Nació en Francia en 1978. Sus orígenes senegaleses y mauritanos en un país como Francia en donde el racismo afecta a la sociedad, lo hicieron víctima de episodios discriminatorios, tal como comenta en sus entrevistas. Sin embargo, nada pudo opacar su talento. Comenzó a trabajar en el mundo audiovisual desde los 20 años con una personalidad versátil. Encarnó papeles televisivos, un programa humorístico en la radio y como actor de videoclips. En el cine, trabajó haciendo doblajes y ahora, además de ser una estrella mundial del cine y el protagonista de la serie Lupin, la serie más exitosa de Francia en este momento, es su productor general. Además, es director de un proyecto propio: «African Dream».

Los inicios

En una entrevista con el diario británico The Guardian, Sy contó que de niño tuvo que luchar contra la discriminación, pero que en cierta forma fue esa barrera la que lo llevó a encontrar su vocación.

«Hay una expresión cuando vienes de donde yo vengo y te ves como yo me veo, con esta estatura, este color de piel, la gente te pone como detrás de un bloque de hielo, que no se rompe fácil. Creo que ese me llevo a mi camino actual. Recuerdo que de adolescente quería ver una sonrisa en la cara de las personas en vez de esa mirada de sospecha que me daban. Una forma de conseguirlo era con sentido del humor, haciéndolos reír», explicó el actor de 1,90 de estatura.

Así, a los 14 años empezó a hacer comedia, pero eso perjudicó sus estudios y se graduó de la escuela recién a los 20 años de edad. Fue tras finalmente aprobar su examen de graduación que, en una cena familiar, se aventuró a decirles a sus padres que sería comediante profesional. Al ser miembro de una familia de recursos económicos limitados -su padre trabajaba en una fábrica y su madre era empleada de limpieza-, sabía que su decisión no sería tomada con alegría.

«Pude ver su expresión de preocupación, de miedo. Estaban seguros de que no me iba a funcionar, pero son personas inteligentes y sabían que tenían que dejar a su hijo decidir», relató Sy, el cuarto de ocho hermanos, que actualmente trabajan en Francia en diferentes oficios: recepcionistas, cocineros, enfermeros y ayudantes de maestro.

Una inspiración

El pesimismo de su familia, sin embargo, no hizo dudar a Sy. Sabía que tenía posibilidades de convertirse en un comediante exitoso, pues en su escuela, un joven muy parecido a él, había alcanzado sus sueños y ya nada le parecía imposible.

El mejor jugador de fútbol de su escuela, era un chico que «siempre se iba a dormir temprano, que entrenaba mientras nosotros estábamos de fiesta» y, a los 17 años, fue reclutado por el Arsenal. Así dejó los suburbios de París y se fue a vivir a Londres, donde se convirtió en estrella de fútbol.

El nombre de ese joven era Nicolas Anelka.

Sy contó en The Guardian que veía con alegría el éxito de su amigo, estaba orgulloso de él, pero no sorprendido, porque había visto cómo había trabajado para conseguir sus metas, y eso lo inspiraba a seguir adelante con su objetivo de vivir de la comedia.

Contra el racismo

Como figura pública e influyente, Omar Sy no ha sido indiferente ante situaciones de racismo y discriminación como hemos visto en sus redes sociales. Sy participó, por ejemplo, en la marcha que condenó el asesinato de George Floyd.

El actor explicó que, cuando era adolescente, también tuvo una relación complicada con la policía, debido a su color de piel. Para el actor, como regla, si se le acercaban los policías, era mejor correr y parecer sospechoso a arriesgarte a ser atacado por ellos.

“Yo lo viví cuando era joven y, 20 años después, sigue siendo igual para un joven negro. Nada ha cambiado”, dijo Sy sobre su postura ante el caso Floyd, que a él en particular le recuerda el caso de Adama Traoré, muerto en Francia por la brutalidad policial.

“Soy un hombre grande, negro. Me veo como ellos. ¿Pudo haberme pasado lo mismo? ¿Podría pasarle a mis hijos?”, explicó el actor.

Su paso por «Lupin»

Ser escogido para el personaje basado en Assane Diop, protagonista de los libros de «Lupin«, fue un tanto controversial para el público francés pues esperaban un actor blanco. Incluso, recibir el premio César en 2012 lo puso en la noticia como el primer actor negro en recibir el premio más importante del cine francés.

«Intocables», su primer éxito internacional

Cuando Omar Sy comenzaba su carrera como comediante conoció a dos jóvenes directores, Olivier Nakache y Éric Toledano, quienes «cada vez que tenían una película, lo llamaban a él». Así nació una colaboración que le cambiaría la vida al actor.

«Intocables», junto a François Cluzet, se convirtió en 2011 un suceso internacional. En este drama, Omar Sy interpretó a un expresidiario sin formación académica ni habilidades que es sorpresivamente contratado para cuidar a un hombre tetrapléjico rico y muy culto. A pesar de sus abismales diferencias logran alcanzar una noble amistad. Es considerada una de las películas francesas más exitosas del planeta con 19 millones de espectadores y el primer lugar en la exigente taquilla francesa.

Otro dato increíble de esta película es que está basada en la vida de Philippe Pozzo di Borgo, quien sufrió un terrible accidente en parapente que lo dejó tetrapléjico. Su autobiografía dio origen al libro Intocable. Tras la película, la novela se convirtió en un best-seller con 200 mil ejemplares vendidos a solo dos meses de haber sido reeditada.

«Mi vida, todo lo que tengo en lo profesional, se lo debo a esa película», dijo Sy.

Entre Marvel y el parque jurásico

Este salto a la fama para Omar Sy cambió su vida rotundamente. A Intocables le siguió en 2014 un papel en X Men: Días del Futuro Pasado, nada menos como Bishop, el mutante que aparecería por primera vez en la pantalla grande. En 2015, tuvo un papel secundario en la taquillera Jurassic World, y en 2016 pasó al lado oscuro en la película Infierno (parte de la trilogía de El Código Da Vinci dirigido por Ron Howard) junto a Tom Hanks.

Antes de Lupin tuvo otros proyectos en el cine, incluyendo Call of the Wild junto a Harrison Ford.


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