Canguro asado fue este jueves el plato estrella del menú que degustaron el príncipe Harry y su esposa Meghan en Melbourne, la segunda mayor ciudad de Australia, donde miles de admiradores los recibieron con alegría.
Con flores y banderas, numerosos australianos se desplazaron a saludar a la pareja real británica que espera su primer hijo para la primavera en el tercer día de su visita al país.
El príncipe y la ex actriz estadounidense pasaron solo unas horas en Melbourne, donde también visitaron una playa.
“Me gusta todo lo que representan. Como seres humanos hay muchas razones para admirarlos”, declaró una joven para la cadena de televisión pública ABC.
Una adolescente, que llevaba una pancarta que rezaba “Estoy aquí desde las 4 de la madrugada, te quiero desde que tenía ocho años”, lloró de alegría al abrazar al duque de Sussex.
“Me vas a causar problemas”, bromeó el príncipe.
Meghan recibió multitud de ramos de flores y regalos para el futuro bebé, anunciado el lunes por el Palacio de Kensington.
La joven llevaba una gabardina de color beige atribuida del diseñador australiano establecido en París Martin Grant, un vestido azul marino de Dion Lee y un bolso Gucci.
La pareja estuvo en la residencia de Linda Dessau, gobernadora del estado de Victoria y representante de la Corona británica, antes de dirigirse a un restaurante conocido por sus especialidades cocinadas por chefs indígenas.
En el menú: canguro asado y jabalí salvaje.
Harry y Meghan regresarán al final de la semana a Sídney, donde el príncipe escalará el Puente de la Bahía e izará la bandera para inaugurar los Invictus Games, una competencia para ex combatientes con discapacidad y heridos de guerra.
Su gira de 16 días por el Pacífico los llevará también a la Isla Fraser, la mayor isla de arena del mundo, en Queensland. Posteriormente visitarán Fiyi, Tonga y Nueva Zelanda.