El director francés Claude Lanzmann, cuya obra maestra de nueve horas y media Shoah mostró el Holocausto mediante de los testimonios de víctimas judías, verdugos alemanes y espectadores polacos, murió a los 92 años.
La editorial francesa Gallimard, que publicó su autobiografía, dijo que Lanzmann falleció esta mañana en un hospital en París. No entró en detalles.
El poder de Shoah, filmada en los años 70 en los áridos paisajes polacos donde se planeó y ejecutó la matanza de los judíos, deriva de la presentación del Holocausto como un hecho presente, no como un suceso histórico. No tiene escenas de archivos ni banda sonora, solo el paisaje, los trenes y los testimonios narrados.
Lanzmann tenía 59 años cuando estrenó Shoah, su segunda película. Definió al Holocausto para quienes la vieron y lo definió a él como cineasta.
«Sabía que el tema de la película sería la muerte misma. La muerte, no la supervivencia», escribió en su autobiografía. «Durante 12 años traté implacablemente de contemplar el sol negro de la Shoah«, agregó.
En 2013, casi tres décadas después, Lanzmann volvió sobre el Holocausto con The Last of the Unjust, centrada en sus entrevistas de 1975 con un rabino vienés, el último anciano del gueto de Theresienstadt, que los nazis utilizaban para hacer creer a los visitantes que los judíos recibían trato humanitario.
Su última película, Napalm (2017) relata una visita a Corea del Norte a fines de los años ’50 y su aventura no consumada con una enfermera de la Cruz Roja.
Lanzmann nació el 27 de noviembre de 1925, hijo de judíos franceses. Después de la partida de su madre en 1934, durante la guerra, Claude, su padre y sus dos hermanos se refugiaron en una granja.
Combatió en Resistencia como comunista y adhirió con pasión al pensamiento de Jean-Paul Sartre, cuyo libro Reflexiones sobre la cuestión judía sería la base filosófica de su obra posterior.
Le sobreviven su tercera esposa, Dominique, y su hija Angelique. Su hijo Felix murió el año pasado.
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