Hace 28 años el guitarrista Eric Clapton publicó «Tears in Heaven». Al músico británico le apodaban «mano lenta», pero su vida había sido de todo menos lenta. La leyenda del rock admitió en sus memorias que tomar malas decisiones era su especialidad, tanto así que para muchos es un milagro que no pasara a integrar el «club de los 27» por sus adicciones.
Sin embargo, un suceso en la vida de Clapton lo hizo poner los pies en la tierra. El fallecimiento de su hijo Connor, de 4 años.
Muchos anticiparon un trágico destino para Clapton luego de la muerte de su hijo. No obstante, la música lo rescató. Su guitarra lo ayudó a convertir la desgracia en una experiencia transformadora.
Así nació “Tears in Heaven”, una de las baladas más míticas de la historia musical. La publicación del tema vio la luz un día tal y como hoy, pero de 1992, reseña el diario El País.
El pequeño falleció la mañana del 20 de marzo de 1991. Clapton y Lory del Santo, su pareja en ese entonces, estaban en Nueva York para que el músico pudiera pasar más tiempo con su hijo.
Connor jugaba al escondite con la niñera, mientras el conserje abrió los ventanales del apartamento para limpiarlos. El pequeño corrió directo hacia ellos antes de que su madre pudiera advertir el peligro. Cayó desde el piso 53 del rascacielos.
No hay mayor tragedia para un padre que la muerte de un hijo. Pero para Clapton fue especialmente difícil. Sus adicciones lo llevaron a desatender a Connor desde su nacimiento. Sin embargo, poco después de salir de rehabilitación retomó sus funciones de padre y se dio cuenta de todo lo que significaba el pequeño para él.
Clapton hizo de la música un agente cicatrizante. «Tears in Heaven» es un tema desgarrador por la crudeza con la que aborda un hipotético reencuentro celestial con su hijo.