Alexéi Navalni, el líder opositor ruso muerto este viernes repentinamente en prisión, no solo encabezó el movimiento político más importante contra el presidente Vladimir Putin, también dejó con videos registro de la corrupción en su país y participó en un documental ganador del Oscar en el que se cuenta, con los recursos del thriller y la investigación, cómo se gestó su envenenamiento con Novichok hace cuatro años.
Titulado Navalny y dirigido por Daniel Roher, el documental disponible en HBO Max se sitúa en el momento en que un avión en el que viajaba el opositor tuvo que aterrizar de emergencia debido a que estaba gravemente enfermo. Navalni fue trasladado a un hospital siberiano y luego lo evacuaron a Berlín, donde se confirmó que lo habían envenenado con un agente nervioso desarrollado en la Unión Soviética en los años 1970 y 1980.
Tras lo ocurrido, el líder y su equipo se aliaron con el medio periodístico Bellingcat y otras organizaciones para investigar su posible intento de asesinato. Navalny se sostiene también en declaraciones del político, sus familiares y testigos que presenciaron lo ocurrido.
Para realizar la película, Roher se reunió con Navalni en su breve estadía en Berlín en 2020 y principios de 2021. Estrenado en el Festival de Cine de Sundance 2022, el documental incluye una llamada telefónica en la que el activista logra que uno de los presuntos miembros del comando que quería matarlo admitiera su participación en el complot.
El director consideró ese momento crucial para el filme, pues pudo registrar una confesión que ponía en evidencia el peligro en el que se encontraba Navalni.
Hasta un mes antes de la premiere en Sundance se mantuvo en secreto Navalny para velar por la seguridad de sus realizadores. La película cierra con el retorno del opositor a Rusia y su detención en el aeropuerto. Además del Oscar a Mejor Largometraje Documental, obtuvo el Bafta a Mejor Documental y en Sundance recibió el Festival Favorite Award y el Audience Award: U.S. Documentary.
Navalni lideró en 2011, durante las elecciones parlamentarias, las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la Unión Soviética. Al siguiente año, presentó su candidatura a las elecciones de la Alcaldía de Moscú, donde logró casi un tercio de los votos, algo sin precedentes para la oposición extraparlamentaria, según marca la agencia EFE.
La operación secreta en su contra salió muy mal y el líder se convirtió en una celebridad en el exterior. Hasta ese momento, el “honor” del envenenamiento con agentes tóxicos estaba reservado para antiguos espías del Servicio Federal de Seguridad que se habían pasado al enemigo.
Navalni, uno de los principales enemigos de Putin, murió luego de haber sido trasladado a una prisión ártica que está a menos de 200 kilómetros de Moscú.
«Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento». Es lo que dice el comunicado oficial sobre su deceso.
Líderes del mundo ya se han pronunciado pidiendo explicaciones a Rusia. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, aseguró que el Kremlin tiene preguntas muy serias que responder.
En una línea similar se han pronunciado Estados Unidos, Reino Unido, España, Portugal, Grecia, Francia y Polonia.