El poeta Francisco Brines murió el jueves, a los 89 años de edad, días después de recibir de manos de los reyes de España el premio Cervantes, el más importante de las letras en castellano, indicaron fuentes oficiales.
«Siento muchísimo la muerte de Paco Brines. Hace muy pocos días le visitamos en su casa de Oliva para llevarle el Cervantes. Nos recibió con una enorme simpatía, con ternura y nos habló con la lucidez del hombre sabio y bueno», escribió el ministro de Cultura de España, José Manuel Rodríguez Uribes.
«Nos ha dejado Francisco Brines, último premio Cervantes, figura fundamental de la poesía, maestro absoluto», añadió su vez el Instituto Cervantes.
Brines, aquejado de una salud muy frágil, pasó los últimos años de su vida en su casa de Oliva, un pueblo de la región de Valencia, rodeado de naranjos.
Allí, en un acto muy sobrio, recibió el 12 de mayo de mano de los reyes de España, Felipe y Letizia, el premio Cervantes, que se le concedió en noviembre.
Brines tomó así el relevo de otro poeta, el catalán recientemente fallecido Joan Margarit. A causa de la pandemia, él también tuvo que recibir el premio en un acto en petit comité, en Barcelona, y no en Alcalá de Henares, ciudad natal de Miguel de Cervantes. Allí tradicionalmente se entrega el galardón en un acto solemne.
Junto con poetas como José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma o Ángel González, Brines formó parte de la llamada Generación del 50, un grupo de autores que en el ecuador de la dictadura franquista desarrollaron una obra entre lo intimista y lo social.
En el caso de Brines, el Cervantes se suma al Premio Nacional de Literatura obtenido en 1987 por El otoño de las rosas, tal vez su libro más conocido, además del Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2010.