Apoyar al talento local y ser una ventana para las bandas emergentes son los pilares de Cusica, emprendimiento que desde hace cinco años se ha dedicado a promover la movida musical alternativa en el país. El reto mayor de la marca ha sido la organización del Cusica Fest, que se celebrará el 14 y 15 de diciembre en un nuevo espacio habilitado en la interconexión La Unión en El Hatillo.
Hace año y medio se iniciaron los preparativos para el festival que reunirá a tres generaciones de las bandas más emblemáticas del país.
Los directivos de Cusica, desde el inicio, han sentido curiosidad por saber qué más pueden ofrecerle a los artistas locales. La marca, que nace como una plataforma de venta online de música en 2014, también ofrece espacios para la promoción de bandas emergentes a través de su página de noticias Cusica+ y de su sede Cusica Live, en El Hatillo.
Así nace la idea del festival, donde se presentarán 14 agrupaciones. El sábado abrirá Gran Radio Riviera, le seguirán LaFleur, Andrés Mata, Tomates Fritos, Okills, La Vida Boheme, y cerrará Desorden Público. El domingo iniciará Meera, le sigue El Otro Polo, Anakena, Malanga, Viniloversus, Los Mesoneros y, finalmente, Los Amigos Invisibles.
El tiempo de cada banda sobre el escenario variará entre 30 minutos y una hora, dependiendo de la agrupación y su trayectoria.
«Queríamos hacer el festival en julio o agosto, pero no se dieron las condiciones. Luego, comenzamos a hablar con las bandas que estaban fuera y nos dimos cuenta de que estaban súper entusiasmadas por participar”, dice José Lasses, director general de Cusica.
El festival es un proyecto ambicioso. Ana María Díaz, quien ha trabajado en los Premios Pepsi, está a cargo de la producción general, y Carlos Gutiérrez Ríos, que ha trabajado en el festival Vive Latino, es el productor técnico. «Son personas que llevan tiempo realizando proyectos de esta envergadura. Hacer algo tan grande y ambicioso solos, quizá, hubiese sido irresponsable de nuestra parte», dice.
Muchas de las bandas que se presentarán en el festival son amigos de la casa, por lo que no fue complicado para los organizadores contactarlas. La última agrupación con la que se comunicaron, y la que pensaron que sería más complicada de agendar, fue Los Amigos Invisibles; sin embargo, resultó sencillo confirmar su participación.
Pero hubo muchas agrupaciones que, lamentablemente, quedaron por fuera por cuestiones de agenda. «Queríamos incluir a Caramelos de Cianuro, pero tenían fecha en Miami. También consideramos incluir a muchas otras», asegura Lasses.
Las bandas que se quedaron por fuera en esta edición podrían formar parte de una nueva entrega el próximo año, indica el director de Cusica.
El concepto del festival, tres generaciones de la movida alternativa nacional, surge a partir de las bandas que participarán y de la dinámica que seguirán para relacionarlas. «Henry D’Arthenay, de La Vida Boheme, estuvo el miércoles todo el día con nosotros hablando del festival. Quiere estar el sábado desde el inicio para escuchar a las nuevas bandas», comenta Lasses.
El director de Cusica considera que hoy es más factible realizar un evento de este tipo que en 2017. «La apertura económica que tienen algunas personas lo hace más sencillo. Ahora puedes cobrar unas entradas en 25, 30 o 35 dólares y el público, haciendo un pequeño esfuerzo, puede pagarlo», argumenta.
Pese a que las condiciones han cambiado, los organizadores se toparon con dificultades, entre ellas, el espacio donde se llevaría a cabo. «Ya teníamos ubicado el lugar desde hace dos o tres años. Es un terreno municipal de 8.000 metros cuadrados de El Hatillo, que está abandonado. Era escombros, maleza y basura. Lo recuperamos e hicimos una alianza con la alcaldía. Ahora trabajan para convertirlo en un centro turístico y cultural», asegura.
Lasses dice que no consideraron otros espacios. De no recibir el permiso para hacer el festival en ese lugar, no realizarían el evento. «Queríamos que fuese en El Hatillo porque todos somos de allí desde que nacimos y porque Cusica Live también está allí. Este proyecto va a dejar algo muy chévere para el municipio», asegura.
El espacio en la interconexión La Unión tiene capacidad para 4500 personas. Hasta ahora se han vendido casi 5.000 boletos. Esperan recibir a 3.000 fanáticos por día.
Con respecto a la receptividad del público, Lasses comenta que esperaban vender todas las entradas, pero que los sorprendió el tiempo en el que se agotaron. «Cuando ves el line up sabes que será un tiro al piso. Sabes que la gente lo va a comprar y que sería rápido. Planificamos la preventa para tres días y nos tomó por sorpresa que se agotaran tan rápido», dice.
Un porcentaje de las ventas de boletos se donará a la fundación Nutriendo el futuro, un comedor que alimenta diariamente a 100 niños del municipio El Hatillo. «De acuerdo con las estimaciones que hicimos eso dará para que se mantenga, mínimo, por seis meses», indica Lasses.
Además de las presentaciones, el Cusica Fest contará con un bazar organizado por Raíces Venezuela, una estación de tatuajes, maquillaje y tarot. También tendrá una zona VIP, con área de descanso y food trucks. «El festival comienza a las 10:00 am y termina a las 10:00 pm, las personas estarán 12 horas allí, la idea es que tengan varias cosas que hacer», comenta.
El principal patrocinante del evento es Movistar. También están Pepsi, que se encargará de la hidratación, Raíces Venezuela, Zoi Venezuela, que venderá la mercancía del festival, y Trippin Venezuela, quienes están a cargo del traslado de los artistas y que, además, ofrecen un servicio de transporte y hospedaje a los fanáticos de otras ciudades del país.
Lasses considera que el festival será un punto de partida para muchas producciones similares que vendrán luego. También será una motivación para las bandas que se encuentran fuera del país. «Este tipo de eventos son sumamente importantes. No creo que sea algo trascendental en la vida del venezolano, pero sí es algo que puede ayudar a encontrarnos nuevamente», afirma.