La disputa entre Netflix y el Festival de Cannes es de largo aliento. Y es que el emblemático festival, de 71 años de trayectoria, enfrenta una compleja encrucijada con la irrupción de producciones cinematográficas de alta calidad que no fueron creadas para el cine, sino para ser consumidas a través de la televisión.
Netflix, como el máximo exponente de las plataformas de streaming, se enfrenta duramente a los estatutos del certamen, que este año fueron reafirmados por el director del evento, Thierry Frémaux, en prohibir que compitan en las categorías oficiales aquellas cintas que no hayan pasado por las salas de cine francesas.
El año pasado, Okja de Netlix, estuvo nominada a la Palma de Oro, y se tuvo que modificar las bases del concurso para que así ocurriera. Pero el líder de Cannes sostuvo que el hecho no se repetirá en la presente edición. Las cintas del gigante de streaming tendrán que exhibirse fuera de competición durante el encuentro que se celebrará entre el 8 y 19 de mayo.
Como respuesta, Netflix amenaza con retirar cinco estrenos que serían parte del Festival de Cannes. Se trata de Noruega, película biográfica sobre el terrorista Andres Breivik dirigida por Paul Greengrass; Hold the Dark, un thriller protagonizado por Alexander Skarsgård; Roma, un drama familiar dirigido por el ganador del Oscar Alfonso Cuarón; They’ll Love Me When I’m Dead, un documental sobre Orson Welles; y una versión restaurada de la película inacabada de Welles, The Other Side of the Wind.
El productor de esta última teme que su película se convierta en una víctima de la pelea entre Cannes y Netlix. «Seremos un daño colateral si deciden no ir», comentó a IndieWire.
Cannes y Netflix siguen «en conversaciones», según un comunicado difundido por Frémaux, quien agregó que la plataforma sigue siendo «bienvenida» en el festival.