezuela) con quien vivió momentos muy tensos durante sus últimos años al frente de la Organización Miss Venezuela.
Eludió, siempre, todas las preguntas relacionadas con las acusaciones surgidas luego de su salida del Miss Venezuela, que lo señalan como proxeneta y dueño de una red de prostitución en el que estaban involucradas candidatas del concurso que durante 37 años lo convirtió en el mejor hacedor de reinas del universo. Solo llegó a decir sobre esto que confiaba en que se hicieran todas las investigaciones necesarias para aclarar “todo este tema”. Él, que trajo al país siete coronas Miss International, seis de Miss Mundo y siete Miss Universo, dijo que todo lo que hizo fue trabajar para que “el otro concurso siempre fuese un evento fastuoso, glamoroso e importante. Como era en la época del Poliedro de Caracas”.
Osmel Sousa reapareció, entre aplausos, y muchos, para hablar de lo que lo ocupa actualmente. Sentado en la mitad del escenario del Salón Miranda del Hotel Tamanaco, ocupando de nuevo un trono, como dijo, develó todo lo que encierra El concurso, un programa del que saldrá no solo una reina que acudirá a un certamen de belleza. “Quiero que surja una estrella, una gran personalidad del espectáculo, una figura importante para el país”, destacó Sousa.
El concurso será una serie de 14 episodios, a cargo de la Productora L Haze, y con Jairo Gudiño como creativo, que pretende, entre otras cosas, mostrar el lado emocional de un certamen de belleza. Seguir a las candidatas que, desde el interior del país y surgidas en castings regionales, como ocurría en el Miss Venezuela, llegarán a Caracas para ser las protagonistas de la competición. Se hará énfasis, según Sousa y Gudiño, en la preparación de las candidatas y en mostrar atributos más allá de la belleza. Eso sí, Osmel Sousa no cambiará lo que llamó su línea. “A mí me gusta trabajar con mujerones”. Así que las 30 candidatas que harán vida en el Hotel Tamanaco, sede de El concurso, serán altas, esbeltas, exóticas muchas, como tanto le gusta a Osmel. Y desfilarán en traje de baño. No como en el Miss América, que decidió eliminar la aparición de sus candidatas en esta pieza. “No estoy de acuerdo. El traje de baño obliga a las misses a mantenerse en forma”.
Fue enfático Osmel Sousa al decir que El concurso no pretende competir con otros certámenes del país. Él, que define estos momentos en los que ya tiene 70 y largos años como una transformación, asegura que pasó momentos muy felices durante las casi cuatro décadas que pasó en el Miss Venezuela. “Respeto todo lo que estén haciendo los demás concursos, nosotros no seremos competencias porque vamos a hacer algo completamente nuevo, una cosa distinta”.
Las grabaciones de El concurso, que aún no se saber si irá a Netflix –reconoce el productor que ha habido conversaciones– ni cuál canal lo transmitirá en el país –aunque algunos apuntan que pudiera ser Sun Channel– comenzarán el 15 de agosto. La primera etapa consiste en trabajar con los dueños de las franquicias en el interior del país –los mismos con lo que trabajó durante años en el Miss Venezuela– la elección de las candidatas que, luego de pasar el filtro de Sousa, llegarán a Caracas. “Me imagino episodios bastante ‘plain’, sencillos, en los que la muchacha sea la protagonista. Algo al estilo del programa Project Runway”. No sabe aún cómo será la moderna corona que Voyage confeccionará para la candidata ganadora, ni qué dirá la banda que portará la triunfadora. Pero sí quiere un gran premio para la nueva reina.
De algo sí está seguro y lo dice sin reparos: “Estando yo metido aquí, nada va a salir mal”. Eso sí, al departamento de ventas a cargo de la comercialización del concurso los retó públicamente. “Si no hacen bien su trabajo, esto no funciona”.
Finalizó dándole las gracias a todas las candidatas con las que trabajó durante sus 37 años en el certamen Miss Venezuela, a sus familias. “Lamento que estén en entredicho por todo lo que se ha comentado últimamente. Sigo pensando igual, esto tiene un trasfondo y es el Miss Universo”. Se refiere a la visita que hizo al certamen internacional, a espaldas de Venevisión, para tratar de obtener la franquicia del concurso y buscar él a la Miss Venezuela que representaría al país en el concurso.
—¿Seguirá peleando por la franquicia del Miss Universo?
—Los organizadores del Miss Universo me conocen desde hace mucho. Conocen mi trabajo, saben lo que hago. Ahí veremos a quién se la dan finalmente, a ellos (Venevisión) o a mí. Yo seguiré peleando hasta el final.
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