Por décadas el Miss Venezuela ha sido el espectáculo televisivo más seguido y comentado del país. Criticado y elogiado, con luces y sombras. En su regreso al Poliedro de Caracas después de casi 10 años, el Miss, en su edición número 70, quiso evocar aquellos años de brillo absoluto, con la voz y presencia de Maite Delgado, una de las animadoras más icónicas del país.
¿Se logró? Luces y sombras. Aunque el escenario lució impecable, en una producción de Hugo Carregal y Erick «el Pollo» Simonato, hubo fallas visuales y de sonido en la transmisión, cosa que quedó en evidencia con comentarios en las redes sociales.
No se llenó el Poliedro de Caracas, como en el pasado. En los alrededores del recinto, a pocas horas de comenzar el evento, se vio una cola de unos pocos cientos de personas. Ya dentro, eran más los espacios vacíos en las sillas, salvo el área VIP, completamente ocupada. Fue, además, una noche calurosa: el aire acondicionado no funcionó durante las más de cuatro horas que duró el certamen.
De extremo a extremo, bajo la cúpula, había familiares y allegados apoyando a sus reinas con tambores, pitos y pancartas. Esa energía fue esencial para sostener la emoción durante la larga jornada y el poco público presente.
Varios se organizaron en caravana para, vestidos con franelas con estampados de sus reinas, asistir al concurso y armar sus respectivas barras. Fue el caso de la familia de Jenyfeer Baudín, Miss Barinas. Más de 30 personas, de Caracas y Mérida, el estado del que es oriunda la participante, acudieron al Poliedro para expresarle su apoyo. «Independientemente de quién gane siempre va a ser nuestra Miss porque la amamos. Nos representa. Arriba Jenyfeer Baudín», expresó Mirennys Bandres Baudín, de 42 años de edad, prima de la concursante.
Hubo quienes consideraron que, a pesar de las crisis que ha atravesado el país, el Miss Venezuela sigue siendo un concurso de calidad internacional y reflejo de venezolanidad. «El Miss Venezuela es parte de la idiosincrasia de nuestro país. Es una tradición. Los venezolanos somos eso, no solo belleza sino concentración, cercanía, familiaridad», afirmó Iris Arevalo, de 54 años de edad y residente de San Antonio de los Altos, estado Miranda. «Nuestro país está despertando, tenemos la opción de ser lo que siempre fuimos, de avanzar y ser un país mejor», agregó.
El certamen comenzó con unos 40 minutos de retraso. Después de un opening que mezcló baile con brillo y luces, Maite Delgado apareció en el escenario llamando a destacar la venezolanidad y recordando la primera vez que animó el Miss Venezuela. «Fue en el 97. Jamás imaginé que estar en este concurso sería tan importante en mi carrera y mi vida. Esa emoción sigue igualita al primer día. No sé cuándo volveré, así que me la voy a disfrutar completita», dijo. Inmediatamente después, lanzó su famosísima frase «Buenas noches, Poliedro de Caracas» acompañada de los presentes.
Junto a ella animaron Henry Silva y José Andrés Padrón. Para Silva, fue un honor estar en ese escenario, mientras que Padrón subrayó que fueron muchas las veces que soñó con estar en la presente edición.
Desde el primer corte comercial, una de las dificultades fue pedir al público que se sentara en sus sillas minutos antes de salir al aire. Cuando las cámaras estaban a punto de activarse, todavía había mesoneros llevando un servicio a alguna mesa o a una de las áreas generales, así que hubo varios llamados de atención desde el micrófono del encargado de que la transmisión saliera correctamente.
Maite amenizaba no solo en vivo sino fuera del aire. Cuando se preparaba para decir sus siguientes palabras ante las cámaras, se comunicaba con el público, que gritaba a cada tanto su nombre. En un momento, con las cámaras apagadas, saludó al veterano animador Gilberto Correa, diagnosticado con Parkinson, y pidió un aplauso para él. Lo volvió a hacer luego estando al aire. «No sabía que estabas aquí. En este escenario hay un antes y un después de Gilberto Correa. Si nos ponemos de pie y le aplaudimos me harán muy feliz. Mi amigo, mentor, el Poliedro te aplaude y celebra todos los años que le regalaste a este escenario».
Al ritmo de los tambores de las barras se pasó a la ronda de las 10 semifinalistas. Calificaron primero Mérida, Portuguesa, Anzoátegui, Distrito Capital, Nueva Esparta, Delta Amacuro, La Guaira, Carabobo, Bolívar y Amazonas. Luego hubo una presentación de Huáscar Barradas en honor a las personas fallecidas que de alguna manera hicieron aportes al Miss Venezuela. En pantalla aparecieron, entre otros, Susana Duijm, Mónica Spear, Carmen Victoria Pérez, Dave Capella, Joaquín Riviera y Ricardo Di Salvatore. Riviera, el gran productor de la gala televisada, mereció mucho más.
Como si el público hubiese participado en las votaciones, las cinco semifinalistas fueron justamente algunas de las más aplaudidas durante el certamen: Delta Amacuro, La Guaira, Distrito Capital, Portuguesa y Amazonas. En la ronda de preguntas, que estuvo a cargo del periodista Luis Olavarrieta, se colocaron siete números en una mesa que representaban a cada una de las Miss Universo venezolanas.
La primera que apareció fue Irene Sáez, coronada en 1981, que preguntó a Delta Amacuro, en un video grabado, ¿si fueras electa Miss Venezuela, cuál sería el legado que te gustaría dejar y cómo quisieras ser recordada con el pasar de los años? Y así le siguieron Alicia Machado, Maritza Sayalero, Stefanía Fernández y Gabriela Isler.
El calor aumentaba bajo la cúpula, las barras seguían y había expectativas, pero antes del resultado final el vallenatero Silvestre Dangond cantó tres temas de su repertorio, el popular «Cásate conmigo» entre ellos, cerrando con confeti que cayó sobre los asistentes del área VIP.
Con la tensión habitual, Maite anunció que al Miss Internacional iba Portuguesa, Andrea Rubio, por lo que automáticamente se conoció que la ganadora fue Distrito Capital, Diana Silva, una de las más aplaudidas de la noche. Cerraron el cuadro Delta Amacuro como primera finalista, Miss La Guaira segunda finalista y Miss Amazonas tercera finalista.
La animadora volvió a agradecer al Poliedro de Caracas, insistiendo en que no sabe cuándo será la última vez que animará el Miss Venezuela. Anoche no permitieron a Diana Silva y Andrea Rubio ofrecer declaraciones, solo unas pocas fotos. Pero se pudo escuchar a Silva decirle a Venevisión: «Gracias por todo el apoyo, no puedo estar más feliz y emocionada. No me lo estaba creyendo. Fue un esfuerzo. Espero que lo hayan disfrutado tanto como nosotras».
Fue una noche que prometió mucho y ofreció poco. Una gala que mereció mejor producción, que debió cuidar más los detalles. Brilló Maite Delgado, como siempre. Y el Miss Venezuela perdió, de nuevo, la oportunidad de reinventarse.