La escritora antillana Maryse Condé (Pointe-à-Pitre, Guadalupe), conocida por su activismo contra la esclavitud y el racismo, falleció a los 87 años (90 años de acuerdo con otras fuentes biográficas), según informó en redes sociales su editorial en español, Impedimenta.
«Con muchísima tristeza os anunciamos la muerte de nuestra querida Maryse Condé. Deja atrás una obra absolutamente magistral, que nos ha emocionado desde siempre y que ha sido una de las columnas vertebrales de la editorial», indicó Impedimenta, que sitúa su fecha de nacimiento en 1937 (aunque medios franceses la establecen en 1934).
Cuando tenía 16 años, se marchó a París para estudiar en el liceo Fénelon. Allí conocería a Mamadou Condé, un actor guineano con el que contrajo matrimonio en 1959 y del que se divorciaría para casarse con Richard Philcox, el traductor al inglés de la mayor parte de su obra.
Trabajó como profesora de Francés en Guinea, Ghana y Senegal, hasta que en 1970 volvió a Francia.
Cinco años después se doctoró en Literatura Comparada. En 1976 publicó su primera novela, Hérémakhonon, que marcaría el inicio de una prolífica carrera literaria.
En 1987 recibió su primer galardón literario, el Grand Prix Littéraire de la Femme, por su segunda novela: Yo, Tituba, la bruja negra de Salem (1986). Entre sus obras también destacan la serie Segu (1985); La Migration des coeurs (1995, una reescritura antillana de Cumbres borrascosas, de Emily Brontë); La Deseada; Corazón que ríe, corazón que llora (1999) y La vida sin maquillaje (2012; Impedimenta, 2020).
En 1985 recibió una beca Fulbright para dar clase en Estados Unidos. También participó en la creación del Premio de las Américas Insulares y Guyana, que reconoce anualmente el mejor libro del panorama caribeño.
En 2018 se le otorgó el Premio Nobel Alternativo de Literatura, por retratar en su obra «los estragos del colonialismo y el caos poscolonial con un lenguaje preciso y, al mismo tiempo, devastador». En la actualidad vivía en un pueblo de la Provenza francesa.