El poeta y también arquitecto español Joan Margarit falleció este martes a los 82 años de edad, apenas dos meses después de haber recibido en persona el prestigioso Premio Cervantes 2019 por una obra «de honda trascendencia y lúcido lenguaje».
La entrega del galardón, colofón a una laureada obra tanto en castellano como en catalán, estaba prevista para abril pero se demoró por la pandemia hasta finales de diciembre, cuando el monarca Felipe VI viajó hasta Barcelona para dárselo.
La entrega, celebrada de forma casi secreta, fue una de las últimas apariciones en la escena pública de Margarit, ganador también de importantes premios como el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana o, en el ámbito de la literatura catalana, el Carles Riba.
«Lamento profundamente la muerte del gran poeta Joan Margarit, el arquitecto de las palabras», escribió en catalán el jefe del gobierno español, Pedro sánchez.
La prensa española señala que el deceso se debe a un cáncer diagnosticado en el último año. En una entrevista reciente en el diario catalán La Vanguardia, el poeta explicaba que había recibido nueve sesiones de quimioterapia, pero no habían funcionado.
«Después de nueve sesiones que no me curan el linfoma, la incertidumbre que tienes no es la misma a mi edad que de joven (…) A los ochenta ya sabes que se va acabando. Hay momentos que tienes más ganas de acabar que nada», aseguraba.
El poeta catalán es autor de una importante obra, que incluye títulos como Estación de Francia (1999), Joana (2002), Misteriosamente feliz (2008), o Para tener casa hay que ganar la guerra (2018).
Esta última es una autobiografía en prosa sobre la infancia y primera juventud de este autor, nacido en 1938 en el pueblo catalán de Sanaüja, al pie de los Pirineos, durante la Guerra Civil española (1936-1939).
En 2018, la editorial Austral lanzó una versión bilingüe de sus obras completas, Todos los poemas (1975-2015), de casi mil páginas. Además, cuenta con una antología de su obra en inglés, Tugs in the Fog.
Catedrático de cálculo de estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, Margarit ejerció durante décadas la arquitectura.
Lo hizo en un estudio barcelonés que entre otros participó en el diseño, cálculo y dirección de obra del templo de la Sagrada Familia, del celebrado Antonio Gaudí.
Su obra poética la empezó escribiendo en castellano, en un contexto de represión contra el catalán durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), pero a partir de la década de 1980 empezó a crear en su lengua materna, aunque luego tradujera sus obras al castellano.
«Un poema debe ser escrito en lengua materna (…) Me pasé veinte años intentando empezar con el castellano y no logré escribir lo que yo quería», había dicho cuando se anunció el Premio Cervantes 2019.
El jurado argumentó que Margarit «ha enriquecido tanto la lengua española como la lengua catalana, y representa la pluralidad de la cultura peninsular en una dimensión universal de gran maestría».
La recepción del galardón estaba prevista para abril en Alcalá de Henares, ciudad natal del autor de Don Quijote de la Mancha, pero se pospuso por el confinamiento decretado por la pandemia.
En diciembre, los reyes de España viajaron discretamente a Barcelona para darle el respetado premio. En la íntima ceremonia, Margarit se sacó un papel del bolsillo para recitar a los monarcas el que era «su último poema».