La serie Se llamaba Pedro Infante, que se graba en la ciudad mexicana de San Luis Potosí, se adentra en la intimidad que rodeó al máximo ídolo del cine mexicano, alejándose de la visión idealista y melodramática con la que antes se abordó su vida.
«Conocemos el mito de un hombre que sale de un pueblo insignificante y una familia común y se convierte en el ídolo de un continente. Nosotros quisimos entrar en la intimidad, en entender por qué hace lo que hace, por qué lucha como lucha para conseguir sus sueños, cuáles son sus motores emocionales», explicó en una entrevista con EFE el creador y productor de la serie, Rubén Galindo.
La serie de TelevisaUnivision, para su plataforma Vix+, aborda el ascenso, la lucha, las decepciones, problemas y malas decisiones de Infante (Mazatlán 1917-Mérida 1957), el actor más representativo de la época de oro del cine mexicano y con una reconocida carrera como cantante.
“Y cómo al final se libera de las cadenas de lo que al principio piensa que son sus grandes metas en la vida”, agregó Galindo, a quien le llevó cerca de cinco años documentarse y escribir la historia de Infante.
Además, consideró “sumamente importante” el hecho de que la producción cuente con el beneplácito de la familia del actor, lo que le dio la libertad para adaptar la documentación histórica a las necesidades de la ficción.
“No es un documental, sino una interpretación de un equipo de estudiosos que analizamos la vida y psicología que nos puede mostrar el conocimiento popular acerca de Pedro Infante, y en esa interpretación tuvimos que llenar con creatividad y ficción una serie de varios que hay en su vida”, expuso.
Un lugar idóneo para las series de época
La producción lleva cerca de mes y medio rodando en San Luis Potosí, en el centro del país, donde se grabarán 70% de las escenas por el buen estado de conservación de sus edificios y calles, que todavía transpiran un aire que permite ambientar la serie en las primeras décadas del siglo pasado.
“San Luis es una ciudad maravillosa, tiene las calles y los edificios coloniales intactos, tal y como fueron en las décadas de los 30, 40 y 50”, subrayó Galindo.
Algunas de las escenas que se rodaron esta semana están localizadas en el palacio municipal de San Luis Potosí, un edificio de techos altos y vidrieras ahora convertido en las oficinas de Ismael Rodríguez, un director de cine mexicano indispensable para entender el éxito de Infante.
El espacio que suelen ocupar funcionarios, documentos oficiales y computadoras ha sido tomado por numerosos carteles del protagonista de Nosotros los pobres (1948) y Dos tipos de cuidado (1953) y máquinas de escribir.
Las calles colindantes a la céntrica Plaza de Armas están abarrotadas de camiones de producción.
Uno de ellos, destinado a albergar el vestuario de los protagonistas, Mario Morán (Pedro Infante) y Ana Claudia Talancón (María Luisa León, una de las esposas del actor), cuenta con piezas elaboradas adrede para, tras un proceso de investigación, acercarse al estilo que caracterizó al mexicano.
Un retrato de México
Para Galindo, la vida y obra de Infante, una de las grandes figuras de la época más gloriosa de la cultura mexicana, retrató un país “visceral, apasionado, entregado y trabajador, que cuando se hace dueño de su destino logra cualquier cosa que se proponga”.
“La vida de Pedro Infante nos invita a hacer muchísimas reflexiones, hacer un análisis de nuestra vida, vivir con pasión e intensamente, perseguir nuestros sueños sin pedirle nada a nadie”, consideró el creador.
La producción, que seguirá en lugares como Pachuca, Morelos o Ciudad de México y está dirigida por Alejandro Bazzano y Sergio Siruela, se estrenará este año en el servicio de video bajo demanda de TelevisaUnivision, Vix+.
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