El martes 13 de octubre de 2020, Manuel Morillo recibió una llamada con una orden clara: debía ir al Centro de Bellas Artes de Maracaibo. Desde la década de 1970 es la sede permanente de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo, de la que Morillo es administrador desde hace 10 años. Es el lugar donde ensayan, guardan los instrumentos y archivos de la agrupación musical creada en 1958.
—Haremos una inspección.
—Entonces déjeme llamar a David Rahn, que es el director y es mi supervisor, respondió Morillo.
—Su jefe inmediato es el Secretario de Cultura y el Gobernador.
—Ellos son temporales. Mi jefe es el director de la orquesta, David Rahn.
Al llegar al recinto estaban presentes Wolfgang Viloria, secretario de cultura del estado Zulia desde 2017; Ricardo Araujo, subsecretario de Cultura y Liliana de Montero, directora general del Centro de Bellas Artes. También estuvo una abogada de la Procuraduría General del Zulia y un funcionario del Cuerpo de Policía de la entidad.
«Se llevaron unas carpetas, la computadora que yo usaba y tienen las llaves. Dijeron que todo eso era del Estado. Ya estábamos golpeados desde hace tiempo. No sé qué pasará con nosotros. Solo sé que es grave», dice Morillo.
Desde entonces la agrupación no tiene acceso a la sede.
Al administrador le mostraron un documento firmado por todos los presentes. El texto señala que se encontraban en la sede «para dar cumplimiento a lo solicitado por el Secretario de Cultura del estado Zulia, en fecha 1 de octubre de 2020 (…) con relación a los Bienes Públicos, adscritos a la Orquesta Sinfónica de Maracaibo, que se encuentran resguardados en el Teatro de Bellas Artes, quedaran bajo la posesión de la Secretaría de Cultura del Estado Zulia, cuya responsabilidad estará bajo el control, supervisión y vigilancia del Lic. Wolfgang Viloria, Secretario de Cultura del estado Zulia».
«Yo la verdad no lo entiendo. Por ejemplo, están organizando un concurso de gaitas que llevará el nombre de Daniel Alvarado, que lo tiene bien merecido. Pero darán miles de dólares en premios. Y a nosotros nos han dejado en el abandono, por problemas presupuestarios. Alegan que no hay dinero para una de las instituciones más importantes y además Patrimonio de la Nación, pero sí hay un dineral para el concurso de gaita», reflexiona Rafael Simón Bolívar, percusionista desde hace 20 años de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo (OSM).
Los músicos interpretan las acciones de la Secretaría de Cultura como parte de una arremetida en contra de la agrupación. «Nos ven con un estigma de ‘música elitista’, una ‘música de la oligarquía’, cuando realmente no es así», explica Bolívar. Se evidencia, sobre todo, en el presupuesto de la orquesta y en los bajos salarios de sus integrantes.
«En 2009 recibíamos 600 millones de bolívares de presupuesto. Eso incluía la manutención, la programación de la orquesta, el pago de músicos y de invitados. Pero poco a poco fue disminuyendo. El dinero se acabó en 2012», agrega Bolívar, quien formó parte de la junta directiva de la orquesta, al ser uno de los representantes de los músicos de 2008 a 2010.
Actualmente la Gobernación del Zulia contempla en nómina a los músicos de la orquesta, con salario mínimo ubicado en 400.000 bolívares (según el BCV 1$ es equivalente a 506.541 bolívares). No tienen presupuesto ni personal. En los últimos años la OMS ha trabajado con autogestión y donaciones de empresas privadas.
El director de la OSM, David Rahn, dijo al solicitarle una entrevista para este trabajo: «Por el momento no puedo ofrecer ningún tipo de declaración a los medios, puesto que no tengo un comunicado oficial dirigido a mi persona sobre la situación de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo».
“Hicimos lo que teníamos que hacer”
El secretario de Cultura, Wolfgang Viloria, dijo en una entrevista telefónica que cuando asumió el cargo en 2017 todas las estructuras «estaban complemente desvalijadas», incluyendo el Centro de Bellas Artes y la Orquesta Sinfónica de Maracaibo, atribuyéndole la responsabilidad a la anterior administración liderada por Francisco Arias Cárdenas (2012 -2017).
«Primero arreglamos el edificio de la Secretaría y lo segundo que hicimos fue tomar el Lía Bermúdez que estaba abandonado y ahorita estamos en eso: arreglando su estructura, el sonido, las luces, sus ascensores, todo», explicó. «A medida que íbamos a echar a andar todo, nos tocaba tomar la orquesta».
Aseguró que se reunió varias veces con el director David Rahn para tomar acciones conjuntas. «Ellos también tienen una posición política ¿me entiendes? y dijeron que con este gobierno no iban a trabajar. Y yo les digo que, si les estoy pagando, por qué no van a trabajar. Simplemente les dijimos ‘vamos a tocar’, y ellos dijeron que no podían, que no estaban de acuerdo con el gobierno. Entonces, dado el momento, hicimos lo que teníamos que hacer», dijo Viloria.
El 13 de octubre de 2020, dijo, realizaron una inspección, cuyo diagnóstico arrojó: «Abandono laboral, además se llevaron los instrumentos y estuvieron alquilando esos instrumentos a privados, animando fiestas. No quiere decir que un músico no pueda matar un tigre, pero no puedes llevarte los elementos de la orquesta sinfónica para eso».
