Apóyanos

Nuestro amigo común: las cinco peores películas de 2017

La selección repasa aquellas cintas que por realización o contenido hayan destacado en sus deficiencias por encima de aquellas que se olvidan o resultan indiferentes

    • X
    • Facebook
    • Whatsapp
    • Telegram
    • Linkedin
    • Email
  • X
  • Facebook
  • Whatsapp
  • Telegram
  • Linkedin
  • Email

5. “Vivir de noche” (Live By Night, EEUU, dir. Ben Affleck)

El problema ha sido hacer esta cinta luego de haber salido bien parado tras dirigir The Town (2010) y sobre todo Argo (2012), ambos thrillers bastante decentes para un debutante como lo fuese Affleck entonces. Al haber cruzado satisfactoriamente la línea entre actor y director no quedaba sino esperar de esta película inspirada en el cine negro algo que estuviese a la altura de las dos anteriores. Sin embargo esta historia raquítica, insípida, sobre un grupo de gánsters que se instala en la soleada Florida durante la Prohibición y trata de hacerle frente a la competencia emociona tan poco, que da igual lo que le suceda a los personajes o cuál sea el desenlace. Peligrosamente fácil de abandonar. No se salva ni por la fotografía de tono alto.

https://www.youtube.com/watch?v=5qpKd1Zm32I

4. “El muñeco de nieve” (The Snowman, EEUU, dir. Tomas Alfredson)

Parecía una gran idea: otro gran caso del detective Harry Hole con el muy digno actor Michael Fassbender. Sin embargo no pasó de allí. Este policial sobre un asesino en serie y el detective que eventualmente da con él está lleno de vacíos inexplicables y datos prescindibles. Pareciese no haber sido problema de Alfredson (El topo, 2011), acostumbrado ya al género. Peter Straughan repite su colaboración con el director escribiendo esta adaptación de Jo Nesbo, esta vez acompañado por Hossein Amini (Drive, 2011) y Soren Sveistrup, guionista para la televisión. No se explica entonces que, con un elenco que incluye buenos actores de la talla de J.K. Simmons, una historia trepidante y fotografiada con mucha belleza en los paisajes níveos noruegos, haya terminado siendo otra cinta chata e incoherente.

https://www.youtube.com/watch?v=YUs4lBeTGqo

3. “Se lo llevaron: recuerdos de una niña de Camboya” (First They Killed My Father, EEUU, dir. Angelina Jolie)

Lamentándolo mucho, se anuncia desde los primeros planos la condición novata de Jolie. Porque un asunto como el de este drama es fuente de otras muy buenas películas, en particular las del productor Rithy Panh. Jolie ha hecho de la experiencia comunista camboyana un remolino de cursilerías donde la cámara sigue a los personajes de manera arbitraria, mostrando cosas innecesarias porque edulcorar el horror le pareció la mejor manera de contar esta historia, como si se tratase de una telenovela. Los diálogos y primeros planos a la niña protagonista resultan tan manidos como las campañas de las tantas ONG que de tan buena fe ha patrocinado durante buena parte de su carrera como actriz.

https://www.youtube.com/watch?v=jd4AX0tJxkQ

2. “Guardianes” (Zashchitniki, Rusia, dir. Sarik Andreasyan)

A la rusa Guardianes no es que le haga falta un equipo más talentoso de profesionales del cine, pues ya lo tiene. El problema es su grito desesperado, soberbiamente triste, de querer hacer de ella una Los vengadores (2012, Joss Whedon) rusa, en su popularidad, sentido del humor y efectos especiales. Un grupo de seres humanos con poderes especiales que vienen de distintos lugares de la Gran Rusia es convocado por expertos en seguridad y defensa nacional para que se enfrente a un súper villano. Suena a Los vengadores. No lo es. Solo queda sentir un poco de vergüenza por el esfuerzo tontísimo de esta cinta obvia y ridícula por querer hacer algo “mejor” que lo que han hecho aquellos artífices de la cinta estadounidense, en consecuencia con la actitud resentida de que Hollywood no haya sido una idea rusa.

https://www.youtube.com/watch?v=BkRTZeC1n78

1. “¡Madre!” (Mother!, EEUU, dir. Darren Aronofsky)

Un escritor de mucha fama (interpretado por Javier Bardem) se retira junto a su joven esposa (Jennifer Lawrence) a una casa antigua en el campo en busca de la paz necesaria para retomar la escritura. Hasta que un hombre (Ed Harris) llega a la casa y es gratamente recibido por el anfitrión, que no por su mujer. Como si necesitase de compañía que le adule, el escritor permite la entrada de cada vez más miembros de la familia del recién llegado, quienes hacen y deshacen en la casa que tanto le ha estado costando remodelar a la joven. El agobio de estar en su lugar, desde donde se cuenta toda la historia, crece a medida que los invitados aumentan y destrozan todo a su paso con desfachatez y maldad, puesto que a nadie más parece incomodarle lo que está sucediendo. Hasta allí no hay problema con el más reciente thriller psicológico del director de Cisne negro (2010). Desde aproximadamente la mitad y hasta el final, las situaciones se extreman hasta el punto de que ya pierden todo sentido. Lo que parecía ser un thriller psicológico sobre la invasión del mal, termina siendo una supuesta fábula ecológica sobre el origen de los Tiempos, el cristianismo, las guerras religiosas y totalitarias, la idea mitológica de la Tierra como madre, el ego del artista y la desmesura del Hombre, y quién sabe qué cantidad de cosas más, en un aquelarre caótico y desenfrenado de referencias históricas, literarias, religiosas y ecológicas que solo dejan ver la pretensión gigantesca de Aronofsky. Un espanto de dos horas que parecen seis, que debió haber prescindido de la palabra en el título y llamarse únicamente ¡!, que no vale la pena ni descifrar de qué va porque no tiene la más mínima importancia, que logra que las grandes interpretaciones de Lawrence, Pfeiffer y Harris sean en vano, y que no pasa de ser una tontería insufrible y panfletariamente verde con demasiadas ínfulas.

El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!

Apoya a El Nacional