Las ocho campanas del campanario norte de la catedral de Notre Dame de París, que se prepara para reabrir el 7 de diciembre, volvieron a sonar el viernes por la mañana. El hecho ocurrió más de cinco años después del incendio que arrasó el edificio en 2019, constató AFP.
Las campanas de Notre Dame sonaron una a una, accionadas por motores, informaron periodistas de AFP presentes en el lugar.
«Es una etapa bonita, importante, simbólica», declaró Philippe Jost, responsable del organismo público encargado de restaurar la catedral, que también asistió a este acontecimiento.
«Todas las campanas juntas, es la primera vez» desde el incendio de abril de 2019, señaló, a menos de un mes de la reapertura de la catedral de estilo gótico.
«Todavía no está todo perfecto. Vamos a afinarlo hasta la perfección, pero esta primera prueba es concluyente», indicó emocionado Alexandre Gougeon, de la empresa Gougeon. La compañía es responsable del proyecto de reinstalación de las campanas, celebrando «un gran logro».
El jueves se llevaron a cabo pruebas individuales de cada campana.
Notre Dame resucita
Esta señal sonora marca una etapa más en la resurrección de una de las mayores catedrales de Occidente, inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco y uno de los monumentos más visitados de Europa.
The bells of Notre Dame in Paris rang out together on Friday for the first time since a 2019 fire that devastated the historic cathedral, AFP reporters said.https://t.co/P7BQwDtrLZ pic.twitter.com/zvjTbnlvsP
— AFP News Agency (@AFP) November 8, 2024
Durante el incendio del 15 de abril de 2019, las llamas alcanzaron parte del campanario norte del edificio, que tuvo que restaurarse. Para ello, las ocho campanas que alberga esta torre fueron cuidadosamente retiradas, se les limpió el polvo de plomo y se restauraron antes de devolverlas a su emplazamiento original.
Las ocho campanas llevan los nombres de personalidades que marcaron la vida de la diócesis y de la Iglesia, como «Gabriel», que pesa más de cuatro toneladas, o «Jean-Marie», de unos 800 kg, la más pequeña, homenaje al cardenal Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París de 1981 a 2005.
Regresaron a Notre Dame a mediados de septiembre con una pequeña ceremonia durante la cual las bendijeron.