Los músicos niegan las acusaciones.
Viloria afirmó además que la orquesta no tiene actividades desde hace tres años. «Yo tengo en nómina a 65 músicos. Se les da su cestaticket, su bolsa de comida, todo y ellos no hacen un concierto. Hemos sido pacientes, nosotros no tenemos nada en su contra».
Sin embargo, los informes de gestión enviados a la Secretaría de Cultura por el administrador Manuel Morillo el 24 de enero de 2020, indican que en los últimos años realizaron presentaciones en formatos breves y conciertos pedagógicos en colegios y fundaciones. Los mismos documentos señalan que hay 23 músicos en la OSM hasta septiembre de 2020.
Al preguntarle a Viloria sobre los informes insistió en que no han tenido actividades.
El proyecto consiste relanzar la orquesta con una nueva plantilla integrada por músicos del sistema de orquestas. «Gente para armar la orquesta hay de sobra». Aún no se sabe cuándo, pero Viloria espera que pueda ser luego de la pandemia, aunque la decisión, aseguró, está en manos de Omar Prieto.
Sobre David Rahn, quien llegó a la orquesta en 2010 por un concurso, el secretario de Cultura dijo: «Tendremos un nuevo director, porque él no está en el país. Yo admiro a su padre, era un gran maestro, un excelente director. No estamos en contra de ellos, estamos para echarla hacia adelante, como hace mucho tiempo lo hizo Eduardo Rahn, que era un guerrero que mantuvo viva la orquesta hasta que murió».
Vestigios de gloria
Previo a la pandemia, la Orquesta Sinfónica de Maracaibo realizó dos actividades: una taller-concierto en la Escuela Nacional Bolivariana Cristóbal Mendoza en febrero y otro en la Fundación Peter Alexander para Niños Autistas del estado Zulia (Fupanaz) en marzo. Luego, cuando se decretó la cuarentena por covid-19 en el país, sus actividades se paralizaron, aunque ya se venían mermando por la crisis económica.
La agrupación vivió tiempos de gloria que ahora parecen muy lejanos. Mientras estuvo bajo la batuta del maestro Eduardo Rahn, quien estudió en la Juilliard School of Music de Nueva York y tomó la dirección en 1971, 110 músicos conformaron la OSM. Entre sus logros destaca una gira en octubre de 1981 por Estados Unidos, donde realizó una treintena de conciertos que incluyó el Carnegie Hall de Nueva York.
En ese entonces, la Revista Musical de Venezuela, publicada por el Instituto Latinoamericano de Investigaciones y Estudios Musicales Vicente Emilio Sojo, escribió: «Estas invitaciones y contratos muestran el nivel de nuestras agrupaciones orquestales y la consideración de que gozan en el exterior. Pero, además, estas giras dejan ver una vocación hacia lo universal en Venezuela y su vida artística y cultural».
Sus filas además se nutrieron de músicos internacionales, sobre todo de Polonia, un país al que el director Rahn fue con la intención de hacer audiciones a músicos y así ampliar la Orquesta Sinfónica de Maracaibo. Algunos de ellos fueron el violinista Wojciech Galazca Zajac y el flautista Jerzy Lukaszewsky.
El 8 de septiembre de 1983 la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación declaró a la Orquesta Sinfónica de Maracaibo como Patrimonio Artístico de la Nación. En 2006, en celebración de sus 40 años, la Asamblea Nacional ratificó ese reconocimiento en un acuerdo publicado en la Gaceta Oficial N° 38.567.
La orquesta estrenó obras de importantes compositores, como el mexicano Carlos Chávez, el brasileño Marcos Nobre, y el polaco Kristof Penderecky; de igual manera, solistas de la talla de Alírio Díaz, Alexis Cárdenas, Pacho Flores, Yo-Yo Ma y Susan Starr han sido acompañados por la OSM.
La orquesta también estuvo en la presentación en Maracaibo de la gira del disco Salsa Sinfónica de Gilberto Santa Rosa, y formaron parte de las agrupaciones que participaron en el disco Sinfónico – en vivo de Ilan Chester, ambos en el año 2000.
En 2009 falleció el director Eduardo Rahn y la Secretaría de Cultura llevó a cabo un concurso público para ocupar el puesto de director artístico de la agrupación, el cual ganó su hijo David Rahn, con quien se inauguró una nueva etapa.
Se ensayaba a inicios de semana y los jueves eran días de conciertos. Ejecutaron piezas de Tchaikovsky, Pájaro de Fuego de Stravinsky, La Traviata, pero también hicieron presentaciones especiales de Queen, Sinatra y Michael Jackson Sinfónico, además de conciertos pedagógicos, una iniciativa que contempla un pequeño número de músicos en colegios y fundaciones.
Pero a medida que el presupuesto de la orquesta se fue reduciendo, también lo hacía la cantidad de músicos entre sus filas, por lo que cambiaron los formatos de presentación a «Versus», que requiere menor cantidad de músicos. Su último concierto fue el 25 de mayo de 2019 en el Teatro de Bellas Artes e interpretaron temas de Queen y Frank Sinatra.
A sus 62 años, el destino de la Orquesta Sinfónica de Maracaibo, Patrimonio Artístico de la Nación, es incierto.